El presidente municipal, Arturo Dávalos Peña, autoridades civiles y militares, conmemoraron en ceremonia cívica el centenario luctuoso del ‘Caudillo del Sur’, Emiliano Zapata, quien fue asesinado un 10 de abril de 1919 en una hacienda de Chinameca, Morelos.
Tras izar la bandera a media asta en la plaza de armas y colocar una ofrenda floral en su honor, se recordó parte de la vida de este luchador social, que siempre defendió la justicia, la igualdad, la libertad y el respeto a los campesinos y las comunidades indígenas.
El director de Turismo Municipal, Ramón González Lomelí, fue el orador de esta ceremonia, que enfatizó la frase con la que Emiliano Zapata prometiera a sus padres al pie de sus tumbas hacerles justicia, tras haber sido víctimas meses atrás, junto a otros campesinos, del despojo violento de las tierras que labraban.
“La tierra volverá a quienes la trabajan con sus manos”
“En aquel momento, el adolescente Emiliano prometió que cuando fuera grande, él mismo haría que lo que era suyo les fuera devuelto. En su familia ya había antecedentes rebeldes ya que su abuelo formó parte de la toma de Cuernavaca en la guerra contra Maximiliano, y a sus 16 años decidió cumplir la promesa que hizo en vida a sus padres para honrar su memoria”, señaló.
A los 17 años, resaltó el funcionario, Zapata tuvo su primer enfrentamiento con las autoridades, por lo que se vio obligado a dejar su estado natal de Morelos. A los 23 años ya era líder de la Junta de Campesinos de Cuautla, para luchar contra los hacendados por la tierra, y a los 30 años, era el mejor domador en la comarca y muchas haciendas se lo disputaban; sin embargo, nunca olvidó aquella promesa de hacerles justicia a sus padres y a su pueblo.
Emiliano Zapata ‘Caudillo del Sur’
“En 1911, se levanta en armas contra el régimen de Porfirio Díaz; a la par, Emiliano apoyó la candidatura de Francisco I. Madero a la presidencia. A pesar de esto, cuando Madero llegó al poder no cumplió sus promesas, no atendió las demandas y necesidades de la comunidad campesina, por lo tanto, nuestro hoy homenajeado ‘Caudillo del Sur’ y su gente, entraron en descontento y desconocieron su mandato”, reseñó.
Después de esto, Zapata se unió con el profesor Otilio Montaño y juntos lanzaron el Plan de Ayala que condenaba la traición de Madero, demandaba la restitución de las tierras usurpadas durante el porfiriato y se exigía el reparto agrario de las tierras a los hacendados. Durante la dictadura de Victoriano Huerta, se extendió en dominios en el sur aliándose con Francisco Villa, y en 1915 plantea la creación de la Ley Agraria. En 1917 publica la Ley Orgánica Municipal, para los municipios administrados popularmente.
El prócer continuó su lucha armada hasta que el coronel Jesús Guajardo lo convenció de que él y su gente estaban en contra del gobierno y que lo dotaría con un gran arsenal; sin embargo, todo se trataba de una trampa y tras ser citado en una hacienda en Chinameca, Morelos, se ordenó su asesinato. Venustiano Carranza y los traidores pidieron a los atacantes no dispararle en el rostro para comprobarle al pueblo que sí era él, por lo que su cuerpo fue exhibido en la estación de policía durante 24 horas como advertencia a los rebeldes.
“La vida de Emiliano Zapata terminó cuando él tenía 39 años, pero ha vivido más de 100 en la memoria colectiva y en los corazones de todos aquellos mexicanos que encontramos en él una figura de inspiración”
Afirmó, recordando así a un hombre que jamás claudicó en su objetivo de lograr la justicia y con sólo la educación primaria, creo leyes agrarias que fueron la gestación de los ejidos en México.