La política mundial del desarrollo sostenible que se incrustó en los países en su marco legal, académico y económico, se convierte en una estafa colosal de dimensiones socio-ecológica que tiene al planeta al borde del colapso
La modernidad, el progreso, el desarrollo, la sostenibilidad, así en ese orden, han sido conceptos en los discursos de los que, en cada uno de esos momentos históricos, han manejado la política en el mundo.
Se dice que la Era Moderna nace con el descubrimiento, por parte de los europeos, de las tierras que hoy se conocen como el continente americano (1492), pero si nos vamos a los eventos que surcan la historia, fue al uso de la imprenta (1450) el que rompió el cerco oscuro de la Edad Media con la difusión multiplicada del conocimiento, acaparado entonces en las abadías de la iglesia.
La luz del conocimiento parió, 3 siglos más tarde, el concepto de progreso, sobre todo en las ciencias que acabó con la creencia absoluta de la divinidad de las cosas.
Se vino entonces la consolidación de un grupo social que desplazó a la iglesia católica y acaparó los discursos que con el tiempo se fueron formando ideologías casi como nuevas religiones.
Desde entonces, ese grupo social ha tratado de manejar la política de un mundo que, sin estar en las oscuras mazmorras mentales de la Edad Media, busca perpetuar el control sobre las grandes masas humanas al introducir distractores tan grandes como el hambre, la represión, el esclavismo o el mismo entretenimiento.
Guerras y conflictos
La inestabilidad que causó esa intención de conservar el control humano desde este grupo social que lleno sus arcas de oro robado, algunos le llaman burguesía, produjo guerras y conflictos; dos de ellos de grandes dimensiones mundiales en la primera mitad del siglo pasado.
En esas grandes conflagraciones, ese grupo social que concentró la riqueza, al ganar las guerras, su poder se hizo hegemonía mundial, sobre todo después del segundo enfrentamiento mundial que usó un nuevo concepto que daba inicio a una nueva etapa de supremacía ideológica, el desarrollo (The development).
Bajo el gobierno de Harry Truman, sí, el mismo presidente de los Estados Unidos (EU) que autorizó el uso de la bomba radioactiva contra la humanidad, se impuso una política de estafa mayúscula bajo la promesa que el supuesto conocimiento y la industrialización de EU iba a mejorar todas las underdevelopment areas del mundo.
Ricos y pobres (desarrollados y subdesarrollados)
La división del orbe en países desarrollados y subdesarollados fue el inicio de la estrategia que llevaron a cabo para que los primeros vendieran tecnología a cambio del saqueo de los recursos de los segundos, imponiéndonos a una perenne aspiración al desarrollo.
A partir de entonces, el desarrollo se convirtió en un discurso generalizado que penetró la política para constituir todo un andamiaje legal-jurídico, académico y económico en casi todos los países del mundo.
Durante los primeros años de la aplicación del desarrollo, los años 50´s del siglo pasado, deslumbraron al mundo con la oferta de la buena vida que no tardaron en aparecer los primeros cuestionamientos a tal política fraudulenta; denunciando la gravedad y previniendo la catástrofe socioambiental si continuaba ese desarrollo.
Las críticas como la de Rachel Carson que denunció cómo la contaminación química enfermaba silenciosamente a las personas y al ambiente; o Dudley Seers que hizo notar la enorme desigualdad social que ese desarrollo generaba; o Paul Ehrlich que decía que el crecimiento demográfico que estaba generando era una bomba de tiempo que le iba a estallar al mundo.
Lejos de atender los reclamos a esos críticos de los años 60´s, los ridiculizaban en los medios masivos, casualmente manejados por ese mismo grupo social hegemónico. Nada coincidente de lo que pasa hoy en día.
Igual suerte corrieron los científicos del Club de Roma o los expertos de Cocoyoc en los años 70´s que se manifestaron con fundamentos irrefutables pero la hegemonía de la mentira y la estafa era mayúscula.
Ante las críticas, una maquillada
Ante la ola de denuncias y cuestionamientos a la política implementada para “el desarrollo”, en la década de los 80´s los hegemónicos urden mediante los organismos mundiales que dominan, una farsa para re-definir el concepto de desarrollo.
Forman una comisión especial en la Naciones Unidas (ONU) para tal caso, que a la postre, resulta en la invención de lo que ahora conocemos como Sustainable development. El desarrollo y el agregado sostenible, inaugura una segunda etapa de esa política.
Una etapa de recrudecimiento y aceleramiento de los males socio-ambientales que hoy se traducen en una grave crisis planetaria. Llegaron las cumbres, reuniones y parafernalia publicitaria que hacía grande el volumen para cubrir la estafa. Mientras no paraba la extracción, el robo y el saqueo.