La historia del largo confrontamiento de Estados Unidos contra la Venezuela del Siglo XXI, bien se puede contar como un guión de película basada en la historia del Vellocino de Oro narrada en el libro de Metamorfosis del poeta romano Ovidio. Aquí ejercitamos una escaleta como estructura de ese guión de acción, intriga, drama, muerte y ahora suspenso.
El Vellocino de Oro
El Vellocino venezolano no es otra cosa más que su extensa riqueza de recursos naturales, principalmente oro y petróleo.
No hay que ir muy lejos y observar que el país de Venezuela tiene la mayor reserva petrolera del mundo en la actualidad (303,202 millones de barriles) con el 24% de las reservas probadas en todo el planeta, datos de la OPEP.
Y por el otro lado, el oro. Venezuela tiene el Arco Minero Orinoco, una área de más de 112,000 Km2 repleta de oro, cobre, coltán, diamantes y bauxita. Desde la administración de Hugo Chávez, la minería fue decretada como patrimonio nacional y, en 2020, Nicolás Maduro publicó un Decreto que todo el oro extraído en Venezuela era legalmente considerado propiedad del Banco Central Venezolano.
A ese Vellocino áureo se le agrega la cantidad enorme, de esos dos recursos pétreos (oro y petróleo), en el territorio de Esequibo que Venezuela reclama a Guyana como suyo. Una vasta zona de casi 160 mil km2 (algo parecido al territorio del estado de Sonora) llena de petróleo y oro que se dirime en la Corte Internacional de Justicia de la Haya. Para darse una idea de la riqueza que tiene esta zona, las reservas de petróleo estimadas encontradas en el Esequibo, son comparadas con las reservas de petróleo probadas que tiene México en la actualidad. Guyana, como dato extra, pertenece a la Mancomunidad de Naciones (Commonwealth of Nations), patrocinada por el imperio inglés.
El dragón de Cólquida o el bolivarismo
Al igual como sucede en México y en casi la totalidad de los países latinoamericanos, la riqueza de Venezuela fue administrada por una oligarquía que servía (sirve) a los intereses de las grandes compañías estadounidenses, en caso concreto, a las compañías petroleras. Esta liga con las corporaciones extranjeras, que se vivió fuertemente en el periodo de la posguerra, se vio truncada con la llegada al poder de Hugo Chávez Frías tras ganar las elecciones de 1998.
Con Chávez llegó la doctrina de bolivarismo que a la postre se convirtió en el dragón de la Cólquida, que silbando fortísimo y jamás dormir, cuida el rico Vellocino. El pueblo venezolano se convirtió en el dragón bolivariano que respaldó a Hugo Chávez en sus duelos permanentes con la oligarquía venezolana e internacional que ha buscado robar ese vellocino dorado en que se convirtió el país.
Los Jasón, los guaidós
Ovidio cuenta que Jasón reclamaba el trono de Yolco (Este de Grecia) al ambicioso rey Pelias. Éste acepta devolverle el trono siempre y cuando le lleve el Vellocino de oro que se encontraba en un bosque de la localidad de Cólquida (algún lugar del actual país de Georgia).
La adaptación de esta historia en el episodio venezolano es que el encargado para robar el vellocino del Orinoco, es decir el Jasón venezolano(a), ha ido pasando de personaje en personaje, en el fracaso en fracaso de sus intentos fallidos desde los primeros años del gobierno de Chávez.
Pedro Carmona (2002), presidente de las cámaras empresariales, fue el primer Jasón que buscó derrocar al bolivarismo venezolano y se encontró con el dragón en pleno proceso de consolidación. Luego vinieron muchos de los cuales resaltan el sindicalista Carlos Ortega (2003), Henrique Capriles (2012), Leopoldo López (2013), Corina Machado (2014, 2024), y el tristemente célebre Juan Guaidó (2019).
Estos personajes hicieron lo imposible para llevarle el Vellocino a Pelias, que también ha cambiado de nombre en los diferentes momentos de este periodo de tiempo (Clinton, Baby Bush, Obama, Trump, Biden). Pero el rey no es lo importante en esta historia, sino el reino de la corporatocracia mundial, que al final son ellos los que quieren el Vellocino venezolano.
Jasón, Medea y el narcótico mediático
Todo lo hecho por los jasones venezolanos ha sido de la mano de Medea, su amada. Una de las mujeres más poderosas de la mitología griega debido a su alto conocimiento de las cosas que se traducían en magia y hechicería. Ovidio relata a Jasón no apto suficiente para derrotar al dragón. Fue necesario los dotes de pócimas y conjuros de Medea para así dormir al dragón y entonces Jasón pudiera hurtar el Vellocino.
Eso es lo que desde 1998 ha hecho el malvado reino que anhela el Vellocino del Orinoco y Esequibo, pero los hechizos de Medea hasta la fecha no han funcionado para dormir al dragón bolivariano de cuyos dientes podían transformarse en soldados cuando eran plantados en la tierra.
En la historia de Ovidio sobre Medea, en este caso particular a la hora de hacerse de la piel dorada, dice haber “rociado con jugo de hierbas narcóticas y haberle dicho tres veces la fórmula que provoca el sueño” para poder dormir al dragón que nunca duerme. Medea como los medios de comunicación, desde la asunción del chavismo y el fenómeno de bolivarismo, no han dejado de “rociar” mentiras y calumnias por el espectro informativo existente en todo el mundo, que casualmente es parte del reino plutócrata que busca hacerse del Vellocino; desde la la prensa escrita, radio, televisión y ahora, con mucha mayor fuerza, en las plataformas digitales como Youtube, Facebook o la plataforma X; esta última encabezada por su dueño Elon Musk que no falla un día en difundir consignas calumniosas contra Maduro y el dragón bolivariano.
¿Robarán el Vellocino dorado?
Hoy, en este último capítulo de la larga guerra de baja intensidad contra Venezuela por apoderarse por fin del Vellocino sudamericano, el régimen chavista enfrenta tal vez, la más cruenta cargada mediática y política sin precedentes.
Por un lado, los medios masivos en todo el mundo, la poderosa Medea hechicera y adormecedora, está utilizando todo tipo de pócimas y recetas para que el dragón, vigilante del Vellocino, caiga rendido y sin fuerzas para que los jasones venezolanos que reclaman el reino del Orinoco como suyo, gobiernen las riquezas nacionales con “libertad”, esa que identifica la naturaleza de las corporaciones que saquean los recursos naturales de la mayoría de los países del mundo.
Pelias y sus brazos políticos
Y por el otro, dada la adaptación de la historia del Vellocino venezolano, Pelias, como la plutocracia corporativa, hace su juego político y pone, hasta el borde del ridículo (como el representante del Perú en la OEA), a un puñado de países latinoamericanos, además de España, a seguir el guión de la acción trazado para que, con lo hecho por Medea de buscar adormecer al dragón, pueda entonces los jasones con ayuda de aquel reino, llevar los barcos y aviones de guerra para abrir una abierta confrontación que lleve a la muerte al dragón bolivariano y así poder hacerse del preciado Vellocinio descrito.
Esto parece un plan definitivo para que de una vez por todas hacerse de la riqueza natural del país latinoamericano y hoy existe la perfecta falsa bandera que otorgan las elecciones presidenciales del pasado 28 de julio que habla de que los jasones ganaron las elecciones por un amplio margen y que Nicolás Maduro, tendrá que pagar muy caro por el supuesto fraude electoral.
Tanto es esto que el jefe de la OEA, brazo político de Pelias, siguiendo la adaptación, ha dicho que demandará a Maduro ante la Corte Penal Internacional por el delito de Lesa Humanidad, una posición in extremis y fuera de todo proporción pero secundada y apoyada por todos los lacayos del rey en funciones.
Esta historia no está terminada y forma parte de una secuela que seremos testigos.