Este miércoles, 2 de abril, han entrado en vigor los nuevos aranceles impuestos por Estados Unidos, lo que supone un desafío significativo para la economía mexicana.
Por Eduardo Ramos, analista de mercados, VT Markets
La economía mexicana se enfrenta a un escenario complejo en 2025 debido a las tensiones comerciales derivadas de los aranceles impuestos por Estados Unidos. Estos aranceles han generado incertidumbre y la Secretaría de Hacienda ha tenido que ajustar su previsión de crecimiento del Producto Interno Bruto (PIB) para este año, reduciéndola de un rango previo de entre el 2 % y el 3 % a uno más conservador de entre el 1,5 % y el 2,3 %. Este ajuste refleja la cautela en la inversión y el consumo privados, así como los efectos persistentes de los choques de oferta.
Por otro lado, el Banco de México (Banxico) ha adoptado medidas para contrarrestar las presiones inflacionarias y estimular la economía. En este contexto, ha decidido reducir su tasa de interés en 50 puntos base, situándola en el 9 %. Esta acción busca incentivar el consumo y la inversión en medio de una desaceleración económica marcada por el impacto de los aranceles.
La volatilidad también se ha manifestado en el mercado cambiario. El peso mexicano se ha depreciado frente al dólar, lo que refleja la incertidumbre entre los inversores y afecta al carry trade. No obstante, esta depreciación podría compensar parcialmente el impacto negativo de los aranceles sobre las exportaciones.
En lo que respecta al liderazgo político, la presidenta Claudia Sheinbaum ha adoptado una postura cautelosa ante estas tensiones. Ha evitado enfrentamientos directos y ha hecho hincapié en la importancia del Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC) como herramienta clave para mitigar las barreras comerciales impuestas por Washington. Su estrategia negociadora ha sido reconocida incluso por el presidente estadounidense Donald Trump, quien la ha descrito como «dura».
En conjunto, estas dinámicas reflejan un panorama económico desafiante para México, caracterizado por ajustes en políticas económicas y esfuerzos diplomáticos para hacer frente a las consecuencias de las medidas proteccionistas estadounidenses.