- El gobierno británico plantea usar chips con IA para rastrear y predecir delitos en criminales. La propuesta genera controversia por su impacto en derechos humanos y privacidad.
- Las gigantes tecnológicos y empresas de prisiones privadas participan en el debate. Las organizaciones civiles advierten sobre los riesgos de poder y sesgos en IA predictiva.
En los últimos meses, el gobierno británico ha puesto sobre la mesa una propuesta que parece sacada de la ciencia ficción pero que podría tener consecuencias muy reales: implantar chips con inteligencia artificial bajo la piel de criminales para rastrearlos y, potencialmente, anticipar futuros delitos. Esta sugerencia, todavía en estado embrionario, surge como respuesta a la presión por reducir la población penitenciaria y encontrar métodos más efectivos de vigilancia de quienes cumplen condenas fuera de las cárceles.
La idea, presentada por la ministra de Justicia, Shabana Mahmood, ha provocado un profundo debate dentro y fuera del Reino Unido, ya que enfrenta dos cuestiones fundamentales: ¿Hasta dónde puede llegar la tecnología en la vigilancia de personas? ¿Y cómo mantener los derechos humanos bajo estas nuevas herramientas?