El siguiente paso será el establecimiento de medidas y leyes que garanticen esta protección, una vez que la tarea de difusión ya ha comenzado.
El pasado 11 de agosto se dio a conocer el listado de bienes vallartenses que ahora son parte del patrimonio cultural de Jalisco, en una charla que ofreció el Arquitecto Julio César Herrera Osuna, director de Patrimonio Artístico e Histórico del estado. Si bien, en el mes de junio ya se había hablado sobre los trabajos realizados para la inclusión de bienes materiales e inmateriales al padrón cultural de Jalisco, el Instituto Vallartense de Cultura decidió dar seguimiento a esta importante labor para informar a la comunidad vallartense sobre aquellas fincas que recientemente se registraron en el fundo legal del puerto.
Herrera Osuna abrió su charla resaltando las características del patrimonio cultural, señalando que éste se conforma de elementos materiales e inmateriales propios de una sociedad y que representan una tradición e identidad. La función de la dirección a su cargo, es la de conformar un listado fiel donde incluyen todos estos bienes, que posteriormente son publicados en el Periódico Oficial del Estado de Jalisco.
Recalcó a los presentes que los bienes inscritos en el inventario se ligan al relato fiel de la historia de una zona, para que los habitantes conozcan y conserven su identidad. En el caso de Puerto Vallarta y su primer polígono, se han identificado las construcciones que poseen cierto grado de relevancia histórica y social, para definir los procesos necesarios para su conservación. Tras haberse inventariado, se debe asegurar la integridad de cada uno de ellos mediante un registro documental que contiene información de la procedencia y el material de cada bien con fotografías que registran su apariencia al momento de haberse enlistado.
Resumió que este tipo de acciones rescatan y preservan las tradiciones antes de que desaparezcan; brindan la oportunidad de promover y vender los productos locales así como regionales; estrechan los lazos fraternos entre los anfitriones, hijos ausentes y visitantes en general, y le dan continuidad a las tradiciones desde el origen religioso hasta la integración en la cosmovisión social.
Dentro de los bienes inmuebles enlistados en el fundo, se identifican 72, entre los que destacan casas habitación que no necesariamente están dentro del primer fundo legal; sin embargo, conservan la arquitectura permitiendo saber quién fue el autor, qué técnicas constructivas empleó y las necesidades que cubrió, hasta las construcciones funcionalistas que poseen características del coloquialmente llamado “estilo Vallarta”. Recalcó que este primer paso logra beneficiar a las generaciones futuras, pues serán ellos quienes sean posesionarios de estas edificaciones, siendo necesario trabajar con ellos desde edades tempranas, para sensibilizarlos.