Al escritor argentino, Nicolás Ponsiglione, el tema de la ESI le empezó a llamar la atención cuando en 2017 observó la obsesión de algunas ong por reformar la Ley de Educación Sexual, promulgada en 2006, para que ésta pasara a basarse en la llamada “perspectiva de género”. Este año, volcó todas sus observaciones sobre los contenidos de la educación sexual en el libro Deconstruyendo la ESI (Hormesis), donde analiza lo que considera es una estafa, un fraude, porque bajo el título ESI se está enseñando otra cosa, se pretende negar la naturaleza y la biología e instalar una nueva antropología. La ESI está adulterando la infancia, sostiene.
Los promotores de la ESI con perspectiva de género tratan a los niños como adultos y avasallan la autoridad de los padres.
Ponsiglione es escritor, investigador y, sobre todo, pensador. Su ensayo ilumina la realidad de una política introducida en las escuelas sotto voce, de contrabando. El enfoque que se pretende imponer a la educación sexual no está validado por la Ley, que en ninguno de sus artículos preconiza la doctrina de género. Sin embargo, ésta contamina todos los textos que se ofrecen a los educadores y, peor aun, a los niños. Esta ideología es activamente promovida -a la vez que negada– por las autoridades políticas y educativas. Con excepciones, claro.
El ensayo de Ponsiglione será bienvenido sobre todo por los padres, que intuyen el peligro, el abuso, la extralimitación de quienes diseñan estos programas, pero no encuentran los argumentos para frenarlos, los fundamentos que puedan convertir su intuición en crítica abierta y en rechazo. Pero también será de gran utlidad para todos los adultos que quieran velar por la integridad psíquica y física de los niños, que no son personas autónomas aunque así lo afirmen los promotores de la ideología de género.
Ponsiglione presentará su libro en la Ciudad de Buenos aires, el próximo jueves, 8 de agosto, a las 18:30 horas, en Alberti 1586, timbre 1, barrio de San Cristóbal.
— Escribiste un libro que es una suerte de anti manual de Educación Sexual Integral. Antes habías escrito ya sobre este tema, en coautoría, con un título muy sugestivo “Infancia adulterada” y un subtítulo que hablaba del “fraude” de la ESI. ¿Por qué la ESI es un fraude y en qué forma adultera la infancia?
— El subtítulo del libro en realidad no es el fraude de la educación sexual integral, sino el fraude en la educación sexual integral, porque lo que está mal, lo perjudicial para los chicos en la ESI tal como se la está queriendo implementar, son elementos que se han introducido de manera foránea, puntualmente lo que se llama perspectiva o ideología de género. La educación sexual tiene elementos interesantes y propuestas valederas pero junto con la abogada Mariana Gómez Galanti decimos en ese libro que el fraude en la educación sexual integral es la ideología o perspectiva de género introducida de manera furtiva. Ese es el fraude, porque básicamente tiene segundas intenciones no declaradas. En el libro demostramos algo que ya han señalado varios investigadores en el mundo, como la alemana Gabriele Kuby, entre tantos otros, que la llamada perspectiva de género o ideología de género es en realidad una estrategia de control poblacional, es un gran anticonceptivo mundial. Está estrechamente ligado a una prioridad máxima de Naciones Unidas que es el antinatalismo.
— Esta perspectiva de género básicamente consiste en negar el binarismo sexual, una afirmación arbitraria sin sustento científico, pero sus promotores niegan que se trate de una ideología, porque se lo quiere presentar como una verdad revelada.
— Exactamente. Pero perspectiva, visión, cosmovisión o ideología en realidad son sinónimos. ¿Qué es una perspectiva? Una forma de ver las cosas anclada en determinadas ideas. ¿Y qué es una ideología? Lo mismo. Pero si vos la llamás ideología de género, los promotores de esto se ofenden, no les gusta. Ahora si decís “perspectiva”, te sonríen y se ponen contentos, cuando en realidad son sinónimos.
— Es cierto. En tu libro sobre la ESI, disipás equívocos. Uno sería precisamente asimilar la educación sexual a la perspectiva de género. Entonces, si uno critica los contenidos actuales de la ESI es porque está en contra de la educación sexual en los colegios. Pero lo curioso es que si uno mira los materiales actuales de la ESI, los manuales, no existe el aparato reproductivo, no existe la concepción, ni la gestación, ni el parto; nada de eso es educación sexual.
— Eso demuestra hasta qué punto esto realmente es ideología. Es la ideología feminista de de de corte radical, que para mí no es un feminismo porque de hecho niega a la mujer, niega a los atributos de la mujer, niega la naturaleza. Si negás la naturaleza, ya no hay más mujer, entonces ¿por qué hablaríamos de feminismo? Es más bien una postura de género que busca suplantar el concepto de sexo por el de género. Eso es lo que buscan enseñar, un nuevo entendimiento de la sexualidad al que si se le quitan todos los argumentos derechohumanísticos y toda la ideología de corte feminista radical, lo que queda es una sexualidad infértil. Eso es algo tremendo que me llamó la atención desde que empecé a observar esto en 2014, 2015. Básicamente es enseñarle a los chicos múltiples conductas sexuales infértiles; no importa qué sigla elijas del abanico LGBTIQA+, siempre vas a estar practicando una sexualidad infértil, no reproductiva. Obviamente es una estrategia antinatalista de corte radical.
— Lo que se está instalando en la cabeza de los chicos, incluso de niños muy pequeños, es que no se nace varón o mujer, eso es un invento, una imposición, una conspiración para decir que en el mundo nacen varones y mujeres. Se niega el binarismo sexual, que es natural, se niega la biología, la ciencia.
— Es una nueva antropología. Pero yo no estoy en contra de las ideologías. El problema es la imposición. Es decir, los adultos tenemos la libertad de creer lo que queramos y de pregonar y sustentar el estilo de vida que queramos. Pero hay una línea divisoria entre eso y salir a imponerlo como si fuese la nueva gran verdad cósmica, algo que no tenemos por qué adoptar todos. Este argumento es mucho más suave que salir como la ultraderecha o los religiosos ortodoxos a oponerse a toda costa. Yo no soy así, sinceramente, no soy un fanático. Cada uno puede creer lo que quiera. Pero de ahí a imponerlo como una nueva verdad… eso le tiene que hacer ruido a cualquiera. Y eso es lo que se está haciendo hoy desde la presión de Naciones Unidas y del Foro Económico Mundial principalmente.
— Lo que se le dice al niño es que el binarismo sexual no existe, no es natural, es algo inventado. Y la siguiente cosa es la autopercepción de género. Es decir, cada uno decide si es varón, si es mujer, si es hoy mujer y mañana varón y después de nuevo mujer… ¿Vos afirmás que esa autopercepción de género está desmentida desde muchas disciplinas.
— Exactamente. Sí. Si uno quiere encontrar para esta idea de la autopercepción de género algún tipo de evidencia que la fundamente, no se la encuentra en ningún lugar, ni en la biología, ni en la genética. Ni en la zoología. ¿Qué pasa con los animales que no tienen cultura? Los animales nunca vieron algo como un patriarcado. Pero también entre ellos vemos binarismo sexual y conductas marcadamente diferentes entre el macho y la hembra de la especie. Dondequiera que se lo mire, desde la pediatría, desde el desarrollo infantil, desde la psicología, la psiquiatría, las neurociencias; todo habla de que somos esencialmente… casi da vergüenza incluso decirlo, porque el principio sexual binario es algo absolutamente evidente de por sí.
— Otra cosa importante es que esta bajada de línea a través de la ESI no es inocua, es decir, tiene consecuencias que pueden ser graves. Se implementa totalitariamente, digámoslo con todas las letras, de repente apareció como una cosa impuesta que todo el mundo repite como verdades reveladas, remitiéndose a las mismas fuentes. La ONU dijo, la CIDH dijo, etcétera. Los frutos negativos de esto ya los estamos viviendo en Argentina.
— Bueno, empujar a un menor de edad a esta ideología y que él la concrete, la lleve a cabo en su propio cuerpo y en su mente, implica desde el vamos, esterilidad. O sea, se da una destrucción de la fertilidad humana. La adhesión al sexo contrario lleva a la auto castración, a la hormonización.
El mandato es “reconocer” la perspectiva única.
— Aclaremos para quienes aun no lo sepan, que estamos hablando de menores que, sugestionados por estos contenidos de ESI sienten que nacieron en el cuerpo equivocado; es decir, las perturbaciones que uno puede tener en la adolescencia y que en algún momento canalizaron en traumas alimentarios, ahora las canalizan en el tema sexual. Las incomodidades de un cuerpo que cambia de repente y al que les cuesta adaptarse, se les sugiere que es, por ejemplo, porque son varones atrapados en un cuerpo de mujer. Eso está sucediendo y en un número alarmante de casos.
— Claro, porque la formación de la identidad es algo que se va logrando a medida que van pasando los años. Es lo más normal del mundo que los chicos y las chicas tengan conflictos con su propio cuerpo, con el despertar de la sexualidad. Es lo más entendible. Entonces, en esa etapa tan endeble de la vida, en base a una ideología que no tiene fundamento alguno y que es sumamente perniciosa para la salud, en ese momento tan delicado de la vida, produce un daño enorme esta ideología que atiza un conflicto con el propio cuerpo. Para esos chicos, hormonizarse o castrarse implica una reducción del promedio de vida a 37 años de edad.
— ¿Qué otras consecuencias negativas trae?
— Se pueden resumir en esterilidad, dependencia eterna de la industria del género porque se vuelven enfermos crónicos y las tasas de suicidio no bajan, incluso se disparan. El hecho de castrarse, mutilarse partes del cuerpo que están sanas, o ingerir hormonas del sexo opuesto, que son ajenas a la propia biología son cosas que generan múltiples problemas orgánicos, aumentan los riesgos de diabetes, obesidad, trombosis, ACV… Porque, si te ponés en guerra contra tu propio cuerpo, ¿cómo edificar una vida saludable? Es imposible. Ya perdiste la batalla. Es un problema de salud pública. Algo que atañe tan estrechamente a la salud psicofísica de nuestros niños, ¿cómo no va a ser de materia de una investigación interdisciplinaria urgente?
— Acá no existe nada de eso. La transición de género está aceptada y permitida en menores. Significa que a un chico o a una chica de 11, 12 ó 13 años le dan bloqueadores de puebertad, es decir, le bloquean el desarrollo sexual con medicamentos, para darle tiempo a pensar, dicen. Después, a los 16, 17, le empiezan a dar hormonas y después pasa a la cirugía. Ese sería el tránsito que les proponen. No hay registros oficiales, ni evaluaciones. O sea, se aplican estas terapias de una manera incontrolada, se enseña esto en las escuelas sin ningún tipo de salvaguarda, de prudencia, de cuidado. Están experimentando con niños.
— Es que están aprovechando un momento de gran confusión. Social, cultural, política, y a río revuelto, ganancia de pescador. El río revuelto es nuestra civilización, donde está todo muy mezclado y las facultades de tolerancia, de raciocinio, bastante mermadas. En este río revuelto, el pescador que sale ganando son los grandes poderes rectores del mundo. Naciones Unidas, Foro Económico Mundial, que están literalmente obsesionados con la reducción demográfica. La española Sandra Mercado Rodríguez, que escribió el libro “La estafa del Transgenerismo”, de joven se hizo trans y después se arrepintió y en su libro explica todos los horrores de esta industria que por definición es anti médica y está enraizada en un comportamiento antiético, porque se le ocultan al paciente las consecuencias reales del tratamiento, se le miente. Ella bueno, denuncia todo y apunta a los políticos que están queriendo regir el mundo, y los acusa de estar realizando un borrado biológico.
— En 2018, cuando se rechaza en el Congreso la legalización del aborto, los grupos que la promovián se lanzan sobre la ESI, empiezan a decir que no se cumplía la ley, que no se daba educación sexual en los colegios, lo cual era totalmente falso. Se daba como se tiene que dar: dos o tres charlas al año y en el secundario. Pero en 2018, varias ONG que nacieron con un determinado objetivo, de pronto se volcaron a la perspectiva de género, a deconstruir la masculinidad, y cosas por el estilo. En el libro contás que fue la Fundación Huésped la que en 2018 quiso modificar la Ley de ESI para introducir la ideología de género y eliminar el artículo que autoriza a cada escuela a dictar los contenidos de educación sexual en el marco de su ideario.
— Claro, la Fundación Huésped, estuvo detrás de la legalización del aborto, como no lo lograron en un primer intento, entraron por la puerta trasera de la educación sexual integral. Eso ya demuestra qué es la ESI. Es formación de menores en antinatalismo, porque no solo se les enseña la doctrina del género, que es básicamente infertilidad sexual, sino que se les enseña todo tipo de conductas anti antinatalistas, entre ellas el aborto. Además, cuentan con el auge incontrolado de la pornografía en redes, que ya llega al nivel de problema de salud pública. La Fundación Huésped es el brazo local de las Naciones Unidas, que firmó con esa ong una alianza y la financia. Así sus propuestas pasan más fácilmente. En 2018, la Argentina firma un convenio con Fundación Huésped para para modificar la Ley de Educación Sexual Integral que era del 2006. No lo logran. O sea, no pueden meter la ideología de género en la ESI, pero igual lo hacen.
— Los promotores de esto parecen haber olvidado lo que es un niño. El impacto que puede tener para él ser tratado como adulto. Se piensa que a un niño se le puede hablar de determinadas cosas que ni siquiera le interesan. Se olvida que en esta materia, el sexo, hay que responder lo que el chico quiere saber, lo que pregunta y no ir más allá. El niño procesa los datos y después vuelve con otra pregunta. Ahora la locura es darle información que el chico no pide y que lo puede perturbar.
— Claro, es un atentado contra la infancia. La infancia propiamente dicha, la edad dorada de la infancia termina generalmente con la pubertad, es decir, con el despertar de la sexualidad. Pero fijate cómo están tratando de despertar esto en etapas en las que cualquier pediatra, cualquier psicólogo, te puede decir que no están preparados ni física ni psicológicamente para ese despertar; están generando una sexualización precoz, una hipersexualización, que yo en realidad llamo hipo sexualización, porque en sus consecuencias finales termina generando una humanidad sin erotismo real, sin potencia, sin vitalidad, sin energía, personas autocentradas, estancadas en un estadio narcisista y primitivo de la sexualidad.
— Además se está envenenando el vínculo varón mujer porque se les dice a las nenas que los varones son violadores en potencia. Todos. Se les presenta una imagen de la sexualidad, de la heterosexualidad, negativa. El feminismo radical difunde una visión viciada del vínculo entre varones y mujeres: el hombre quiere dominar, anula a la mujer, etc, cuando en la Argentina hace años que no es así, porque este es uno de los países menos machistas, si no el menos, del continente.
— Es un discurso anacrónico porques hablan de algo que tal vez para mis abuelos era aplicable. Pero ni siquiera para mis padre. Hoy ya está. Hoy, si yo fuese como lo como pintan al hombre, créeme que no tendría pareja, no tendría dos hijos y no tendría un vínculo sano con mi esposa. Hoy es imposible. Es cierto que nuestra civilización ha cometido excesos y arrastra bastantes conflictos en cuanto a la relación entre los sexos. Pero no lo vamos a resolver generando y atizando el conflicto con el sexo opuesto.
— No, eso es el apartheid sexual. Trabajan para eso: las nenas por un lado, los nenes por el otro.
— Claro. ¿Y a qué conduce eso? ¿Cuál es el efecto final? Antinatalismo. La natalidad ya es un problema en muchos países del mundo que ya no saben qué hacer en China, en Noruega.
— Acá también es un problema, solo que nadie se notifica.
— Exactamente. Hace varios años que es un problema. Nuestras instituciones occidentales democráticas están todas obsoletas, son pancartas, no tienen sustancia, ni función, entonces estas organizaciones hacen lo que quieren.
— Hay algo que decís que tal vez permita cerrar con una nota de cierto optimismo. Que el paroxismo de una idea, también puede ser el momento en que empieza su decadencia, porque ya han llegado al punto en que la gente empieza a decir basta. A lo mejor han exagerado tanto con la perspectiva de género que ya empiezan a provocar una reacción.
— Hay un proverbio chino que dice que la ambición hace caer. El que camina a grandes zancadas no irá muy lejos. Estamos viendo la hiper exageración de una estrategia. Un alarde de poder. Con lo que yo llamo el sanitarismo pandemista, con el cambio climático, con la ideología de género, seguido de un largo etcétera,e está haciendo hoy en día un despliegue de un poder que ya no conoce fronteras, que no respeta Estados nación y que quiere avasallar derechos que hasta hace pocos años era impensable avasallar. Y lo están haciendo a través de pretextos completamente falsos, sin fundamento médico, ni científico, ni siquiera ético. Porque cada uno puede creer lo que quiera, pero hay que tener un mínimo fundamento, porque si no, no estamos más en repúblicas democráticas. Las posturas extremas llevan a la caída. Porque la gente no es tonta. Las personas no son muy dadas al conflicto y al activismo, sobre todo en Argentina, sino que quieren más bien vivir en paz. ¿Pero qué pasa? Si vos le tocás tanto las áreas que no se tienen que tocar porque hacen al legítimo derecho humano a la intimidad, a enseñarle valores a tus hijos y a defender su salud psicofísica y su integridad, si vos empezás a toquetear eso, estás tocando lo más importante para la gente. Creo que no están midiendo las consecuencias de lo que están haciendo.
— La gente no es tonta pero está absorbida por su cotidianeidad, el trabajo, la familia. La defensa de una causa exige mucho tiempo, y a veces además la gente no ve todo el panorama, todo el avasallamiento. Ahora, creo que están metiendo una cuña en algo que puede llevar a la gente a reaccionar. Por ejemplo, se formó el grupo MANADA, (Madres de Niñas y Adolescentes con Disforia Acelerada) que están empezando a hacerse oír; también empiezan a movilizarse muchos padres preocupados por los contenidos de la ESI, que piden explicaciones a los colegios. Creo que eso se va a extender porque esta ideología atenta directamente contra la autoridad materna y paterna, porque cuando se trata al chico como un adulto, cuando se dice que el niño es autónomo, que tiene derecho a su identidad, etcétera, lo que se está diciendo es “los padres que no intervengan acá”. El chico hace lo que quiere. Se está deslegitimando a la familia….
— Claro, pero ojo, que no es que el chico hace lo que quiere, no, el chico hace lo que quiere Naciones Unidas. A mí una chica de 15 años de Miami me dijo que hoy ser hétero está mal visto. O sea que incluso ya sos segregado socialmente si sos heterosexual en un país liberal. Sos un retrógrado. Pero al chico no se lo está empujando a que haga lo que quiera. Se lo está empujando a que haga lo que quiere esta perspectiva, el borrado biológico. Por otra parte, es de sentido común. ¿Por qué un chico no puede comprar un medicamento? ¿Por qué no puede comprar alcohol, tabaco o drogas? ¿Por qué un chico no se puede tatuar o ponerse aritos por todo el cuerpo? ¿Por qué no puede salir hasta las dos de la madrugada? ¿Acaso no tiene derechos? ¿No? Pasa que es un menor de edad, no está preparado psicofísicamente para tomar ciertas decisiones y gracias a Dios están sus padres o sus tutores para velar por su integridad? Pero no. Están atentando contra la infancia. Están tratando a los chicos como si fuesen adultos, están adulterando la infancia.
Fuente original y créditos de la imagen: Kontrainfo