Ahora que el presidente de México Andrés Manuel López Obrador dio por acuso recibo sobre la declaratoria de confrontación en su contra de los medios de comunicación, es bueno reflexionar sobre el marcado abuso que han hecho a la sociedad mexicana a lo largo de las últimas décadas los tenedores de concesiones públicas de radiodifusión.
El último hecho de falta de respeto que han cometido los medios de comunicación contra López Obrador, en el que le inventaron indolencia ante la desgracias humana, fue el que trastocó los límites de la tolerancia del presidente, consintiendo por fin enfrentarlos abiertamente al aceptar el desafío de los dueños de los medios de comunicación, no voceros, de tratar de mancharlo, debilitarlo y derrocarlo.
Acuso de recibo
Al final de la conferencia del pasado miércoles 16 de agosto del presente año, en medio de una gritadera ensordesedora que no permitió escuchar nada, medios de comunicación y voceros se dieron a la tarea de inventarle que desde ese griterío, se oyó la pregunta sobre la desaparición de los jóvenes en los altos de Jalisco, pregunta que, según los medios AMLO la escuchó y en vez de responder se puso a contar un chiste.
Esta ofensa, enfureció de manera visible al presidente que al día siguiente, después de los buenos días, habló de la burda manipulación porque «ya no saben qué hacer estos corruptos y sus voceros. Ayer, como a ustedes les consta, al final de la conferencia, ya cuando habíamos terminado, empezaron a gritar y no escuché nada, nada; tan es así, que por eso conté ese chiste.
Y sin ningún fundamento, de manera perversa, sostuvieron todo el día de ayer en la prensa vendida y alquilada de que yo me había burlado cuando me preguntaron sobre los jóvenes que asesinaron, desaparecieron en los Altos de Jalisco. Toda una mentira, una infamia. Ellos son capaces de todo, yo no. No somos iguales, yo tengo principios, tengo ideales, soy un hombre de sentimientos, no me puedo burlar del dolor, de la desgracia de los demás, nunca lo he hecho, por eso quería iniciar esta conferencia, de esa forma» expresó de manera seria el presidente.
Acuso recibo, les dijo a los dueños de los medios el presidente, y aceptó el desafío.
Zombies hambrientos de dinero
Para ser muy claros, López Obrador aceptó el desafío desde hace tiempo, justo cuando decidió fincar su política de comunicación en la sola vía, la que él llama “benditas redes sociales”, a través de la construcción de la conferencia de prensa de lunes a viernes. Craso error del presidente, desde la óptica de este quien escribe que, pasados casi cinco años, apenas se entera de la magnitud de haberles dejado merodear la morada cual zombies hambrientos de dinero sin otro defensa más esa conferencia en las «benditas redes sociales».
Aunque La Mañanera es un fenómeno político-mediático sin precedente alguno que ha batido a los grandes noticiarios matutinos y ha roto record de audiencia en youtube, sí, cierto, pero no puede fincarse en la virtualidad la seguridad comunicacional que debe de tener un país tan extenso y complejo como el nuestro y es ahí donde está la falla; es ahí el error que se da cuenta ahora al aceptar el desafío 5 años después.
Puso a un periodista, Jenaro Villamil, al frente del Sistema Público de Radiodifusión del Estado Mexicano que era mejor haberlo dejado de reportero, pues parece que a eso se dedica desde la función pública por la intensa actividad de decenas de mensajes que publica a diario en la red virtual X, y mientras los avances significativos para que ese sistema pudiera haberse expandido más allá de la Ciudad de México, quedó fuera de los proyectos obradoristas.
Y hablamos de zombies hambrientos usado como metáfora de una realidad concreta donde se observan a los dueños de los medios como seres desencajados y hambrientos en busca del dinero público a sangre y garrote sin pensar ni razonar sobre sus coberturas de las fake news, las mentiras viles o los obvios montajes, muchos de ellos violentos y de sangre, que sirven para armar escándalos mediáticos que dañan no solo a las personas directamente involucradas en esas falsedades sino a toda una gran audiencia víctima de la desinformación y la manipulación.
Aunque todo el tiempo ha existido el manipular y desinformar desde los medios de comunicación, hoy es más recio precisamente por la falta de recursos que los medios estaban acostumbrados a ingresar desde la hacienda pública y que, en este sexenio, la cuenta del gasto público de comunicación social ha estado en el nivel más bajo de la historia del México reciente.
Un poco de historia
Los medios electrónicos de comunicación masiva nacidos en la segunda década del Siglo pasado, fueron de interés máximo para el manejo de las masas, ya sea por parte de los gobiernos establecidos legalmente o gobiernos de facto como las corporaciones empresariales.
La introducción al mundo de los medios masivos electrónicos, que hoy es un abanico de formas y dispositivos, se dio por la radio que imperó su hegemonía durante varias décadas hasta que apareció la televisión, un aparato que se fue sofisticando desde la televisión de bulbos hasta la pantalla dáctil 4k+V.
Pero el manejo de las masas no se da necesariamente sólo por el aparato tecnológico per se, sino que se tuvo que estudiar la manera metodológica para aplicar la ciencia social en ello. Quién no recuerda el famoso trabajo de investigación del Radio Proyect realizado por el matemático-sociólogo austriaco-estadounidense Paul Lazarsfeld en 1936, que fundó científicamente todos los fenómenos musicales que se han dado en la historia y que hoy todavía se aplica, porque se volvió un instrumento muy eficaz en el manejo de las masas, sobre todo en la población juvenil.
Después de la Segunda Guerra Mundial, ya con la hegemonía gringa en gran parte del mundo, el control de los medios fue fundamental para exportar la ideología y la forma de vida de los estadounidenses. El control de la radio, junto con la televisión, y sus efectos sociales, fueron vitales para los gobiernos y grupos de poder fácticos para imperar en el control social.
Lázaro Cárdenas del Río tenía entre sus planes hacer una red de radio pública que llevara, no solo la cultura musical y la información, sino que pudiese servir como instrumento de enseñanza para las escuelas hasta el último rincón de todo el país, pero la reforma agraria, la creación de los sindicatos obreros y campesino o la expropiación petrolera, fueron prioridad y al general no le alcanzó el tiempo.
La continuidad de la transformación de México hecha por Cárdenas se truncó con la llegada de Ávila Camacho y su redención hacia los Estados Unidos, emblematizada con el Escuadrón 201. En su gobierno, 1941, se formó una agrupación de poderosos hombres de influencia estadounidense que la llamaron Cámara de la Industria de la Radio (CIR), que en los hechos, desde entonces hasta la fecha, ha funcionado como la Secretaría de Comunicación Social del país.
Desde ese organismo privado se trazó la política de comunicación social en radio, televisión, cinematografía o en las mismas artes y no es casualidad, que mientras que en Estados Unidos arrasaba el fenómeno mediático de Elvis Presley que conjugaba todos los elementos de la cultura gringa, acá en México se emulaba con su propio fenómeno mediático en la figura de Pedro Infante que impregnaba las características de la actitud que todavía se presume como mexicano.
Desde entonces a la fecha, los medios de comunicación aglutinados en la ahora CIRT, cobraban del presupuesto público que destinaban exprofeso año con año una buena cantidad de dinero para subvencionar ese aporte además de coadyuvar en la conveniencia con los gobiernos en turno en la desinformación o la manipulación informativa necesaria para seguir disfrutando los privilegios.
Los medios sin ingresos, un peligro para México
Los dueños de los medios de comunicación son parias del sistema. Utilizan la comunicación desde el interés económico como objetivo. Eso del derecho a la información esta fuera de su órbita. Son personajes que trafican influencias apropiándose de los recursos valiosos de la nación como es el mismo campo radioeléctrico adquirido por ellos mediante concesiones otorgadas por el Estado para, supuestamente, hacer la función que debería de hacer el mismo Estado: informar a la ciudadanía.
Visto desde las altas ganancias, su riqueza proviene de una concesión, como ha pasado con las minas o las carreteras; en este caso de un bien público que hace posible la comunicación social a grandes distancias y en cualquier tiempo. Pero no es solo la concesión, además obtienen una manutención anual de toda la operación que representa la empresa más jugosas ganancias extras que permiten tener aviones, yates, casas en Nueva York , Roma y París.
Pero estás cosas en realidad no son perennes, todo tiene límite. En este caso, el quiebre de ese sistema en el 2018, les dio un giro de 180° que los puso de tenerlo todo a casi no tener nada; lo que tanto los medios temían por aquello de «López Obrador es un peligro para México» porque desde su cinismo, consideran a México como su propiedad y no toleran que alguien les venga a cambiar su status de privilegio.
Pero la gente se hartó de sus manipulaciones y empezó el pueblo a tomar decisiones colectivas que lastimaron el sistema creado desde aquellos años y, el «peligro para México», el México de privilegios que ellos representan, hoy está sumido en una verdadera crisis.
Una crisis económica por falta del ingreso anual; los medios están en una situación financiera muy grave; sin el dinero acostumbrados a recibir, ya no les alcanza para mantener el Jet, el Yate o los lujos excesivos; aunque haya personajes de un cinismo exacerbado como el de Ricardo Salinas Pliego que presume sus lujos excesivos en la red virtual X a pesar de que sus empresas estén en condiciones de quiebra total además de las fuertes deudas que tiene con las arcas de la nación que le litiga la Corte a su favor para no pagar más 25 mil millones de pesos de impuestos que dejó de contribuir en años anteriores.
El golpe económico del gobierno de la austeridad republicana ha sido contundente. Si bien es cierto que desde que inició este gobierno no han parado de golpear, hoy se intensifica la lanzada feroz por el tiempo de elecciones que vive el país.
Tenemos ahora medios empobrecidos que se convierten en una real amenaza. Así como los pobres son arrojados a cometer ilícitos para sobrevivir, los medios sin ingresos públicos hoy tienden hacer los mismo pero desde el nivel económico que tienen y por ello representan un peligro para México.
Los medios electrónicos están en una etapa de desespero, en claro ejemplo son las cadenas que administran decenas de radios en todo el país, como Radiofórmula, que están sintiendo el problema financiero de manera alarmante, pero ¿hasta dónde puede llegar su desespero? ¿Serán suficientes las mentiras y las fakenews para derrocar a AMLO y su herencia política? ¿Qué tantas otras cosas serían capaces de hacer? ¿Qué vertientes agarrará esta guerra declarada?
Las cosas que hemos visto desde los medios como lo montajes y las fekenews poco les ha ayudado para su fin. El único instrumento efectivo de comunicación del gobierno obradorista, la cobertura de La Mañanera y la información gubernamental que fluye en internet, hasta ahora han sido un tanto eficaces; también hay que contar como instrumento mediático altamente efectivo: las asambleas informativas que hace López Obrador que llena plazas, las cuales ya ha retomado esta semana en el estado de Guerrero, pero ¿Le alcanzará con eso en la guerra declarada?
En este poco más de un año que le queda a este gobierno, ¿no hay otras acciones que el gobierno pudiera hacer para contener la virulenta violencia verbal y física de los dueños de los medios de comunicación? Me refiero a la violencia física como los secuestros, desapariciones y asesinatos que están escalando cada día más en el país y que es el combustible convenientemente perfecto de los medios de comunicación para el golpeteo, sucesos oportunos coincidencialmente.
Fueron muchos años, décadas, de carretadas de dinero que los gobiernos pasados dieron a los medios de comunicación. Formaron imperios corporativos que acumularon riqueza en todos lados, lo que hace pensar de las inmensas reservas que tienen, pero se puede observar la desesperación como si le hubieran abierto un hoyo a las arcas, algo así como al globo que se le pincha se le escapa el gas por la rotura.
El acuso recibo, es sin duda el inicio de una batalla que, obligadamente tenemos que estar durmiendo con los ojos bien abiertos.












































































