Una adolescente de Argentina, que había cambiado su género a masculino al sentirse así al ser menor de edad, cambió de parecer y ahora desea regresar a su identidad de género biológica. Para lograr esto, se vio obligada a acudir al sistema judicial.
Cuando tenía solo 17 años, comunicó a su círculo cercano su deseo de transitar a un género masculino, porque sentía mayor comodidad cuando se vestía y mostraba como tal. El proceso condujo hacia su necesidad de cambiar su género en su DNI y logró hacerlo. Sin embargo, tres años más tarde al cumplir 20 años, decidió abandonar su autopercibida identidad masculina y manifestó su deseo de revertir a su género original femenino. Explicó que después de mucha reflexión, no se sentía cómoda presentándose como hombre.
Las leyes argentinas solo permiten cambiar el género en el DNI una vez, por lo que tuvo que acudir al Juzgado Civil, Comercial, de Conciliación y Familia de 1° Nominación de la ciudad de Cosquín (en la provincia de Córdoba). Argumentó su incomodidad al presentar un documento con un nombre masculino mientras se identifica nuevamente como mujer.
El juez, Carlos Fernando Machado, falló a favor de la joven para “restaurar” su género biológico en su documento de identidad. En su fallo, se refirió a leyes internacionales y a la Ley de Identidad de Género N.° 26.743 (2012) de Argentina para justificar la decisión. Sin embargo, se critica que el juez se vio obligado a seguir la “ideología de género” y reconoció la noción de “género fluido” y la “autopercepción” de una persona, independientemente de cuántas veces cambie su opinión sobre su género.
La periodista Claudia Peiró ha investigado casos similares y explica que el problema radica en que las personas que deberían ayudar a estos jóvenes -como maestros, psicólogos, funcionarios, etc.- están dominados por una ideología que niega la realidad biológica o están intimidados por ella. Habla de la angustia de padres que ven a sus hijas pasar repentinamente por una ‘disforia de género de inicio rápido (DGIR)’ a partir de la adolescencia, independientemente de cuán femeninas hayan sido en el pasado. Estos padres a menudo se enfrentan a la presión social de “aceptar” y “afirmar” la identidad autopercibida de sus hijos, independientemente de sus propias dudas o preguntas.
Fuente original y créditos de la imagen: Kontrainfo