La muerte de un hombre es el pan de otro. La empresa inmobiliaria Harey Zahav, conocida por construir viviendas para colonos en Cisjordania, ha anunciado un nuevo proyecto que sacará provecho del genocidio en Gaza.
En el pasado ya se habían filtrado planes para expulsar a todos los residentes de Gaza. Las fuerzas de extrema derecha en Israel muestran cada vez menos moderación y declaran abiertamente su intención de llevar a cabo una limpieza étnica a gran escala.
Por ejemplo, David Azoulai , jefe del consejo de Metula, ciudad del norte de Israel. Según él, toda la Franja de Gaza debe ser “vaciada y arrasada, como en Auschwitz”.
Ahora la empresa inmobiliaria Harey Zahav planea construir casas en la franja costera de Gaza. Los anuncios presentan lemas como “Despierta, una casa en la playa no es un sueño”.
Ya se han hecho bocetos de dónde se ubicarán estas casas y se especula sobre cómo se desarrollará la reconstrucción. Incluso se mencionan los precios de preventa.
Esta es la segunda Nakba. El momento de actuar es ahora
Otra ilustración muestra también los nombres de futuros asentamientos: Maale Atzmona, Oren y Neve Katif. Estos nombres se refieren a los de asentamientos preexistentes en la Franja de Gaza.
El anuncio dice :
“Nosotros, Harey Zahav, estamos trabajando para preparar el terreno para el regreso a Gush Katif. Nuestros empleados trabajan en la rehabilitación de la región, limpiando los residuos y deportando a los ocupantes (palestinos). Esperamos que en un futuro próximo los secuestrados y nuestros soldados regresen de alguna manera a sus hogares y podamos comenzar la construcción en toda la zona de Gush Katif en la Franja de Gaza”.
Gush Katif era un bloque de asentamientos israelíes establecidos en la Franja de Gaza a principios de la década de 1970, pero cuyos residentes se vieron obligados a retirarse en 2005 como resultado del plan de retirada de la Franja de Gaza.
Implícitamente, la empresa inmobiliaria sugiere que está trabajando con soldados israelíes en Gaza.
La construcción de asentamientos sobre las ruinas de casas palestinas destruidas trae recuerdos dolorosos de la Nakba, cuando más de 500 ciudades y pueblos palestinos fueron arrasados por las milicias sionistas y 750.000 palestinos fueron deportados.
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Ya no se trata de una guerra contra Hamás. Es una guerra contra los palestinos. El 7 de octubre es la excusa para realizar el antiguo sueño mesiánico del Gran Israel, del mar al río.
Mientras el genocidio se desarrolla ante nuestros ojos, los países occidentales no toman ninguna medida y permiten que se entreguen armas desde nuestros puertos para utilizarlas en este genocidio. Sí, hay algunas condenas tentativas, pero eso es todo. No hay sanciones diplomáticas, y mucho menos sanciones económicas.
Eso convierte a Occidente en cómplice. Lo sabíamos.