“Esta campaña no se gana con publicidad, se gana con propaganda. Y mientras más mentiras des contra Morena mejor te va” Carlos Alazraki (2022) Publicista y estratega político
Introducción
Ahora que estamos en la víspera del adiós del actual gobierno y la desaparición de la figura mediática del presidente Andrés Manuel López Obrador, vale bien observar el fenómeno socio-político que se construyó en México para derrotar a la plutocracia mundial y sus gerencias en México y, en gran medida, al todopoderoso conglomerado mediático que dominó la comunicación social nacional a partir del periodo pos-revolucionario (que coincide con el establecimiento de los medios electrónicos) hasta el 2018.
Cuando se habla de 6 años, pensamos en un periodo relativamente corto, pero se torna complejo vivir cada uno de sus días con la intensidad sin precedentes que implantó el poder mediático-económico contra todo lo que se mueva alrededor de López Obrador y su creación de la 4T.
AMLO ganó las elecciones del 2018 para enfrentar un huracán permanente de mentiras, calumnias, montajes entre otras perversidades que configuraron la lluvia de falsedades de todos los días y en todos los frentes mediáticos del país.
Es por ello que la contundencia del triunfo electoral del 2024 se convierte en una proeza mayúscula que pinta a AMLO como un estadista fuera de serie y de una gran visión. Porque haber derrotado a los poderosos del capital y a su maquinaria mediática no se puede contar sencillo.
En otros términos podríamos hablar del aniquilamiento de la mentira como arma para el control social que derivó, para los medios de comunicación de hoy, en ínfimos términos de confianza y credibilidad que los vulnera y les amenaza a adaptarse al nuevo orden de poder que se está estableciendo en México a partir de la contundencia del 2024.
El obradorismo aportó pruebas empíricas contundentes en lo cualitativo y lo cuantitativo para aseverar una tesis histórica que demuestra que las mentiras como contenidos estratégicos y eje principal de acción para el control social, no es sostenible, y en tanto, los ataques confeccionados desde esa lógica, no solo ha fracasado, sino lo etiqueta en la práctica como una teoría fallida.
Breve contexto histórico
El poder económico colonial: Las Haciendas
No hay que olvidar que después de la Revolución Mexicana de 1910, al menos en el membrete, desaparecieron las haciendas y su diseño de peonaje/esclavista que perduró y se afianzó durante 100 años. Hay que ver que lejos de desaparecer con la supuesta Independencia de 1810, las haciendas se fortalecieron en los tiempos de la gran Reforma de Estado de 1857 y se convirtieron en un problema social mayúsculo en los tiempos aciagos del periodo porfirista.
A pesar de esa “transformación” en el país, la de la Revolución, la oligarquía nacional de la segunda década del Siglo XX buscó su re-acomodo a través de la nueva hegemonía mundial que venía forjándose desde la Primera Guerra Mundial y configurándose más tarde, en 1945 tras la Segunda Guerra Mundial, en una poderosa plutocracia corporativa con sede en Estados Unidos.
La neocolonia
A partir de entonces, esas corporaciones transnacionales hallaron en la alicaída oligarquía mexicana su mejor aliado para ir apoderándose poco a poco de los recursos naturales y los sectores estratégicos del país, ya no como haciendas con miles de peones sino como grandes empresas con miles de empleados (Femsa-CocaCola, Kimberly Clark, Sigma, etc.).
Gerencias mexicanas de corporaciones extranjeras
El control extranjero a través de familias locales se acomodó en la industria alimenticia, la petroquímica, la minería, la de autopartes, entre otros estratégicos sectores de la economía nacional pero, sobre todo, tomó mayor control en la industria creciente de los medios de comunicaciones que acapararon la comunicación social nacional a través de la Cámara Nacional de la Industria de Radiodifusión (CIR 1941) y luego agregando la televisión a principios de la década de los 70´s (CIRT,1971) que funcionaba en la práctica, junto algunos periódicos hasta el 2018, como el organismo privado/público de in-formación nacional que manipulaba sin escrúpulos a la sociedad mexicana a través de la omisión, distorsión, desinformación y la amplia introducción de contenidos de radio y televisión diseñados desde el exterior cargados de propaganda ideológica.
De esa manera, una vez tomado el control del poder económico, la oligarquía se fue encaramándose al poder político, primero por asociación con los cachorros de la revolución (Miguel Alemán Valdés 1946) y luego como empleados directos (Salinas de Gortari, Zedillo, Fox, Calderón y Peña, 1988-2018).
Fraudes electorales, la “democracia” del periodo oligárquico
Fraudes electorales, la génesis del obradorismo
La figura socio-política de Andrés Manuel López Obrador (AMLO) emerge desde la lucha local en su natal Tabasco en las últimas dos década del Siglo XX. Formó parte del grupo cercano a Cuauhtémoc Cárdenas Solórzano en 1988 cuando la “caída del sistema” en el primer mega fraude electoral. Luego tomó fuerte protagonismo en dos eventos que lo marcaron como hombre de ideas: el Éxodo por la Democracia (1991) y la toma de 21 pozos petroleros (1996).
Después de una década de fraudes electorales en su búsqueda por la gubernatura de Tabasco, se establece en la Ciudad de México tras su triunfo por la dirección del extinto Partido de la Revolución Democrática (1996). Cuatro años más tarde, en el contexto de las elecciones presidenciales del año 2000, López Obrador se postula para buscar la jefatura de gobierno de la Ciudad de México y, como una paradoja y vivo ejemplo de la sentencia bíblica de que nadie es profeta en su tierra, gana la elección.
El lawfare fallido
Es en este periodo donde López Obrador tiene la oportunidad de implementar su idea de gobierno que a la postre resulta en el inicio de un fenómeno socio-político que prendió los focos rojos de la oligarquía gerencial mexicana que lo consideró un peligro para sus privilegios y, aunque parezca increíble, tomaron la palabra México como bandera de un ideal de propiedad, sintiéndose herederos de la colonia y hoy como “socios” de la neocolonia.
AMLO toma vuelo y sustituye a Cuauhtémoc Cárdenas (1988, 1994 y 2000) como la figura representativa de la izquierda mexicana que lo encamina como el posible candidato para los comicios nacionales del 2006 y, ante la creciente “amlomanía”, la plutocracia mundial a través de su gerencia en el país pretende anularlo mediante un lawfare fallido (2005). Este evento marca el potencial inicio del obradorismo, pues no es menor que las inmensas movilizaciones populares cambiaran la posibilidad de cárcel al propio López Obrador.
El desafuero y el obradorismo visible
La destitución de AMLO como Jefe de Gobierno de la Ciudad de México en el llamado desafuero, aparte de la exhibición desafortunada de la sumisión humillante de la clase política a la oligarquía gerencial, el evento catapultó la figura del tabasqueño como guía de un fenómeno socio-político que más tarde que temprano acabaría derrotándolos.
Es en este periodo donde los gerentes de las transnacionales, que sentían a México como suyo, inician una larga guerra sucia y propaganda negra que se ha prolongando al día de hoy, acuñando misiles de calumnias como las ya célebres frases de “López Obrador es un peligro para México” o el más reciente de “#AmloNarcoPresidente”.
2006, una asociación delictuosa
El fenómeno socio-político del obradorismo probó resistencia ante el descomunal fraude de las elecciones presidenciales del 2006 que rebasó por mucho aquella de la “caída del sistema” de 1988, no sólo por las obvias razones del número de votantes, sino por la exhibición del verdadero gobierno que no era el que supuestamente se elegía a la hora del voto.
La Mafia del Poder
La asociación delictuosa de empresas nacionales, vinculadas a emporios extranjeros, con partidos políticos e instituciones públicas (SCJN, TEPJF, INE y otros organismos descentralizados), fue lo que exhibió el gran fraude electoral del 2006. Desde entonces AMLO configuró esa asociación como “La Mafia del Poder” que dominaba ampliamente el poder político a través del deforme amasiato entre los partidos PAN y PRI, que bautizó el mismo tabasqueño como el “PRIAN”.
López Obrador es un peligro para México
La descomunal andanada de injurias, calumnias y mentiras sobre la figura de López Obrador en la campaña presidencial del 2006, aunque sí pudo quitarle votos al candidato de aquella coalición “Por el bien de todos”, definitivamente la campaña de “López Obrador es un peligro para México” fue un total fracaso: fue necesario el golpe electoral para derrotar a AMLO. La guerra contra el obradorismo había comenzado pero, la mentira y la denostación como arma empezaba a no tener efectividad a la hora de lanzarlas como bombas incendiarias.
La censura de la figura
En este periodo de tiempo el nombre de Andrés Manuel López Obrador desapareció de toda exposición mediática. Era penado abrirle espacios mediáticos en todo el país, sin embargo, el obradorismo se extendía como la humedad por todos lados después de haber exhibido su fuerza en eventos como el Plantón del Paseo de la Reforma (julio del 2006) o la misma ceremonia de la “Toma de Posesión del Presidente Legítimo” en noviembre de ese mismo año. Eventos masivos de más de 100 mil personas provenientes de todos los rincones de la República.
La mentira como política de Estado
Mientras pasaba el sexenio 06-12, los medios cubrían los cielos nacionales de mentiras, literal: no hay que olvidar que más de las dos terceras partes de los medios electrónicos lo tienen 10 personas y sobre las mentiras no hay mejor muestra que la llamada “Guerra vs el Narcotráfico” de Felipe Calderón donde los medios se involucraron tal que borraron la línea en la relación gobierno-medios.
Mientras que las mentiras era la base de la política mediática de la oligarquía mexicana, el obradorismo trataba de postular principios que definiera su proceder estratégico. La doctrina del obradorismo se empezó a gestar con los principios de no robar, no mentir y no traicionar.
2012, el último reducto
Esa “mafia del poder”, el grupo oligárquico que ponía y deshacía en México, llegó a estar en un momento de ceguedad total pensando que la mentira era el recurso infalible que les garantizaba los privilegios.
El cuento de hadas
En el trienio 2009-2012, el involucramiento de los medios de comunicación en la práctica de gobierno llegó a tal grado de hacer lo inverosímil una realidad: la construcción de un cuento infantil donde una cenicienta moderna (estrella femenina del momento en los medios electrónicos) conquista el amor de un príncipe de la política aristocrática que se convierte a la postre en el ¡Presidente de la República!
Esta telenovela une a los actores de la industria del cine y la política para fabricar un “Real & True High Class Reality Show ” confeccionado para engañar y manipular a un país de más de 100 millones de personas; este exceso de utilización de la mentira como forma o conducto para llegar a la manipulación de masas es lo extremo que se ha utilizado desde los medios de comunicación como arma para el control masivo y participar en la repartición de la riqueza del país.
La compra de votos
Aún con la amplia difusión en radio y televisión en todo el territorio nacional, primero del noviazgo y luego la despampanante boda, el actor elegido como el “príncipe”, tras sus yerros y obvias limitaciones que exhibió en la campaña para presidente de la República en el 2012, no dio el ancho. El reality no fue suficiente. Para derrotar al obradorismo tuvieron que hacer otro megafraude; ahora fue a través de una descomunal compra de votos para diferenciar los resultados a su favor.
“El uso de dinero a raudales –sólo en el estado de México gastaron mil 800 millones de pesos para comprar un millón de votos– y que la mayoría de los medios de comunicación patrocinaron a Enrique Peña Nieto. Vamos a fundar estos elementos y a presentar los juicios y procesos electorales”, dijo AMLO el 3 de julio del 2012.
La decadencia
Al final, el fraude electoral se consumó y dio inicio la decandencia. La opulencia al ensancharse, borró el límite de la gula “multidimensional” de los pobres ricos beneficiarios queriéndose repartir todo y todos reclamaron su parte. El impacto que dejó al país los dos fraudes electorales, los 12 años de gobierno de Felipe Calderón y Enrique Peña, fue devastador.
Graves sí, como el asombroso acaparamiento de los denuncios públicos para minería, pero hablamos de otra cosa cuando, una vez con el control del gobierno, cambiaron la constitución a su modo quitando candados para la re-apropiación de las tierras, haciendo leyes laxas para evitar penas y esconder los robos o peor, poner a su cargo un gobierno paralelo en sectores estratégicos que los oligarcas dominan, como la Cofetel, órgano público nicho de la poderosa industria de la radio y la televisión, el Inai, Cofece, entre otros organismos descentralizados y autónomos.
Es en este periodo donde se avala legalmente el hurto, el saqueo y la respectiva garantía de impunidad. Controlaron todo. Estaban por acabar con toda fuente de recursos públicos cuando algo salió mal entre los oligarcas económico-mediático y Peña Nieto.
Peña Nieto, ¿héroe de la democracia mexicana?
Aquí vale hacer un paréntesis para observar al hecho de que Peña Nieto no se metió en las elecciones del 2018.
Andrés Manuel López Obrador hace de “el licenciado Peña” el nombre de referencia a Enrique Peña Nieto. Casi siempre que lo menciona antepone la cualidad de “Licenciado” en obvia distinción académica y que se traduce como parte de un símbolo de respeto a la persona, pero ¿porqué tal distinción? ¿Porqué la deferencia a un sujeto frívolo y vividor de la política?
Ante las posibles respuestas se abren más cuestiones a explorar como qué escenario electoral hubiera sido sin la actitud y la postura de Peña Nieto en su propio enfrentamiento con la “mafia de poder”, ¿Se hubiera recurrido a un nuevo fraude? ¿De qué o de quién se sostenía Peña en su enfrentamiento con los oligarcas mexicanos?
Ojalá y se conozca a detalle los encuentros de AMLO con Peña. Encuentros que provocaron un cambio de parecer en el tabasqueño a la hora de referirse como “licenciado” y reconocerle en más de una ocasión su no intromisión en los comicios del 2018.
Casa Blanca ¿regalo de Claudio a Aristegui?
Este episodio deja al descubierto muchas preguntas sin respuesta como saber ¿qué pudo ocasionar que la oligarquía mediática-económica rompiera la relación magnates-Peña? Se podría especular que algo pasó en aquella trama donde se querían apoderar de la educación básica desde la triste organización no gubernamental de Mexicanos Primero de Claudio X. González, gerente local de Kimberly Clark, el emporio mundial de papel para limpiarse.
Algo pasó en esa ambición porque el afán de Mexicanos Primero por quedarse con la educación pública fracasó rotundamente.
Y aquí es donde los medios de comunicación juegan su papel crucial en los golpes oligárquicos. Por ello se sospecha que el caso de La Casa Blanca, (aquel golpe mediático contra Peña Nieto de la casa “comprada” a OHL por Angélica Rivera, la princesa de televisión consorte del príncipe de la política), ganador de infinidad de premios y reconocimientos periodísticos a Carmen Arestegui y su equipo. Este equipo estaba integrado por personajes ligados a las organizaciones de junior magnate y por ellos se abre la especulación que se les pudo enviar un expediente ya armado desde las oficinas centrales del conglomerado de las tantas ONG´s de Claudio X. González para dañar al presidente que pudo no haber cumplido algún capricho.
El Peña estoico
Ese evento fue crucial en la relación gobierno-oligarquía del Peña “patriota y demócrata”. La industria mediática jugó su papel casi a la perfección contra Peña Nieto pero al final éste aguantó estoicamente la andanada de ofensas que, en palabras del AMLO, lo “convirtieron en el payaso de las cachetadas después de haberles dado recursos del presupuesto a través de concesiones, contratos y exenciones de impuestos pues se sentían con derecho después de haber invertido en él”.
2018, la reconstrucción de la República
Peña, el tigre y el voto masivo = fraude frustrado
No se puede cuantificar lo hecho por Peña Nieto en las elecciones federales del 2018 en el aporte efectivo a la democracia, lo que sí se puede observar es el trato deferencial de AMLO al último presidente priísta que se negó a entrometerse en el proceso electoral y de una u otra manera dificultó la posibilidad de un fraude más.
A principios del 2018 AMLO había advertido a los oligarcas sobre el obradorismo, que la caracterizó de tigre: “…si se atreven hacer un fraude electoral yo me voy también a Palenque y haber quién va a amarrar el tigre. El que suelte el tigre que lo amarre, ya no voy a estar yo deteniendo a la gente…”.
Esta advertencia fue contundente.
Todo se mezcló para que en el 2018 se respetara la voluntad popular: la negativa de Peña Nieto para inferir en la contienda, la advertencia sobre el tigre a los poderosos oligarcas y la copiosa participación electoral de los mexicanos a favor de AMLO.
Sí, por fin había llegado el poder de los votos y López Obrador es nombrado presidente de México para el periodo 2018-2024.
La 4a. Transformación en México
El enfrentamiento que ya estaba cantado, se agudizó al anunciar su forma de gobierno que tenía como meta: acabar con la corrupción político-económica que era en la práctica la Ley a seguir. AMLO dice hoy que la intención de su gobierno era sentar las bases para la erección de una nueva República, una nueva transformación de país como las vividas en 1810, 1857 y 1910.
Quitar lo establecido e implantar un nuevo orden en la administración pública era lo que tanto temían los gerentes de la plutocracia mundial que se había metido hasta la cocina en la administración de país. López Obrador sí fue el peligro que tanto temían.
El odio
Sólo como una pequeña muestra de lo serio de la propuesta obradorista y la ascendencia del odio contra el obradorismo fue la cancelación del NAICM, todavía no era nombrado oficialmente presidente de México y AMLO, avalado por una consulta popular realizada en octubre del 2018, cancela todo el proyecto para obras y paga los contratos establecidos.
Este fue el gran golpe de AMLO a oligarcas. Imperdonable.
A excepción quizá de la Reforma al Poder Judicial a punto de hacerse realidad hoy en día, la cancelación del Nuevo Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México en Texcoco fue el golpe demoledor por la afectación a los grandes intereses y, sobretodo, por la decidida forma de actuar de un presidente que no se iba a doblegar ante los poderosos mimados.
El avispero se activó y con ello el odio. A toda la diatriba que se le indilgaba a AMLO, sobre todo con el miedo y el engaño, los oligarcas coléricos sumaron el odio. Las mentiras, columnias, montajes y todo lo espurio, los oligarcas tuvieron al odio como un elemento más en su estrategia comunicativa a partir del 2018.
El Bunker
Mientras pasaba el desmantelamiento del “gran proyecto del lago de Texcoco”, los heridos magnates construían un centro de operaciones; una oficina especializada a cargo de Claudio X. González que tenía la función primordial de tumbar a López Obrador sin importar la forma, siguiendo la doctrina maquiavélica mexicana del “haiga sido como haiga sido”.
Ese bunker, todavía desconocida su ubicación y operación, se observaba desde los impactos de las mentiras en forma de nado sincronizado que implantaron en una abanico de medios y voceros durante todo el sexenio obradorista.
La Mañanera
Mientras los oligarcas eregían su “cuarto de guerra”, AMLO eligió su arma de defensa: La Mañanera.
Con el conocimiento certero a lo que se iba a enfrenta, AMLO desde su asunción como presidente decide hacer su propio canal de televisión por la vía del streaming, desdeñando la radio y televisión estatal y los tiempos oficiales del gobierno federal en los medios electrónicos concesionados.
La Mañanera, la conferencia matutina de todos los días, se convirtió en el órgano de difusión e in-formación de toda postura y actividad gubernamental que dedicó, en gran medida, a responder a las mentiras y ultrajes mediáticos que como bombas incendiarias disparaban desde el bunker de la oligarquía un día sí y el siguiente también.
Golpes contundentes
Conforme pasaba el tiempo, AMLO fue dando golpes contundentes contra los poderes fácticos como el combate al huachicol o el desmantelamiento de prácticas corruptas como las organizaciones no gubernamentales que vivían del erario o las subrogradas guarderías, pero lo que más afectó y enojó más a la oligarquía fue el cobro de los impuestos.
Cómo olvidar el episodio del pago de impuestos del dueño de Femsa José Antonio Fernández Carbajal cuando el SAT cobró 8,790 millones, “El Diablo conversaba furioso con algunos empresarios cercanos y operadores panistas que empujaban la candidatura de De Hoyos. En esas pláticas, que llegaron a oídos del Presidente, el empresario habría dicho: Voy a pagar al SAT, pero si es necesario pondré el doble para sacar a AMLO en 2022«.
El re-negocio de los contratos leoninos
Pero el pago de impuestos no fue el único golpe contundente del obradorismo al grupo de los oligarcas mexicanos, bien podemos sumar los contratos leoninos que se habían establecido con los gobiernos anteriores. AMLO los obligó a renegociar los términos de los contrato establecido so pena de cancelarlos y emprender un litigio judicial con el riesgo de perderlo todo. Al final los “empresarios” aceptaron re-negociar los contratos de abastecimiento de gas, la administración de centros penitenciarios, hospitales, carreteras o el suministros de medicinas.
El cártel de las medicinas
Este último, las medicinas, fue todo una hazaña del obradorismo. La compra de medicinas era un tema muy complejo por los amarres legales que se habían tejido entorno a la compra estatal de medicinas. Fue necesario cambiar las leyes sobre el caso para que el gobierno federal pudiera adquirir los medicamentos a otras empresas distintas al padrón establecido que funcionaba como un tipo de cártel criminal.
Este poderoso grupo, en represalia, estableció una línea de ataque paralela a lo que se conjuraba en el Think Tank de Claudio X González, llegando a establecer un medio de comunicación (Latinus) con voceros famosos (Loret de Mola, Brozo, Lorenzo Córdova, etc) para, exclusivamente, golpear mediáticamente a López Obrador y al obradorismo.
Medios sin chayote
Latinus se sumó a la andanada de mentiras y calumnias que los medios tradicionales fabricaban a diario, pues al igual que los anteriores rubros mencionados, el “chayote” o el subsidio gubernamental para publicidad se acabó. El presupuesto público para la publicidad gubernamental se contrajo casi a su inexistencia y los medios de comunicación, acostumbrados a recibir grandes cantidades de dinero público, mermaron casi a nada sus ingresos por publicidad del gobierno federal.
La cruzada de los medios contra López Obrador ha sido (es) de dimensiones mayúsculas; tanto que el propio AMLO ha dicho en más de una ocasión que “nunca, creo que ya se puede decir que en más de un siglo, nunca en más de un siglo se había atacado tanto a un presidente como ahora, nunca. Y se garantizan las libertades a pesar de estos excesos porque son mentira, calumnias, insultos, y entiendo el por qué muy bien: se trata de una transformación que se está llevando a cabo y esto produce una reacción conservadora, siempre ha sido así, siempre”.
Golpe blando desde los medios
La andanada de ataques desde el bunker comandado por Claudio X. González a través de sus medios, casi toda la prensa escrita y básicamente todos los medios electrónicos, incluyendo las plataformas de redes sociales, configuraron un tipo de guerra no convencional, guerra híbrida o ejercicio de golpe blando con la intención de debilitar y derrotar al gobierno.
Incluso el propio López Obrador denunció que la cargada de mentiras y calumnias desde los medios de comunicación «es una especie de golpismo, ya no es el golpe de Estado tradicional, militar; es un golpe blando con el poder de los medios, que por lo general tienen el control de la opinión pública».
Quién es quién en la mentiras de la semana
Todos los ataques que recibía el gobierno por todos los medios, de cierta manera era contenida con desmentidos desde su televisión online de La Mañanera que, sorprendentemente, se convirtió en el programa de televisión más visto por mexicanos, desplazando así a programas de radio y televisión de gran rating nacional como Brozo, Loret de Mola o la propia Carmen Aristegui.
La Mañanera pues, se convirtió en la gran muralla de defensa contra las injurias, denuestos y hasta insultos al presidente. Fue tanta la cargada de mentiras que se abrió un espacio (Quién es quién en las mentiras de la semana) exclusivo dentro de la programación semanal de la famosa conferencia de prensa para dedicar a refutar las diatribas.
Crisis de confianza
De hecho, vale la pena recordarlo, López Obrador convirtió a La Mañanera en un fenómeno mediático mundial y eso eclipsó a los medios tradicionales que lejos de cambiar sus estrategias siguieron con la ola de falsedades que a la postre perdieron lo más valioso de un medio de comunicación: credibilidad y confianza
Este programa televisivo por la vía del streaming, fue ganando mayor audiencia año con año durante el sexenio y para el 2023, La Mañanera fue tema de debate entre los creadores de contenidos en español que usan el streaming para hacer programas de televisión de toda índole. El debate fue si darle o no el premio a López Obrador por haber sido el programa de mayor audiencia en el mundo de habla hispana.
Streaming TV mata TV abierta
Este episodio mostró los misterios del tejido del poder en todo el mundo. Fue por ser una persona mayor de edad y de contenido eminentemente político, los argumentos por el cual no le concedieron el reconocimiento.
Durante todo el sexenio obradorista no hubo parón en el bunker oligarca para emitir mentiras y montajes. Las emisiones sincronizada por todos los medios y sus voceros era constante y sistemático, observando mayor actividad los fines de semana cuando, coincidencialmente, no había mañaneras que pudiera neutralizar el obús de calumnias.
LLama la atención el dote excepcional de AMLO a la hora de enfrentar los desafíos. No debemos olvidar la andanada de críticas por la compra total de Deer Park en medio de una campaña mundial de las “energías limpias”. Pero lo más efectivo de esos dotes y de visión amplia fue la confección de La Mañanera, que en la práctica competitiva de contenidos informativos mermó la audiencia de los medios electrónicos hasta llevarlos casi a las ruinas financieras y sobre todo, la exhibición de las obvias mentiras que a la postre derrumbó la poca credibilidad que acumulaban.
Plan C
Durante el sexenio obradorista se vivieron periodos dignos para el estudio profundo en el campo de las Ciencias Sociales, como el episodio del pedimento de perdón a la corona real española por los exterminios humanos en el tiempo de la invasión europea o el tiempo de la pandemia del Covid-19 o la lucha contra las empresas extranjeras que tenían pensado apoderarse de la producción de energía eléctrica entre otros periodos importantes como la lucha contra los oligarcas mexicanos para la construcción del AIFA o el Tren Maya.
Pero con toda seguridad el episodio del sexenio que más interés provoca al estudio científico de este proceso político, es la exitosa maniobra dechada de serenidad, visión y sabiduría del duelo político de AMLO con el Poder Judicial o mejor dicho, el nicho público más poderoso de la oligarquía
Puede decirse que el enfrentamiento tuvo 3 momentos: el Plan A, donde no se alcanzó en las Cámaras de legisladores las dos terceras partes para reformar la Constitución en materia electoral; el Plan B que se hicieron reformas a las leyes secundarias para que después fueran invalidadas por la misma Suprema Corte de Justicia de la Nación y; finalmente el Plan C, buscar los tres tercios necesarios para reformar la Constitución a través del voto popular en la elección federal del 2024.
La idea era (es) que el pueblo vote a los juzgadores. Democratizar la forma electiva de los jueces, magistrados y ministros del Poder Judicial de la Federación.
Toda una hazaña.
2024, el obradorismo en su máximo apogeo
Sin lugar a dudas, el gobierno de López Obrador ha sido el sexenio más movido de los últimos 50 años en materia informativa. Por primera vez, los medios de comunicación no eran los protagonistas de la noticia y Obrador concentró la agenda como ningún otro presidente en ese periodo de tiempo.
Fue La Mañanera el manantial de información que alimentó la fuerza del obradorismo durante los 6 años de gobierno. La confianza de la población en el presidente se reflejaba en las concentraciones masivas en cada plaza pública del país que visitaba. El zócalo de la Ciudad de México era abarrotado cada vez que el presidente convocaba y el músculo social era gigantesco y poderoso. El obradorismo se había cuajado para acciones en conjunto y López Obrador lo sabía.
La sucesora
A mediado del 2023, AMLO convocó a la sucesión. En honor a la verdad, era irrelevante de quién lo sucediera, lo importante era contar con su aval. Una encuesta sería el gran elector y quien resultara elegido tendría el total apoyo del presidente. Y así fue.
Claudia Sheinbaum Pardo, entonces gobernadora de la Ciudad de México, resultó elegida por la encuesta y se convirtió en la elegida de López Obrador y del obradorismo.
La campaña electoral para la sucesión presidencial obradorista fue quizá la más extensa de todas la habidas en la historia reciente, donde Sheinbaum era la candidata pero AMLO era el estratega que confeccionó el plan electoral que desde las mañaneras daba las indicaciones al obradorismo de qué hacer a la hora de votar para que en el recuento final se pudiera tener 334 diputados en la Cámara baja y 86 senadores en la Cámara alta.
La arrogancia de la oligarquía perturbada
La campaña electoral 2023-2024 fue, aparte de la más larga de los últimos sexenios, también la más prolífica en anécdotas y llena de diversión involuntaria. Los oligarcas no han sido muy duchos en la elección de sus candidatos presidenciales, pero en el caso del 2024 se les fue las patas.
Desde el “haiga sido como haiga sido” del 2006 y las innumerables burradas de Peña Nieto que nos entretuvo todo un sexenio con sus disparates hasta la emblemática figura bufonesca de la candidata de la oligarquía que se vistió de rosa en el 2024.
Los dueños de las concesiones nacionales y neo-coloniales han sido un poco más que crueles y cínicos al momento de elegir a sus representantes para el campo público, al exhibir abiertamente de los elegidos sus notadas limitaciones que revelan el titireteo al que son sujetos. Lo vimos en Fox, Calderón, Peña, pero donde no guardaron ninguna vergüenza ni compostura fue en la elección de la oponente de Sheinbaum.
La candidata rosa
No mencionaré el nombre de la elegida por la oligarquía para enfrentar al obradorismo en la elección presidencial del 2024 porque considero que a las personas con alguna discapacidad no se les puede exhibir a pesar que los medios abusan y comercian con ellos todo el tiempo.
Aquella candidata que lejos de pretender aspirar a ser estadista, fue como un remedo del cuento de hadas del 2005. Otra vez se asomaba la televisión confeccionando candidatos porque más bien su candidatura fue un tipo de show televisivo muy semejante aquel personaje (Sammy Pérez) que Televisa explotó sus limitaciones humanas sin recato e impunemente.
Basta hacer un repaso de todos sus dislates y actuaciones incómodas para darnos cuenta de la insensibilidad humana de los oligarcas que durante el sexenio obradorista no vieron una. Sólo hay que ver a la elegida cuando recibe su constancia de candidata por parte del INE y ya no hablamos más de ello.
La hazaña
Lo que parecía sólo un buen deseo y tal vés hasta un sueño onanista de López Obrador, sorprendentemente y ante los ojos del mundo, el obradorismo mostró su existencia como un gigante que escucha, razona y actúa. La elección del pasado 2 de junio trajo varios rubros para el aprendizaje en la rama de las ciencias sociales: nunca más se puede decir que la masa gigantesca de personas no piensa.
La colectividad siempre ha respondido de manera conjunta en tareas específicas, sí, eso se tiene muy claro cuando dentro de la colectividad hay mensajes de ida y vuelta que llevan a la organización, el caso del obradorismo se entiende distinto porque los mensajes solo tienen un sólo sentido y éste emite la idea como la parábola de El Sembrador que es entendida de manera asimétrica.
¿Ciegos ante el mesías o la masa razona?
El mensaje desde La Mañanera no era una orden, era un pedimento de solidaridad de todo el pueblo ante las prácticas “legales” de uno de los poderes del Estado que estaba cancelando y obstaculizando los beneficios para el país en su conjunto ante los poderosos particulares al que el Poder Judicial servía (sirve).
El mensaje fue entendido, no hay otra. La credibilidad de López Obrador en la sociedad mexicana es muy alta, sí, pero no nos aventuremos a asumir que el voto de casi 36 millones de mexicanos que recibió Sheinbaum fueron por obra de un mesías al que se le cree ciegamente. No. Los hechos hablan, la gente observa y el pueblo actúa.
“Los cómputos distritales confirmaron una amplia victoria para Sheinbaum en todo el país; con excepción de Aguascalientes, gobernada por el PAN, la candidata de Sigamos Haciendo Historia ganó en las otras 31 entidades, incluidas aquellas bajo gobiernos opositores (Chihuahua, Coahuila, Durango Guanajuato y Yucatán). En términos de distritos electorales, ganó 277 de 300”.
Oligarquía derrotada, aplastantemente
Por otro lado, el obradorismo borró prácticamente a los representes de la oligarquía ganando todos los distritos electorales en 17 de los 32 estados de la República. La contundencia del poder de López Obrador en su mensaje de buscar la mayoría calificada en la Cámara de diputados(dos tercios),se puede observar en la victoria de 256 de los 300 distritos electorales en todo el país. ¡Perdió sólo 54 distritos!
En la elección de senadores la cosa fue similar, el obradorismo llevó a ganar 30 de 32 entidades logrando así 60 senadores de mayoría y 4 de primera minoría. Todos los estados de la República tienen al menos un senador del obradorismo.
La mayoría calificada viene por regla, de acuerdo con la Constitución en su artículo 54, la coalición que integra el obradorismo obtendría 373 diputados, muy por arriba de los tercios y 85 senadores a un escaño de la mayoría calificada.
Mayoría calificada, la advertencia hecha realidad
Aunque la hazaña del obradorismo fue alcanzada, quitarle el poder a la oligarquía de elegir los ministros de la Corte no pinta nada sencillo. Poder acostumbrado a mandar y atropellar sin menoscabo, hoy no encuentran la puerta para salir ilesos. No se sabe a ciencia cierta los resultados finales del INE y luego del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación que controla a su antojo la oligarquía.
Hoy, en todo los medios habidos, hay una andanada de desinformación que busca frenar que se conforme las mayorías calificadas en las dos cámaras legislativas. Están verdaderamente desesperados por encontrar la manera de frenar al obradorismo que básicamente le aniquilaría todo privilegio que todavía hoy cuenta.
El viernes 19 de julio por la mañana, medios definidos contra el obradorismo han incitado a los partidos de oposición a que amenacen al INE y al Tribunal Electoral para parar lo que llaman ellos una “sobrerepresentación”.
Se desató la desinformación y las falsedades en todos los medios pero, como lo hemos visto, carecen de influencia alguna en la sociedad, sin embargo, si no respetan la voluntad de resultado en urnas, observarán de otra manera la fuerza poderosa del obradorismo que hoy ruge con más fuerza que nunca.
Aguda crisis mediática en México
A vista de los resultados, el obradorismo está a punto de darle jaque mate al gobierno neo-colonial que se fundó al término de la última guerra mundial y que se encaramó abiertamente a partir de 1982 en el gobierno de Miguel de la Madrid y se instaló definitivamente en el sexenio salinista (1988) como empleados del sistema corporativo mundial.
Esta crisis de poder en México viene apadrinado por los acontecimientos mundiales sin duda alguna, pero también súmele los excesos que crearon una decadencia de los grupos de poder por su desmedida ambición y vulgar proceder.
Hace unos días AMLO hizo una reflexión interesante sobre la crisis de los medios de comunicación que no tuvieron eco alguno de sus enorme cantidad de mentiras y montajes que usan a diario para desprestigiar al gobierno federal, el obradorismo con todo y eso dijo “vamos a seguir con la transformación’. O sea, que el llamado poder mediático hizo crisis. No es para menospreciar, ¿eh?, ese poder, por algo le llamaron ‘cuarto poder’, por décadas, ‘el cuarto poder’. Y llegó a ser, pues yo creo que, si no el primero, el segundo poder, porque los medios llegaron a tener más fuerza que el Poder Legislativo, y mucha más fuerza que el Poder Judicial, y llegaron a tener casi la misma fuerza que el Poder Ejecutivo, al grado de que en una campaña ellos podían decidir, eran los grandes electores”.
Los ataques como publicidad
Quizá el colofón que más ilustra la pérdida de confianza de la población en los medios masivos y el activismo del obradorismo, puede observarse en aquel reportaje que hiciera el equipo de Carmen Aristegui sobre la fábrica de chocolate “Rocío” de los hijos de López Obrador. La mala fe de la “investigación periodística” tuvo un final contrario a la intención del reportaje.
El pasado 5 de julio, AMLO abordó el tema porque su hijo se dedicará a la producción de chocolate haciendo a un lado la política y detalló que antes del reportaje de la periodista “vendían como tres mil pesos diarios. De repente saca un reportaje Aristegui, diciendo con sus voladas, que estaban fomentando el programa Sembrando Vida para que productores sembraran cacao, y con ese cacao se alimentara la fábrica de mis hijos, cuando se trata de una cosa muy pequeña”
“Hay en el programa como 40 mil árboles de cacao. Le ayuda a los productores mucho, pero lo vincularon a la fábrica de mis hijos. ¿Qué creen que pasó? Había colas comprando chocolate y de la gente más humilde. Subió como a 10 mil pesos la venta”, comentó el Presidente.
¿Podrá AMLO dar la estocada?
Las mentiras no cesan y los medios y sus voceros hoy están volcados en tratar de convencer a la población que si logran la mayoría calificada entraremos a una dictadura de Morena y sus aliados.
El tema está en curso y quizá en los últimos días de este mes estaremos viendo el último episodio del largo confrontamiento entre López Obrador y la oligarquía que hoy está echando humo por la cabeza.
¿Habrá una estocada o el conflicto subirá de nivel?
Este relato continuará…