Javier Acosta, un joven colombiano y ferviente hincha del equipo Millonarios (Colombia), ha decidido someterse a la eutanasia después de luchar durante más de cinco años contra un raro tipo de cáncer en la sangre. La vida le ha presentado desafíos muy duros: hace nueve años, un accidente lo dejó en silla de ruedas, y cuatro años después contrajo una bacteria en una piscina durante unas vacaciones en Melgar.
Recientemente, su historia ha cobrado notoriedad mundial tras la difusión de varios videos en los que explica su decisión de recurrir a la eutanasia. En los videos, Javier describe cómo el cáncer que le diagnosticaron ya no tiene cura y que un ganglio interno en su cabeza podría dejarlo sin habla en cualquier momento. «Me diagnosticaron cáncer en la sangre y no hay tratamiento que valga. Mañana me trasladan a otra clínica y lo más duro es que me van a aplicar la eutanasia», expresa con voz serena en una de sus grabaciones.
Tras años de enfrentarse a múltiples complicaciones y de luchar con todas sus fuerzas, Javier tomó la decisión de que lo mejor para él y su familia era optar por la eutanasia. Explicó el proceso diciendo: «La eutanasia es una inyección que me colocan y me voy a descansar. El viernes 30 de Agosto de 2024 a las 12 del día tengo programada la eutanasia, me voy de este mundo despidiéndome de todos».
Esta decisión ha generado un gran impacto en las redes sociales y ha llevado a muchos medios colombianos a indagar en la vida de Javier, un joven de 36 años originario de Bogotá. A pesar de su discapacidad, Javier nunca permitió que esto lo detuviera. Se formó académicamente, obteniendo un diplomado, y trabajó en proyectos destinados a apoyar a personas con discapacidad, sin importar su religión o nivel social.
Su familia, y sobre todo su hija, ha sido un apoyo fundamental para tomar esa decisión. “Mi hija es tan madura que se sentó en mi cama acá, en el hospital, y me dijo: ‘papi, te voy a decir una cosa: te amo con mi vida’”, contó este padre soltero.
“Te amo con mi vida, pa. Eres mi vida, pero prefiero que estés con Dios a verte seguir sufriendo en una cama, pa”, fueron las palabras de la niña. Para Javier Acosta, lo que escuchó de su pequeña “es como una motivación, saber que mi hija tan pequeña es tan madura”.
En cuanto a su salud, Javier explicó que los médicos le ofrecieron la opción de amputar su pierna para intentar frenar la infección causada por la bacteria, pero esto no garantizaba que la infección no se extendiera a otras partes de su cuerpo, reflejando la difícil situación que enfrentaba.
El joven vive con su mamá, su hermana, su hija y su papá. «No solamente sufro yo, sufren ellos también porque están acostumbrados a verme salir, a moverme. Hace poquito me gradué de la universidad, hice un diplomado en psicología y salud, me gusta moverme, entonces al imaginarme mi vida sin mis piernas, en una cama, con antibióticos, viendo a mi hija cuidarme, perdiendo su oportunidad de tener una infancia, una niñez, una juventud, dije no voy más con eso, yo quiero la eutanasia”.
Javier Acosta se despide del mundo dejando un legado de lucha y determinación, habiendo tomado la decisión de la eutanasia como un camino para encontrar paz y descanso después de años de dolor y sufrimiento.
“Estaré alentando desde lo más alto. Mi familia me apoya. Saben que es lo mejor. No es fácil tener una infección así. Pero no puedo más. Me duele no ver crecer a mi hija. Les pido me acompañen el día de mi funeral y la misa. Gracias por su amistad. Me voy agradeciéndoles. Desde el cielo le voy a jalar las patas a todos los jugadores de Millonarios a ver si ganan”, declaró como palabras de despedida que quedaron en el corazón de todos sus allegados y aquellos que conocen su caso: “Nos veremos en el cielo”.











































































