La rendición de cuentas es en la política una excelente ocasión para demostrar fuerza, popularidad, carisma y ganas. Todos esto aprovechó la Presidenta de Bahía de Banderas en la Arena Riviera Nayarit, en San José, donde se llevó a cabo el acto protocolario en el cual se presentó el segundo informe de su gobierno municipal.
Con la presencia de autoridades federales, estatales, militares, integrantes del gabinete municipal y un gran apoyo popular, Mirtha Villalvazo encabezó la sesión y lideró la tarde, en un lienzo charro que se vio abarrotado de representación popular.
Clubes de la tercera edad, maestros, jueces, comerciantes, campesinos, pescadores fueron solo algunos de los grupos mencionados que llenaron de lado a lado el recinto donde, un majestuoso montaje, destacó en la organización del evento.
Sonido profesional, pantallas, tarimas, videos y muy pocos deslices fueron el marco de presentación de un informe que fue estudiado, medido, aprovechado y fundamentalmente compartido, donde no quedó nada sin resolver y sin nombrar.
Un tímido mensaje del presidente de Morena -Mario Delgado, grabado en video- dio el puntapié inicial de la partida en la que no destacó ningún invitado federal ni estatal. Un juez de Bucerías representó al Magistrado Presidente del Tribunal Superior de Justicia de Nayarit y el Secretario de Turismo, Juan Enrique Suárez del Real, al Gobernador.
En la parte central del discurso Mirtha Villalvazo le habló a la gente; lo mejor de la Presidenta Municipal está en su personalidad, en su carisma y en su discurso. Y ella eligió decir lo que había que decir y hablar con la verdad, y si bien se refirió a las administraciones anteriores, aclaró que los expresidentes municipales presentes no eran señalados directamente y nombró varias veces al Presidente Andrés Manuel López Obrador, a manera de agradecimiento.
Fue muy original la intervención de algunos asistentes representantes sociales a quienes se les alcanzó un micrófono para externar su apoyo a la gestión. Y si bien algunos no lograron completar su participación, por olvido o nervios, todos se llevaron un fuerte aplauso pues representaban lo que otros asistentes hubieran querido señalar: el fuerte y decidido apoyo recibido de parte de la Presidenta.
Al finalizar y de manera improvisada -y tal vez lo único desorganizado- antes de culminar la sesión, se convocó a quienes quisieran saludar y tomarse una foto con la Presidenta, lo que desató un pequeño caos frente al escenario principal.