El último episodio de The Pulse presentó un panorama sombrío de la situación geopolítica. Los presentadores recordaron que economistas como Martin Armstrong llevan años advirtiendo sobre una nueva guerra mundial, un conflicto que se está preparando no de repente, sino gradualmente. Si bien muchos siguen ignorando las crecientes tensiones y el aumento masivo del gasto militar, las señales apuntan a una movilización sistemática de las sociedades occidentales.
El regreso del debate sobre el servicio militar obligatorio
Un titular británico sirvió de gancho: «¿Qué pasa si rechazas el reclutamiento británico para la Tercera Guerra Mundial?».
Según The Pulse , no se trataba de un artículo casual, sino de la preparación mental de la población para el próximo reclutamiento. Incluso existen paralelismos históricos en Gran Bretaña, como la Campaña de la Pluma Blanca durante la Primera Guerra Mundial, cuando las mujeres obsequiaban a los hombres con plumas blancas como símbolo de cobardía si se negaban a servir.
Hoy, según The Pulse , una humillación pública similar podría amenazar, aunque en condiciones nuevas y psicológicamente más sofisticadas.
Condicionamiento a través de los medios de comunicación y la moral
El programa señaló que los mecanismos actuales de propaganda se han vuelto más sutiles: si bien los gobiernos y los medios de comunicación han vilipendiado durante años la masculinidad tradicional como «tóxica», ahora intentan convencer a estos mismos hombres para que participen en la guerra mediante la presión moral o el patriotismo.
Este repentino cambio de actitud —de la deconstrucción de la autoimagen masculina a la movilización moral— apunta, según los presentadores, a una estrategia de condicionamiento consciente destinada a crear un «deber de participar».
Europa al borde de la bancarrota: la guerra como salida
El análisis económico de Armstrong fue particularmente explosivo: la UE estaba prácticamente en bancarrota y no tenía otra opción que ir a la guerra. Históricamente, la guerra ha sido a menudo el «botón de reinicio» para sistemas sobreendeudados.
Esta tesis se vincula con la creciente presión para preparar a la sociedad ante emergencias, desde ciberataques hasta fenómenos meteorológicos extremos y conflictos militares. The Pulse interpreta esto como un intento de reintegrar las estructuras militares a la vida civil.
Señales de alerta global
El programa citó al presidente serbio Aleksandar Vučić , quien declaró:
“Todo el mundo se está preparando para la guerra”.
Según The Pulse , esta declaración demuestra que los procesos diplomáticos prácticamente se han paralizado. Los Estados se están reagrupando y buscando alianzas, mientras que la confianza y la comunicación se están erosionando.
Particularmente explosivo: Según Vučić, muchos países ya están en conversaciones discretas para determinar quién estará de qué lado en la próxima guerra . Esta reorganización diplomática indica una fase de posicionamiento estratégico, comparable a los meses previos a la Primera Guerra Mundial, cuando se forjaban alianzas en secreto.
El general estadounidense Eric Smith , comandante del Cuerpo de Marines, también habló recientemente abiertamente sobre un conflicto inminente:
«La próxima pelea ya viene. Créeme, ya viene.»
Entre el patriotismo y la crisis del sistema
Si bien el patriotismo está resurgiendo en muchos países, aún no está claro por qué se luchará en el futuro: si por intereses nacionales o por estructuras de poder transnacionales.
The Pulse concluyó con una clara súplica: Estas advertencias no pretenden sembrar el pánico, sino concienciar. Quien aún crea que la diplomacia puede prevenir el colapso del sistema global ignora que la guerra se ha preparado desde hace mucho tiempo, no en los campos de batalla, sino en la mente de la gente.
Conclusión
El programa The Pulse presenta una narrativa clara: las dificultades económicas, el condicionamiento moral y las divisiones geopolíticas están conduciendo a una guerra global. Mientras los políticos aún hablan de «esfuerzos de paz», los preparativos para una era de confrontación abierta —económica, psicológica y militar— llevan mucho tiempo en marcha entre bastidores.











































































