Un periodista incomodó al presidente y exhibió la nula política obradorista en materia de radiodifusión pública y el pírrico avance en la cobertura de los medios públicos sobre todo en las zonas urbanas.
Pregunta directa, respuesta por las ramas
“Sr. Presidente ¿Qué pasó con esa oferta de transformación de los medios públicos? ¿fue una cuestión de incapacidad de las personas que encabezaron estos proyectos? O ¿fue una falta de decisión en términos presupuestales, en términos de decisión gubernamental? ¿Porqué no vemos la transformación en los medios públicos?” preguntó directo al grano el periodista.
López Obrador acostumbrado a tener la sartén por el mango a la hora de abordar respuestas a preguntas de reporteros, en este caso, exhibió una falta total de atención política al tema de la radiodifusión en México. Su respuesta, lejos de contestar de frente y sin pestañear, se fue sin rumbo dando brincos argumentativos que nada tenían que ver con una respuesta concreta.
Se ha avanzado mucho contesta el presidente, “pero al mismo tiempo queremos respetar la pluralidad hay quienes, como tú lo señalas, nos cuestionan en los medios públicos que tienen programas de tiempo atrás, se han respetado su s espacios, sus tiempos y lo vamos a seguir haciendo.
Nosotros no vamos a reprimir a nadie, nos somos iguales, yo me voy a sentir más contento, mas feliz cuando termine y poder decir: no reprimimos a nadie, no ordenamos masacres, no ordenamos ni reprimimos torturar a nadie, no se permitió, no se toleró la desaparición de personas, se respetaron los derechos humanos, no se censuró a ningún medio de información aunque yo sostengo que son de manipulación”.
La condescendencia merma calidad informativa
El reportero no le interrumpió para ir al grano con la respuesta, dejó que el presidente respondiera sobre la relación que ha tenido con los voceros de los medios, sus adversarios preferidos. Volvió a tratar el tema que ha tenido con Loret de Mola, sus ingresos y propiedades. Una respuesta totalmente nula. Siguió dando tumbos y tambos sin respuesta alguna a las preguntas.
La afinidad del periodista con el presidente no le permitió concretar seriamente la respuesta y parar la perorata con el mismo distractor temático de sus adversarios mediáticos, pero al final de su esquiva respuesta, el reportero afinó un poco mejor la cuestión.
“…pero no hubiera sido un buen momento Sr. Presidente para que los medios públicos se constituyeran en ese polo de libertad informativa que le hace falta a la gente…? La pregunta no alcanzó a llegar a su fin cuando López Obrador lo interrumpe abruptamente y contesta:
“Lo estamos haciendo, lo estamos haciendo y es un proceso y también es con el propósito de que se pueda contrastar de que no somos iguales. En el 11, puros periodistas afines o intelectuales a fines. A veces me dicen algunos dueños de medios de información >no me recomienda a un comentarista o a un periodistas< porque como yo constantemente les estoy reclamando aquí, de que no hay equilibrio…» y luego se volvió a ir por las ramas.
De tanto andar por las ramas sin contestar las preguntas, habló del director del Sistema Público de Radiodifusión del Estado Mexicano, Jenaro Villamil, un periodista que salió de la revista Proceso para ir a manejar la cartera de la radiodifusión pública que lo poco que ha hecho es poner antenas en algunas ciudades del país para ampliar la cobertura de la radiodifusión pública en zonas urbanas, ahh y participar muy activamente en el Twitter y manufacturar el segmento del resumen en video llamado Infodemia, proyectado en la sección de Quién es quién en las mentiras.
Al final del tiempo dedicado a la pregunta que nunca contestó, López Obrador dijo que tiene confianza en Villamil como un profesional de la comunicación y gente honesta.