El precandidato a presidente por Morena, Gerardo Fernández Noroña, se distanció de la posición de Ramón de la Fuente, embajador mexicano en la ONU, sobre el tratado internacional sobre pandemias, y calificó la eventual cesión de la soberanía del país como un «error».
Los organismos internacionales intentan asumir cada vez más injerencia interna en los países, opinó. «Te dicen ésta es la única sopa que hay que tomar», ironizó. «Pero siempre hay otros caminos».
Fernández Noroña fue el único político de alcance nacional que cuestionó la imposición del cubrebocas durante la pandemia, y los estudios científicos finalmente le dieron la razón.
Durante su visita a Puerto Vallarta esta semana, Gerardo Fernández Noroña ofreció una rueda de prensa y concedió una entrevista exclusiva a Diario de Vallarta & Nayarit. Interrogado sobre la audiencia magistral en el Senado mexicano que señaló que las inyecciones Covid mataron más gente que la propia enfermedad, se mostró escéptico: «También habrá quien diga que gracias a las vacunas se salvaron vidas», opinó. Sin embargo, reiteró que le preocupa el lanzamiento de las inyecciones sin los testeos de seguridad previos. También se refirió al estudio de los efectos adversos, que es un proceso que «recién comienza», dijo.
Video: Fernández Noroña rechaza el Tratado Internacional sobre Pandemias
Ramón de la Fuente quiere vacunar a todo el mundo
Ramón de la Fuente, embajador mexicano en la ONU, acaba de anunciar su adhesión a la idea de someter a México. En un artículo titulado sugestivamente «vacunar a todo el mundo», se pronuncia a favor de «la conveniencia de un tratado internacional para futuras contingencias»
La afirmación de Ramón de la Fuente no puede ser más preocupante y desafortunada. Crecen las estadísticas oficiales que señalan que las vacunas Covid son las más letales de la historia, y los estudios globales sobre la cantidad de muertes que han provocado hasta el momento, que el investigador Dennis Rancourt calcula en 13 millones.
Al mismo tiempo, crece el clamor internacional contra los intentos de la OMS (una organización que obedece predominantemente a intereses privados) de acabar con la soberanía de los estados nacionales para imponer sus «soluciones» basadas en inyecciones experimentales para las «futuras pandemias» que vienen anunciando. Un grupo de abogados inició recientemente una demanda internacional para detener ese proceso.