Ahora que estamos en la etapa del cierre de los dichos y hechos del periodo obradorista, es notoria las derrotas de dos grupos muy activos y de gran influencia durante el periodo neoliberal:
–El primero es el empresariato mexicano (se puede llamar salinato también, por aquello que Salinas de Gortari promovió empoderar a este grupo) que se tragó a los partidos PAN, PRI y PRD y terminó siendo abatido en muchos de sus privilegios que obtenían de la corrupción como forma de gobierno.
-El segundo es el Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN) y su figura emblemática, el Subcomandante Marcos, quien no pudo parar la ascensión obradorista en el 2006, con «La Otra Campaña«; el llamar a no votar porque «Todos son lo mismo» en el 2012 y; en el 2018 con su intento fallido de candidatear a «MaryChuy» en la idea de restarle votos a Andrés Manuel López Obrador.
De los empresarios dueños de los medios de producción en México se puede decir que es lo más lógico que hayan sido, y que son, acérrimos rivales ideológicos de la visión obradorista, pero de parte del EZLN, su obstinado lenguaje muchas veces de insulto hacia AMLO, no hay una lógica. Su «rabia» que dicen tener para defenderse del capitalismo atroz, igual es para el que hasta estas fechas demostró ser un dirigente humanista que hereda grandes cosas al país como, para poner un ejemplo, la pensión al adulto mayor a rango constitucional. Se entiende al empresariato atroz que esté contra ese ejemplo, pero del EZLN ¿cómo criticar eso?
De lo ilógico se deprenden muchas dudas y saltan las suspicacias ¿son los zapatistas del mismo grupo del salinato? Cuesta llamarles zapatistas a los encapuchados de Chiapas por su apropiación del «Zapata» que no les pertenece en exclusiva. Marcos, como ya hemos reflexionado en otros textos, embaucó con su prosa a millones de mexicanos con ese cuento, incluido el que escribe, pero es ilógico de los enanos ponerse calzado de gigantes, les impide caminar.
¿Porqué los encapuchados manejan los mismos temas que el empresariato para el golpeteo contra López Obrador? Desde el 2006, la «ancheta se angostó» para los encapuchados y tuvieron que estar del lado del empresariato en su discurso de odio contra López Obrador, aunque, obviamente matizado. Hasta la fecha.
El triste fracaso del EZLN se diferencia con el empresariato que da júbilo. La irrupción de la reivindicación indígena no solamente era una esperanza para los pueblos originarios sino para todos los que venimos de ellos, pero todo fue un show mediático, poético y romántico. No me alcanzan las piezas para mencionar la palabra montaje, porque a la vera del tiempo y los acontecimientos, esto de los «zapatistas encapuchados» tiene fuertes tintes de un montaje que rebasa el montaje más sofisticado del mago Loret de Mola.
Los zapatistas no cumplieron
Esa tristeza que refleja el fracaso se vislumbró el pasado 1 de enero al conmemorar 30 años del levantamiento armado en 1994. El discurso y la narrativa que transmiten los medios como el periódico La Jornada o la revista Proceso, se siente gris, se observa opaco. El intitulado de la nota principal de La Jornada del día 2 de enero es por demás elocuente e ilustrativo sobre el fracaso percibido: «Estamos solos, como hace 30 años: EZLN».
La ausencia del líder histórico que se apropió de la «identidad zapatista» para asumirla como una lucha indígena, brilló por su ausencia. Todos lo notaron. El vacío que dejó el Subcomandante Marcos en la celebración del 30 aniversario, es el retrato del fracaso.
Ese lugar vacío fue cubierto por la voz del Subcomandante Moisés, orador oficial de la Comandancia General del Comité Clandestino Revolucionario Indígena del EZLN, (CC-CCRI). Sí, si faltó la prosa, el encanto literario y sus reticencias poéticas; el fino sarcasmo y la infaltable ironía que caracteriza la expresión lingüistica de Marcos.
En un discurso un tanto confuso, anunciaron una nueva etapa de lucha donde se trabaje «lo común» como una «nueva» forma de contrarrestar el capitalismo «que impone la posesión de la tierra como propiedad, ejidal o comunal», mencionó el dirigente encapuchado al no observar que la propiedad comunal, «de lo común», lejos está de una idea e imposición capitalista.
La narrativa dice que pusieron sillas vacías que memoraban a los ausentes aunque después Moisés dijo que no se trataba de recordar a los compañeros caídos sino recordar a los vivos que tengan presente «el deber» porque «nosotros, las zapatistas y los zapatistas no hemos cumplido«. Se interpreta lo que quiso decir el miliciano chiapaneco en el sentido que les falta mucho por hacer. Pero si lo tomamos literal, es lo más concreto.
La realidad actual es que están muy alejados del pueblo de México. La confrontación contra López Obrador los desgastó socialmente hasta quedar solos de nuevo después de 30 años como lo mencionan en el discurso. Al criticar agriamente todas las iniciativas de AMLO al igual que el empresariato, se aislaron de la población mayoritaria que alguna vez apoyó esa rebeldía y se unieron a las voces del empresariato. Esa oposición a AMLO y su idea de la transformación es un tanto rara como extrañas fueron las contracampañas electorales que hicieron contra el tabasqueño en el 2006, 2012 y el 2018. Como por ejemplo, el uso del cubrebocas, que asombrosamente en el festejo del 30 aniversario muchos militantes lo portaban.
Y es que, Ud. debe recordar, las fricciones que el empresariato traía con la 4T por el uso libre de los cubrebocas que nunca fue obligatorio desde el gobierno obradorista porque se argumentaba que no era suficientemente útil. Por más raro que parezca, los del EZLN hicieron hasta fábricas de cubrebocas alusivas a sus íconos publicitarios y acataron hasta hoy, como muestran las fotografías, el uso del cubrebocas.
Tal vez se puede pensar que el usar cubrebocas sustituye a los pasamontañas que fueron usados para cubrir sus rostros, pensando en aquella posible persecución, pero a 30 años de aquello, ¿todavía es necesario el pasamontañas para cubrir sus rostros? Observando el registro fotográfico del evento se ve que sigue la iconografía de encapuchados, mucho me recuerda a las ceremonias clandestinas de los siniestros personajes del Ku Klux Klan.
AMLO evidencia el fracaso del EZLN
Las críticas y el golpeteo del EZLN contra López Obrador en este sexenio van en el mismo coro de las críticas y el golpeteo que hace y construye a diario el empresariato. La posición del EZLN con respecto al Tren Maya, hace mucho sentido con el de los medios oligárquicos así como el tema de inseguridad que arrecian por todos lados y que, coincidencialmente suenan igual como lo dicho por el Subcomandante Moisés cuando abordó el tema de los ausentes donde dijo «no están las madres y los padres buscadoras. No están las desaparecidas y los desaparecidos…» ¿Hay madres y padres del EZLN buscando desaparecidos?
Esto coincide y está en sintonía con lo planteado el día de hoy en conferencia de prensa del presidente de México cuando la periodista de la revista Proceso aborda el tema del EZLN que, casualmente, es sobre la inseguridad y de los grupos criminales.
Abundó en el contexto que «el asentamiento de estos grupos criminales es una situación en la que ellos no pueden como tal competir por el tema de las armas que tienen estos grupos y el poder que han tenido. Estos grupos criminales no pudieran tener poder si no fuera con la complicidad o con la venia de las propias autoridades, ¿cómo es que toma algunas de las declaraciones que ha dado esta insurgencia o estos integrantes del Ejército Zapatista de Liberación Nacional, que mencionan que todos los despojos, las desapariciones, los desplazamientos, van de la mano con lo que se ha permitido desde el gobierno? » le pregunta Proceso al mandatario.
La pregunta de la reportera de la revista Proceso refiere al EZLN para asegurar que los crímenes que estos grupos delincuenciales cometen es con la anuencia del gobierno: Casualmente es el mismo discurso que el empresariato a venido sosteniendo criticando la política de Obrador de «abrazos y no balazos».
AMLO contestó que tiene otra visión distinta y no se va a poner de acuerdo con ellos (los encapuchados chiapanecos), ellos no están de acuerdo con su proyecto, «ellos no apostaban a la transformación por la vía pacífica ni por la vía electoral, ellos no ayudaron al movimiento que nosotros emprendimos para llevar a cabo la transformación del país; al contrario, ellos decían que éramos iguales, y además llamaban a no votar. No estoy diciendo mentiras».
Y aquí, López Obrador revela el asomo de la suspicacia: «donde ellos tenían más presencia en ese entonces arrasaba el PRI y luego el Verde, y a nosotros nos iba muy mal«. Obrador no quiso decir que hay algo más que se mueve en un fondo.
El mandatario dijo que con el EZLN «no tenemos posibilidad de llegar a un acuerdo o coincidir, son visiones distintas. Yo puedo decirles: hay 80 mil campesinos, indígenas, desde hace cinco años en Chiapas en el programa Sembrando Vida que se han beneficiado muchísimo cultivando sus tierras ejidales, comunales, sus pequeñas propiedades y les puedo decir que sí existen grupos de la delincuencia organizada, pero que Chiapas es de los estados con menos violencia en el país, y no me creen: No, no me creen. Y se los puedo probar ahora mismo. ¿Porque no pones…?».
Hacer una autocrítica, recomienda AMLO al EZLN
Finalmente la reportera de la revista Proceso le pide a López Obrador su opinión sobre «lo que sucedió con el EZLN a ciertos errores» dijo textualmente la periodista.
Yo creo, contesta AMLO, «que ellos deben de hacer una reflexión profunda, una autocrítica sobre lo que hicieron en 30 años, nada más que no nos echen la culpa a nosotros; o que asuman ellos también su responsabilidad, que no caigan en la autocomplacencia, que hagan una autocrítica.
Yo no me voy a meter en eso, pero ellos deben de preguntarse por qué la pérdida del apoyo de los que antes simpatizaban con el movimiento, ¿A qué se debió? ¿A persecución del Estado?, nosotros no hostigamos a nadie, nosotros no reprimimos, no censuramos para nada, ni cuestionamos, no nos metemos con el movimiento zapatista ni con otros movimientos».
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Los zapatistas son un falso movimiento popular, construido y financiado por la plutocracia que gobierna el mundo. Sigan el origen de los fondos que sostienen el movimiento y verán dónde residen los titiriteros. La adhesión de los «revolucionarios antiimperialistas» a las medidas de la pandemia los desenmascaró. Aún siguen en silencio sobre las consecuencias nefastas de las vacunas, los confinamientos, las mascarillas y demás. Se on patéticos y profundamente traidores.