Un proyecto para transformar vidas. En una emotiva ceremonia celebrada en los Condominios Alamar, en La Cruz de Huanacaxtle, Bahía de Banderas, se presentó oficialmente la Fundación James McKenney. Este proyecto, concebido con amor y esperanza, busca apoyar a los sectores más vulnerables del municipio y fomentar la cultura del altruismo en la región.
Un sueño cristalizado. La Fundación James McKenney es el fruto de la visión y dedicación de Lía Saraí Castro Díaz de León, quien cuenta con casi dos décadas de experiencia en labores sociales. Su vocación altruista y compromiso con las personas en situación vulnerable han sido el motor para hacer realidad este sueño. La fundación está presidida por Castro Díaz de León y respaldada por un equipo de colaboradores comprometidos, como Darinka Jiménez en la dirección y el LCP René Meza López en la tesorería, quien garantizará la transparencia fiscal de los recursos obtenidos.
El evento contó con la presencia de figuras destacadas como el Mtro. Gabriel Camarena Morales, Director Jurídico del Gobierno del Estado de Nayarit, y Margui Zúñiga, presidenta del sistema DIF de Bahía de Banderas. También participaron Donald y Maximiliano McKenney Castro, hijos de James McKenney, quienes han heredado el profundo compromiso altruista de su padre.
Tres ejes fundamentales: Salud, Educación y Alimentación. Darinka Jiménez, directora de la fundación, presentó los tres pilares que guiarán este proyecto: salud, educación y alimentación. En este último eje, se anunció la creación del primer Banco de Alimentos de Bahía de Banderas, una iniciativa que promete brindar apoyo alimentario digno a quienes más lo necesitan, mejorando así su calidad de vida. “Vamos a hacer de la Fundación James McKenney la más trascendente en Bahía de Banderas”, declaró Jiménez.
El Mtro. Gabriel Camarena destacó la importancia de fomentar movimientos altruistas como este, subrayando que son esenciales para mejorar las condiciones de los sectores más desfavorecidos. “El voluntariado es una forma de vida, un acto de dar sin esperar nada a cambio. Estoy seguro de que esta fundación tiene esa vocación y les deseo todo el éxito”, afirmó.
Un legado familiar de amor y servicio. Uno de los momentos más conmovedores de la ceremonia fue protagonizado por Maximiliano McKenney Castro, quien recordó con emotivas palabras a su padre, James McKenney. “Estoy orgulloso de mi padre, porque logró pasar de nada a estar en el cielo. Hoy estoy orgulloso de representar su nombre y agradecer a todos los presentes en nombre de él”, compartió Max.
Finalmente, Lía Castro Díaz de León tomó la palabra para agradecer a todas las personas que han contribuido a la creación de la fundación. Su discurso estuvo marcado por un homenaje al legado de su esposo, cuya vida estuvo dedicada al amor, la generosidad y el servicio. “La creación de esta fundación no es solo un acto de amor, sino también un compromiso. Mi esposo creía profundamente en el poder de la empatía y en la importancia de extender la mano a quien más lo necesitaba. Hoy, a través de esta fundación, buscamos honrar su memoria”, expresó.
Con un brindis simbólico entre los asistentes, se oficializó el inicio de la Fundación James McKenney. Este nuevo proyecto promete marcar un antes y un después en el apoyo a las comunidades vulnerables de Bahía de Banderas, consolidándose como un referente de altruismo y solidaridad.