Es bueno el cierre de la telenovela llamada Frente Amplio por México. Seguro que este evento político bate las audiencias de las últimas telenovelas de Televisa, sin duda. En los últimos días, la señora Beatriz Paredes Rangel es la que ha impuesto la agenda mediática en todos los medios habidos en el campo radioeléctrico que cubre el país. No hay programas de noticias o mesas de opiniones que no esté el tema de Beatriz Paredes en medio.
La telenovela la están llevando a emular el interés máximo del último capítulo, o el séptimo juego de la serie mundial o la final de Messi en Qatar para que no vuelva a llorar.
Los magos de la mediatización se han encargado de elegir bien a los últimos personajes: dos mujeres, ambas con huipiles con el tema de moda de la Agenda 2030: mujeres, equidad, sororidad y «empoderamiento del género» impulsado por un grupo de hombres poderosos que no dan la cara.
Todo bien confeccionado, bien planeado. Casi a la perfección como el diseño existoso de la League Cup, que nos ilustró la manera en cómo el diseño puede ser perfecto para un Messi que se presta a ser el producto perfecto a incentivar pasión. Producto utilizable como los huipiles.
La presión
La maquinaria de presión que utiliza el sistema prianista-corporativista para conseguir sus objetivos, ha sido un elemento importante en el rol que juega Beatriz al performar un papel manejado de manera elegante y de altura política con un discurso muy cuidado. Ambos papeles, la presión y la defensa de Beatriz Paredes, ha desarrollado un sin fin de directrices para configurar la temática discursiva mediática, como ese aspecto que se ha introducido mucho en las redes virtuales que es la sutileza de generar una percepción de que para tener esa postura, Beatriz debe de estar respaldada por Morena; otros se aventuran más y dicen que ya pactó con López Obrador.
La presión está por todos lados, en voceros de famosos noticiarios, en personajes frecuentes en redes que se hacen llamar «influencers«, columnistas de periódicos, editoriales de medios, programas especiales de mesa redonda en casi todos los medios electrónicos, partidos políticos, encuestas a modo, fuente informativa principal de reporteros, en fin, la presión es atmosférica.
El presidente del PRI, Alejandro Moreno, dijo que este miércoles el PRI definirá una postura sobre la negativa de Paredes de declinar por Gálvez. Las palabras del famoso «Alito» no dejaron dudas de la presión de su propio partido sobre la priista que busca representar el Frente Amplio.
El juego de Beatriz Paredes
A todo ésto, Beatriz Paredes ha dicho que no renunciará a su aspiración ni declinará y dijo que esperará el resultado de las encuestas oficiales del Frente Amplio. Incluso, la priista ha rechazado la candidatura por la CdMx luego que medios insinuaran como premio de consolación.
Beatriz Paredes Rangel ha puesto paredes a toda la presión. Su postura, aunque en apariencia es convincente, se nota claramente una jugada política desde los colmillos que significan los 50 años en política. A simple vista se puede observar que su rol es darle cierta legitimidad al proceso amañado y falso que ha sido la elección del candidato para representar al Frente Amplio, algo que López Obrador anunció prematuramente dándole sentido al mote peyorativo de «el mesías tropical» que alguna vez Enrique Krauze le endilgó.
Si no fuera que busca darle legitimidad al proceso como una noble labor de Paredes, entonces ¿qué busca Beatriz poniendo esas paredes en el prian?
¿Una reelección automática, de lista nominal de nuevo, en el Senado de la República?
¿Mil millones de pesos para una AC que ayude a migrantes como Josefina Vázquez Mota?
¿Para qué otro propósito estira la liga Paredes?
Una política de tan larga data ¿no sabía de la concertacesión cupular?
¿Estará dispuesta a romper con el PRI, que a luces no la apoya, para pensar en liderar la candidatura de otro partido? ¿MC? Na, esto último lo podemos descartar porque Paredes es una política muy vieja en la vieja política llena de expedientes secretos para amarrar a cualquier rebelde, la destrozarían. Porque no creo que pueda agarrar el slogan de Calderón «tengo las manos limpias».
Para este quien escribe, las paredes que Beatriz le está poniendo al PRIAN, no es otra cosa que parte de un scrip, un guión de último capítulo de una telenovela que se ha mediatizado a gran escala por todo el país, donde la mujer mejor preparada le ceda su lugar a la otra mujer de grandes carencias que asemeja mucho a las condiciones mentales de Sammy Pérez (1965-2021), personaje que usó Televisa como patiño sin menoscabo de sus derechos elementales. Lo digo con todo respeto a la memoria del personaje que fue blanco de burlas sin piedad exhibidas en televisión y trasmitidas a todo el país. Igualmente lo digo con el respeto para la senadora Xochitl Gálvez que está siendo usada como el patiño que no alcanza a escucharse así mismo y reflexionar sobre sus actos y actitud, muy similar a las características físicas y mentales del actor mencionado.
Hoy miércoles 30 de agosto será el fin de esta telenovela con un final anunciado pero con un cierre de emoción. Las paredes de Beatriz se harán trizas con la aplanadora del sistema donde la democracia del Frente Amplio por México es de diseño, un set, un montaje, un guión que no permite improvisaciones, mucho menos rebeldías. Ya veremos el desenlace.













































































