La intensa campaña que la oposición desató contra el Gobierno de AMLO por el contenido de los libros de textos gratuitos, provocó un debate en la población.
Aunque teñido de mala fe, el alboroto mediático le hizo un gran favor a México: mucha gente descubrió la orientación globalista de los Planes de Educación. El problema excede el marco acotado del contenido de los libros. Esta realidad es escamoteada simultáneamente por gobierno y oposición, que fingen diferencias pero trabajan en tándem.
Nueva Escuela Mexicana: Ideología en las escuelas
La Nueva Escuela Mexicana es el resultado de la infiltración del globalismo en el sistema educativo de este país. Por «globalismo» entendemos el programa político y económico que la Clase Capitalista Transnacional (TCC) impulsa a nivel planetario, y que viene asociado a un conjunto de cambios culturales que se fomentan agresivamente entre la población: ideología de género, transgenderismo, lenguaje «inclusivo», relativismo cultural, aborto y eutanasia, legalización de la pedofilia, alarmismo climático y construcción del Estado de Bioseguridad, entre otros.
Aunque el Gobierno de AMLO durante la pandemia se distanció parcialmente de los mandatos planetarios, la SEP se ha comportado como un promotor de la propaganda globalista. Impulsó el cierre de escuelas y santificó el uso de cubrebocas desde el inicio de la pseudopandemia, en línea con todas las medidas tendientes a contaminar a los ciudadanos con la idea de que el prójimo es tóxico, potencialmente peligroso, «contagioso».
El lanzamiento de los libros gratuitos, con un contenido afín a la agenda que promueve la oligarquía internacional, es otro paso más de la reingeniería social planeada.
El globalismo mexicano se dispara en el pie
Sin pretenderlo, los partidos de la oposición (todos, paradójicamente, de orientación claramente globalista), contribuyeron a crear conciencia sobre este punto. El PRIAN residual y sus aliados mediáticos le hicieron un gran favor a México al promover una gran campaña de repudio de los libros de textos gratuitos que el Gobierno distribuyó. El debate permitió que mucha gente descubriera la ideología infiltrada en la reforma educativa de 2019. La sociedad reaccionó revisando los textos y descubriendo los contenidos de los libros, que reflejan nada más ni nada menos que el Plan de Estudios elaborado por la SEP. Algunos puntos cuestionables:
- Promoción del aborto como un «derecho» de las mujeres.
- Apelaciones a los estudiantes para construir «identidades diversas» en línea con la propaganda «trans» y las nociones del sexo «autopercibido».
- Concepción de la sexualidad únicamente como una construcción cultural (separando la sexualidad humana de la biología).
- Implementación del lenguaje «inclusivo» (un absurdo que que no cumple con los lineamientos de la Real Academia Española).
- Pasajes polémicos que le abren la puerta a la aceptación y legalización de la pedofilia.
- Implementación de una visión relativista de los conocimientos.
La crítica de la oposición y la jauría mediática es, cuanto menos, engañosa e insuficiente. Si se pretende denunciar que el contenido de los libros escolares no refleja los valores tradicionales de la sociedad mexicana, cabe ampliar la crítica a todo el contenido de los planes educativos. Es oportuno recordar que, si se respetan sus lineamientos, todos los libros «alternativos», tanto en escuelas públicas como privadas, reflejarán las consignas globalistas.
Huelga decir que el PRIAN y sus aliados no se pronunciarán de esta manera, porque son más globalistas que el propio gobierno.
Proteger a los estudiantes contra venenos ideológicos
Lo positivo del Plan de Estudios de la SEP es que respeta la libertad de cátedra de los maestros. Por lo tanto, los buenos maestros tratarán de enfocarse en los aspectos genuinamente mexicanos del plan.
Sin embargo, muchos maestros ya están ideologizados y que creen que la «ideología de género» es ciencia y/o promoción de una visión «inclusiva», «humanista» o «solidaria». Las estrategias de comunicación del régimen planetario se visten con el ropaje de las buenas intenciones, y mucha gente cae en la trampa de no percibir las consecuencias tóxicas y divisivas que contienen las consignas de moda.
Por eso urge blindar a nuestros niños contra ese bombardeo venenoso, que por desgracia, no llega sólo desde las escuelas. Los padres deben educar en casa para evitar que muchos niños terminen confundidos y fatalmente intoxicados.











































































