El tirador, que iba enmascarado y murió en el incidente, culpó a la vacuna COVID por su enfermedad. Disparó varias veces contra la policía y el Centro para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) en Atlanta.
Un violento tiroteo ocurrido el viernes por la tarde frente a la sede de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) en Atlanta, Georgia, dejó como saldo la muerte de un agente de policía y del presunto atacante, informó la policía local.
De acuerdo con las autoridades, el agresor, un hombre blanco armado y enmascarado, responsabilizaba a la vacuna contra la COVID-19 de una supuesta enfermedad que padecía. El tirador abrió fuego contra varios edificios del complejo de los CDC alrededor de las 4:50 p.m. Testigos aseguraron que portaba varias armas —dos pistolas, un rifle y una escopeta— y una máscara quirúrgica mientras apuntaba hacia las instalaciones.
El jefe de policía de Atlanta, Darin Schierbaum, precisó que el sospechoso efectuó múltiples disparos contra la sede de la agencia sanitaria, la cual también alberga una guardería con 92 menores. Afortunadamente, ninguno de los niños ni del personal resultó herido.
Tras atacar el complejo, el hombre cruzó la calle e irrumpió en un edificio que aloja una farmacia CVS, ubicado dentro de las instalaciones de la Universidad Emory de Georgia. La presencia del tirador obligó a que estudiantes y personal académico se resguardaran de inmediato.
La confrontación con la policía fue breve pero letal. El intercambio de disparos provocó la muerte de un agente, cuyo nombre no fue revelado de inmediato, así como la del propio agresor, quien falleció en el lugar.
El tiroteo generó una fuerte movilización de equipos de emergencia, unidades tácticas y personal médico. Las calles aledañas a la sede de los CDC fueron cerradas temporalmente mientras se aseguraba la zona.
La tragedia ha generado conmoción en Atlanta, especialmente por el hecho de que el ataque se dirigiera a una institución de salud pública y ocurriera tan cerca de un centro educativo y una guardería. Las autoridades continúan recopilando evidencia y testimonios para esclarecer todos los detalles del suceso.
Fuente: New York Post