Por Javier Orozco Alvarado
Ex rector del Centro Universitario de la Costa Universidad de Guadalajara
Tanto la prensa de las mañaneras del pueblo, como los empresarios nacionales y la comentocracia oficialista han festejado con entusiasmo el acuerdo logrado por la presidenta de México ante Donald Trump; de aplazar por un mes la aplicación del arancel del 25% a las exportaciones mexicanas hacia el país vecino.
La amenaza de Trump de aplicar este arancel a las exportaciones mexicanas y canadienses, a partir del 1º de febrero, fue una estrategia para obligar a estos países a vigilar sus fronteras para detener la migración y el tráfico de fentanilo hacia la unión americana.
El efecto inmediato fue que México se comprometió a enviar 10 mil elementos de la Guardia Nacional para vigilar la frontera norte. Lo mismo hizo Canadá, quien se comprometió a enviar 10 mil agentes para vigilar la frontera entre ambos países, mejorar su tecnología y aumentar el número de helicópteros.
Esta amenaza obligó a ambos países a resguardar sus fronteras ante lo que Estados Unidos denominó “emergencia nacional”; de lo contrario sus socios comerciales se habrían seguido haciendo de la vista gorda ante el aumento de la migración y el tráfico de fentanilo hacia el país vecino. Por lo tanto, si quieren evitar la aplicación del arancel del 25% a sus exportaciones, a partir del 3 de marzo próximo, deberá disminuir la migración indocumentada, el tráfico de fentanilo y capturar narcotraficantes.
Aunque dicen que México ganó el primer round al frenar por un mes la aplicación del arancel; la realidad es que el triunfo es de Donald Trump, quien obligó a sus principales socios comerciales a invertir en la seguridad de los Estados Unidos. Especialmente porque, al igual que en México, en Canadá estaba creciendo la producción de fentanilo y su venta en los Estados Unidos.
De hecho, se calcula que la producción de fentanilo en México aumentó exponencialmente durante el gobierno de López Obrador, en cuyo periodo se aseguró un 814% más que lo incautado durante el gobierno de Peña Nieto. Se calcula también que durante el gobierno de Amlo la emigración de mexicanos creció en 168.7%; pues según el INM, durante ese gobierno, más de 13 millones de migrantes cruzaron la frontera entre México y Estados Unidos.
Ambos fenómenos, migración y fentanilo, podrían dar luz sobre el espectacular aumento de divisas durante el gobierno de López Obrador; que pasaron de 35 mil millones de dólares, en el último año de gobierno de Peña Nieto, a 65 mil millones de dólares al término del gobierno de Amlo.
Por lo anterior, podríamos sugerir algunas hipótesis. En primer lugar, que el aumento en el volumen de divisas tuvo que ver con un mayor flujo de trabajadores indocumentados mexicanos; en segundo lugar, que el aumento de divisas también tuvo que ver con el tráfico de fentanilo y lavado de dinero o; tercero, que los migrantes mexicanos desplazaron masivamente a los trabajadores norteamericanos por la baratura de nuestra mano de obra indocumentada, en detrimento de los empleos residuales en los Estados Unidos, detonando la “emergencia nacional”.
Tales amenazas arancelarias y la potencial intervención militar pudieron haberse evitado si México hubiese atendido con anterioridad esos problemas.












































































