De vez en cuando, las noticias agitan novedades esperanzadoras en torno al fin de la pandemia. Pero son señales fraudulentas. Cuando la Operación Covid-19 realmente termine, veremos indicadores incontrovertibles de que algo ha cambiado.
¿Cuándo terminará la pandemia? Aquí y allá, en todo el planeta, surgen novedades alentadoras: legisladores que denuncian los negociados de las farmacéuticas, médicos conscientes que piden el fin de las inoculaciones, artistas y personajes públicos que despiertan e informan a sus seguidores sobre la Agenda 2030. Aquí y allá, en todo el planeta, algunos órganos de contralor, autoridades políticas y sanitarias dictan tímidamente medidas que parecen retornar a la cordura. Últimamente, incluso medios del establishment publican lo que hasta ahora era sólo territorio de blogs alternativos.
Sin embargo, no es suficiente. La marea satanista ha intoxicado tanto el tejido social que los pequeños correctivos aparecen como pura cosmética, una estrategia para que la Humanidad “despierta” abrigue expectativas de que un proceso de reparación está en curso.
“Los poderosos hacen flotar señales fraudulentas de un fin inminente de COVID19 en un esfuerzo por darnos la esperanza de que el sistema corrupto actual es capaz de resolver la crisis por sí solo. Ese escenario, sin embargo, es completamente imposible”, afirma Emanuel Pastreich, director general del Institute for Future Urban Environments, y ex candidato a presidente de los Estados Unidos como independiente.
Pastreich detalla una serie de indicadores que podremos ver el día que la pandemia realmente termine. Parecen utópicos, pero nadie puede negar que sin estas medidas, es ilusorio tener esperanzas en el futuro. A continuación, un resumen.
El día que la pandemia (realmente) termine
- Son confiscados los activos de todas las compañías farmacéuticas que desarrollaron las “vacunas”, de todas las corporaciones multinacionales de medios que promovieron el engaño del COVID19, de todos los bancos de inversión y fondos de capital privado como BlackRock, Goldman Sachs y Bank of America que invirtieron en las empresas que promovieron el engaño.
- Igualmente son confiscados los activos de todos los súper ricos, empezando por Bill Gates y Jeff Bezos, que financiaron el proyecto en secreto (o abiertamente) y esos activos se emplean para cubrir las reparaciones de aquellos que han resultado heridos por las vacunas, por las pruebas PCR, por los cierres ilegales y por medidas de distanciamiento social que tenían la intención de destruir la vida de los ciudadanos comunes.
- Son arrestados y juzgados por sus crímenes las principales figuras de la Fundación Gates (incluidos Bill y Melinda Gates), del Foro Económico Mundial (incluido Klaus Schwab), de DARPA (Agencia de Proyectos de Investigación Avanzada de Defensa), de The Wellcome Trust y de las principales corporaciones multinacionales como Pfizer y Moderna, responsables del desarrollo y la promoción de las “vacunas” mortales.
- Son completamente desclasificados todos los documentos relacionados con la operación COVID19 en los Estados Unidos, Israel, Francia, Gran Bretaña, Alemania, Rusia, China, Japón, Corea del Sur y otros lugares para que los juicios pertinentes puedan llevarse a cabo de manera significativa y quede en claro al mundo la relación corrupta entre corporaciones, multimillonarios, gobiernos e instituciones de gobernanza global.
- Son destituidos de sus cargos y, en muchos casos, encarcelados los políticos y funcionarios gubernamentales que promovieron el engaño del COVID19, que siguieron las órdenes de cabilderos y representantes corporativos para promulgar las directivas del COVID19, y que obedecieron las instrucciones de los lacayos de los superricos.
- Se destinan fondos sustanciales, derivados de los bienes incautados a los responsables, al desarrollo de un tratamiento a largo plazo para los síntomas de las personas inyectadas con ARN modificado. Se convierte en un tema crítico para la investigación médica y se inicia una investigación similar sobre el tratamiento a largo plazo de los efectos nocivos en el cuerpo de nanosensores, nanorobots, óxido de grafeno y otras sustancias tóxicas contenidas en estas vacunas y en otras vacunas, con la intención de desarrollar nuevas terapias
- Se implementan políticas para garantizar que todas las vacunas y otros medicamentos futuros estén sujetos a una evaluación científica rigurosa por parte de expertos que no obtengan ningún beneficio financiero de las corporaciones y que el contenido de las vacunas se divulgue completamente al mundo.
- Se adoptan nuevas políticas de atención médica en los Estados Unidos (y en otros lugares). Se cierra el lobby farmacéutico y se encarcela a sus líderes por la distribución de materiales fraudulentos para promover medicamentos peligrosos y adictivos, y por el falso testimonio que dieron ante el Congreso y ante otras instituciones gubernamentales. Se pone fin a la privatización de la investigación y del tratamiento médico en los Estados Unidos que condujo al fraude del COVID19 y se pone en marcha la medicina del pueblo, para el pueblo y por el pueblo.
- Se describe en detalle para el público en artículos cuidadosamente investigados y libros accesibles la historia verdadera y completa de cómo se formó e implementó este engaño de COVID19 a escala mundial. Estos materiales se convierten en una parte esencial de la historia contada en escuelas y universidades. Toda la información relacionada con el engaño de COVID19 se desclasifica y todos los registros corporativos se hacen públicos.
“Si se han cumplido los criterios enumerados anteriormente, puede estar seguro de que la pandemia de COVID19 está llegando a su fin. De lo contrario, no debe distraerse con titulares estridentes sobre el fin de los mandatos de máscaras o vacunas”, concluye Pastreich.
El razonamiento tiene sentido. ¿O no?