La campaña sucia que implementaron los empresarios-oligarcas de México en el 2006 vs AMLO con la frase «López Obrador es un peligro para México«, 18 años después parece que la locución viene de regreso en una versión ampliada y más peligrosa; la afectación en los negocios establecidos en México del gobierno de magnates de Estados Unidos y la creciente autonomía del gobierno de México, ha puesto tensa la relación entre los países.
Los negocios afectados por el actual gobierno tiene que ver con importantes y estratégicos rubros como el negocio de los alimentos, en el caso del maíz, el manejo del litio, la generación de energía eléctrica, pero el que más les preocupa son los negocios petrolíferos donde México le dejara de comprar en el presente año miles de barriles de gasolina y derivados. Estados Unidos no puede dejar que México se fortalezca. No les conviene tener a un vecino que se convierta en independiente y autónomo porque se transforma en una amenaza para la seguridad nacional y más en el contexto histórico que vive el mundo de hoy.
Desde ese entorno, hoy parece renacer la frase de la guerra sucia, pero ahora desde los poderosos magnates del mundo integrados al gobierno del vecino país norteño. Ahora frase sube de intensidad, porque hoy más que nunca, «López Obrador es un peligro para Estados Unidos«.
Breve Contexto
Esta situación comercial de México con Estados Unidos y su relación geoestratégica, no parece que cambiará en el periodo pos-obradorista, pues su relevo ha dicho continuar lo empezado por AMLO. Morena, el partido puntero de las encuestas presidenciales, viene ampliando la ventaja sobre la candidata de los magnates.
Sin embargo, estas elecciones del 2024 están en medio de un contexto histórico muy importante y trascendente; estas elecciones juegan un papel fundamental para el futuro cercano: el mundo se encuentra bajo la tensión de otra guerra mundial de proporciones mayúsculas.
Los países en pugna se encuentran en el proceso de armado geoestratégico que obliga a la protección de sus fronteras y la revisión de sus puntos vulnerables. El no control de México pone nerviosos a los estadounidenses. Si no controla al gobierno obradorista, no controla los recursos, la energía, los alimentos y otros elementos vitales en los confrontamientos bélicos. Esto pone en aprietos a Estados Unidos en su histórica relación asimétrica y ventajosa con su vecino del Sur, que en este sexenio marcó una diferencia en la relación entre los dos países, menos entregada y menos subyugada.
Las elecciones presidenciales con la mecha más corta en la historia de México se está propagando a los Estados Unidos que se encuentra en las mismas condiciones electorales y que, sin poder evitarlo, la influencia de ambas naciones se mezcla en un peligroso compuesto que está conformando una incipiente crisis entre ambos países con pronósticos insospechados.
En México, pronto entraremos en la recta final electoral donde todo apunta a que gane los comicios del 2 de junio la continuidad de los proyectos y visión obradorista que hoy enfrenta una oposición muy sensible y nerviosa de los que fungen como representantes de gobiernos extranjeros y que no están escatimando nada para recuperar lo que era su dominio. Hay que insistir que México estaba a la merced total del poder económico mundial a través de sus representantes que, a su vez, se creían dueños de México. Si podemos figurar esa dependencia, podemos pensarnos como una neo-colonia ya no en haciendas con miles de peones sino con empresas con miles de empleados.
Estos representantes de los grupos transnacionales, con el apoyo de sus protectores, han tratado de parar o desviar el camino de AMLO más allá de los 30 años, tomando mayor énfasis a partir del 2006 donde se acuño el slogan propagandístico de «López Obrador es un peligro para México«. Una frase que se inscribía en el miedo a perder los privilegios.
Hoy pareciera regresar el significado pero sin mencionar la frase. El concepto se agranda y va más allá de las fronteras. Ahora no dicen eso los gerentes de Kimberly Clark de México, ahora los que la piensan son los dueños de Kimberly Clark Corp., ahora desde sus intereses parece que formulan la frase: «Lopez Obrador es un peligro para Estados Unidos». Habrá que decir que la frase fue usada en las elecciones presidenciales del 2006 sin un éxito rotundo en la votación porque no evitó el colosal fraude electoral. Esto fue suficiente para pararlo, momentáneamente.
En el 2012, las siguientes elecciones presidenciales, no faltó el fraude. Esta vez fue la compra masiva de los votos en una descarada manipulación de las instituciones para torser la Ley de manera completamente impune. Lo volvieron a parar, otro momentáneamente.
Fueron doce años de saqueo extremo, a todas luces un robo: descarada entrega de concesiones mineras, incluyendo concesiones en el lecho marino, un alto acaparamiento de tierras, miles de millones de pesos en impuestos que no solo no pagaban sino que retenían el impuesto de trabajadores y no lo declaraban, privatización de pozos petroleros y otros ejemplos vivos más como el corte casi en seco de la enorme cantidad de recursos destinado a los medios de comunicación, casi 50 mil millones de pesos en el sexenio de Peña NIeto y que trae de cabeza a los concesionarios porque, de seguir así, caerán muchos en bancarrota, y eso, es igual de delicado en un momento que los medios se convierten en un instrumento muy importante en la guerra.
La política del «peligro para México»
Todo lo anterior se estancó en el 2018 cuando el apoyo de millones de votos evitaron un nuevo fraude. Las empresas empezaron a pagar miles de millones de pesos en impuestos y mucho dinero se ha repartido desde entonces (más de 2,000,000,000,000 de pesos) de manera universal entre la población mexicana a través de varios programas. Un sector social que antes no tenía participación de los ingresos públicos, hoy les toca un pedazo de la riqueza del Estado que antes se quedaban en yates de lujo, aviones, helicópteros, casas en Miami, Paris, Roma y «chalets» en todos lados.
Con López Obrador se alumbró, como una luz potente, la verdad sobre la inmensa riqueza que produce México como país. Exhibió tal riqueza en acciones como ese reparto de dinero masivamente; compró el 50% de las acciones para poseer totalmente la refinería Deer Park en Houston, Texas, EU; hizo una colosal refinería en Dos Bocas, Tabasco; construyó 1500 kilómetros de vías para el Tren Maya; Hizo los Aeropuertos de Tulum y el AIFA; el Tren del Istmo; canales de riego y presas de agua; compró hospitales, reclusorios e instalaciones de gas y otras obras más. ¡Sin deuda!
Puso en relieve la inmensa riqueza que posee el país y evidenció cómo en las últimas décadas un grupúsculo de individuos acapararon absolutamente todo desde un sistema corrupto que acaparó toda esa riqueza. Pero perdieron el mando en el 2018 y la maldición de la frase «López Obrador es un peligro para México» fue muy afectiva y real, en referencia al «México» que ellos pensaban que les pertenecía. Ese era el México al que ellos se referían.
Han pasado poco más de cinco años de un gobierno que ha esquivado todos los obstáculos habidos para tratar de pararlo, marrullerias, montajes, ataques arteros a su familia y su persona, que no han podido detener el avance de un México que busca consolidarse en medio de la amenaza del imperio mismo.
La presión estadounidense
La relación histórica de Estados Unidos-México ha estado marcada por la subyugación del país latinoamericano desde hace más de 170 años, cuando en 1848 Estados Unidos arrebató a la fuerza más de la mitad de lo que era el territorio mexicano. Desde entonces México no ha podido establecerse como país independiente y autónomo; siempre han tenido los cañones estadounidenses apuntando hacia la frontera Sur.
La política interna del país siguió estando patrocinada por potencias extranjeras, primero por España, el mismo descubrimiento de la plata y el oro que después se robaron desde 1519, hasta una supuesta independencia de país en 1821 que terminó con la invasión estadounidense poco más de 20 años después, en 1846, para después firmar la capitulación en el Tratado de Guadalupe Hidalgo en 1848 y, desde entonces, México no se ha podido quitar la bota gringa del pescuezo.
Estos días las actividades en la relación bilateral entre los dos países se ha acentuado, sobretodo en cuestiones de comercio, con una marcada preocupación de texanos porque ven perder sus ingresos. En estos últimos días se dieron tres acontecimientos muy llamativos que abre a la especulación de lo que no se aprecia a la vista y que se intuyen golpes y manotazo abajo de la mesa.
El pasado 18 de enero el Instituto Baker de la Universidad de Rice publicó el reporte anual de la situación que impera en México, obviamente desde su óptica y que deja entrever la generación del discurso que se escucha en los medios. Otro evento importante sobre la materia y en el mismo tenor que la publicación, es la visita que realizaron congresistas texanos, de fuertes vínculos con la industria energética, al presidente de la República el pasado 23 de enero. Y finalmente el tercer evento ligado a los otros dos, es la visita del pasado 24 de enero a México del exmandatario Ernesto Zedillo Ponce de León como conferenciante. En a práctica, Zedillo es el mexicano que más le sirve al poder financiero global y a las corporaciones transnacionales que forman el gobierno de facto en el mundo actual.
Republicanos y Demócratas juntos vs AMLO
El pasado 23 de enero del presente, una delegación de congresista de Estados Unidos integrada por representantes demócratas y republicanos, arribaron al palacio nacional para tener un encuentro «cooperativo» entre los dos países.
Con el presidente estuvieron Michael McCaul, vinculado a temas de energía, salud y fuertemente financiado por empresas que defienden la guerra de Israel contra Palestina; Andy Weber, empresario con fuertes vínculos con la industria del petróleo. Ambos legisladores republicanos que se acompañaban del representante demócrata Henry Cuellar, ligado a su vez con la industria del petróleo y gas, así como tecnológicas y de logística de transporte de carga. Los tres texanos.
Los contenidos temáticos que abordaron, lo que hacen público, fueron seguridad transfronteriza, migración, fentanilo y comercio. Así, de manera general, no hubo detalles. Tanto la versión de los legisladores texanos como el presidente mexicano, elogiaron el «constructivo» encuentro. El presidente mencionó en su tradicional conferencia matutina que hay diferencias (entre los dos países) pero que es mejor dialogar.↓
“Acerca del encuentro de ayer con los legisladores texanos, fue muy bueno el encuentro, mucho muy bueno, ellos muy respetuosos y es un encuentro bastante constructivo, provechoso, porque imagínense cuánto tenemos de frontera con Texas, y hay diferencias y es mejor dialogar y hablar”, mencionó el mandatario.
Baker Institute
Poco antes del arribo de los representantes texanos al país, el Instituto Baker (IB) de la Universidad Rice de Houston, Texas, publica un estudio denominado Mexico Country Outlook 2024 (Panorama 2024 de México como país) donde, desde su visión, hacen una análisis muy sesgado de la situación actual de México bajo la administración obradorista.
El estudio pareciera un grito de alarma para inversionistas sobre los riesgos de un país «erosionado» porque el gobierno de López Obrador «ha resultado en una presidencia que dejará a las instituciones del país mucho más débiles que antes. Los controles y equilibrios de México se están erosionando de una manera que no se había visto desde la década de 1990, y una fuerte centralización de la toma de decisiones ha insertado un alto y peligroso grado de incertidumbre y arbitrariedad en su proceso de formulación de políticas».
Todo el documento es una joya que sirve como base para fortalecer el discurso de los adversarios de las políticas y la visión de AMLO dentro y fuera del país. En uno de sus pasajes «considera el panorama político incierto del país, el complejo entorno legislativo y regulatorio, los desafíos sociales y económicos, las barreras de seguridad pública y la relación cada vez más difícil con los Estados Unidos. En su mayoría son el resultado de decisiones políticas cuestionables y de una política interna defectuosa».
El Instituto Baker, es un centro de investigación encaminado a fortalecer el discurso en la agenda nacional e internacional del pensamiento de empresarios petroleros fundado por James Baker III, secretario de Estado en la administración del ex-presidente estadounidense George Walker Bush.
El documento publicado por el IB suscrito por el Center for the US and México (Thought and policy leadership spanning two nations –liderazgo de pensamiento y políticas que abarca dos naciones-), sorprende la coincidencia puntual del resultado del estudio con el discurso usado por la oposición en México desde las tribunas políticas y mediáticas. Escribe pasajes graves y preocupantes al afirmar que «las organizaciones criminales pueden incluso convertirse en un importante aliado electoral de MORENA en las elecciones de junio de 2024; demostraron su capacidad para intimidar, e incluso matar a candidatos de la oposición y trabajadores electorales en 2021, y es probable que sigan adelante en 2024».
La increíble afirmación en el estudio no presenta prueba alguna ni detalla la grave información, lo que hace al documento como poco serio y con más tintes políticos que rigor científico y apego a la verdad.
Al final, el panorama pintado por el «estudio de país» del Instituto Baker, no es nada más que un escrito que sirve para «fundamentar» el discurso de opositores al gobierno de López Obrador. Hasta ahora todo está en letras y la voz que las replican, pero el resultado del «estudio» bien puede ser fundamento para escalar las palabras y ser usado como pretexto para aquellos representantes que buscan intervenir militarmente a México.
La polítologa Guadalupe Correa-Cabrera analiza el documento como una «manipulación muy importante» de quienes están detrás del estudio. La investigadora afirma que el staff, los escritores o investigadores responden a los intereses de los donantes que muchos son empresarios y políticos estadounidenses, pero también hay donantes mexicanos como el Mexican Business Council que no es otra cosa que el Consejo Mexicano de Negocios.
Correa-Cabrera detalla algunas empresas que son donantes de lo que ella llama Foro Estados Unidos-México, que es lo mismo que el Center for the US and México, donde destacan empresas como Kimberly Clark de México, el propio Consejo Mexicano de Negocios, Heinz Corp., BP, Oil Capital, Shell, ACB Bank, Western Union, entre otras corporaciones con influencia internacional.
Este reporte desnuda el vínculo de poderosos corporativos, vinculados a los mandos políticos del país vecino, con los empresarios mexicanos que han estado atrás de los gobierno prianistas en México que luego, éstos últimos, se van a trabajar a esos mismos corporativos extranjeros, como Jaime Serra Puche, exsecretario de Hacienda con Salinas de Gortari y después secretario de Comercio y Fomento Industrial en la época de Zedillo, hoy presidente del grupo financiero BBVA México y consejero del Center for the US and México.
La Visita de Zedillo
La reciente visita a México del expresidente Ernesto Zedillo Ponce de León estuvo dentro de este acontecimiento texano. El asesor de corporativos extranjeros visitó el país bajo un fuerte hermetismo y sin declaraciones públicas. Todo fue en privado y con un fuerte operativo policíaco.
El exmandatario vino a dar una conferencia magistral para una empresa financiera y hablar específicamente de la situación de país desde la visión, que comparte en gran medida con lo escrito por el IB, de un México en decadencia y de mala gestión administrativa. Aunque no trascendió gran cosa de su discurso, lo poco que publicaron los medios de comunicación, se observa que hubo mucha consonancia con lo expuesto en el estudio de IB, incluyendo el uso de ciertas palabras claves que ilustra ilustra este ejemplo↓.
“En el pasado, algunos lograban apoderarse del poder con los militares. Lo que ha sucedido es que, han aprendido cómo funciona el sistema, y les gusta la democracia hasta que acceden al poder y una vez que ya han accedido, buscan erosionar la democracia. Es un problema muy serio, porque la forma de acceder vía democrática es vía el engaño, la demagogia y el populismo”, recalcó Zedillo.
«Un país erosionado» menciona el estudio sobre el panorama en el México del 2024, algo muy parecido a la expuesto por Ernesto Zedillo a la hora de hablar del manejo ejecutivo donde “todos los días dice que el país vive en democracia, pero todos los días trabaja para erosionar las bases de la democracia. Lo hace buscando eliminar los pesos y contrapesos del poder público, los organismos autónomos, debilitarlos con muchos procedimientos”, así señaló el priista artífice de la «alternancia» en México.
La relación con visos de crisis
La relación de México con Estados Unidos, como ya lo ha mencionado el reporte de IB, «está cada vez más difícil» y se espera que conforme avance las elecciones se vaya agudizando. Hay mucho en juego y las presiones son inocultables.
Aunque hay muy poco información, es muy probable que la vigilancia en las áreas estratégicas como las refinerías o las estaciones eléctricas, se vea incrementada en estos días. Ya ha habido accidentes en diversas áreas que asemejan a sabotajes y no es ninguna novedad que cuando se afectan intereses económicos de gran envergadura suelen haber eventos violentos misteriosos.
López Obrador, con su política económico-social, ha derrotado a los partidos políticos, a los empresarios encumbrados y, habrá que decirlo, también a los medios de comunicación que todos los días le inventan montajes y mentiras. AMLO ha creado una metodología que, como política aplicada, ha transcendido fronteras.
La derrota de los gerentes locales de corporativos transnacionales en el sexenio obradorista, ha prendido los focos rojos de Estados Unidos y aliados y hoy, veladamente, están echando andar la maquinaria mayor para evitar más avance de esa política que está «erosionando a la democracia» y que se convierta en una peligro mayor para el imperio que se encuentra en jaque respondiendo el acecho de otros países que reclaman un mundo más equitativo y multipolar.
Hoy, aunque no se escucha pero se siente el slogan silencioso de «López Obrador es un peligro para Estados Unidos«.