Desde hace algún tiempo continúan las conversaciones de alto nivel para alcanzar un acuerdo de paz sobre Gaza, en las que participan diplomáticos de Estados Unidos, Qatar y Egipto. Resulta extraño que las dos partes principales no participen directamente en ellas. En cualquier caso, dado que la paz debe tener todas las oportunidades posibles, el mundo vuelve a esperar ansioso para ver si los diplomáticos y negociadores de los tres países consiguen llegar a un verdadero acuerdo basado en la justicia contra todo pronóstico.
Aquellos que se han dedicado a la paz con justicia desde el principio también deberían presentar ahora sus propias versiones de acuerdos de paz basados en la justicia para proporcionar documentos de base con los que se pueda evaluar lo que surja finalmente de las negociaciones en curso.
Ante todo, el acuerdo de paz debe prever un alto el fuego permanente, no uno temporal de seis u ocho semanas. Difícilmente se logrará la paz si todos los horribles ataques se reanudan de nuevo al cabo de unas semanas. Las fuerzas armadas israelíes deben marcharse de Gaza. Deben cesar todas las agresiones de los colonos israelíes en Cisjordania.
En segundo lugar, todos los rehenes israelíes restantes deben ser devueltos y, al mismo tiempo, debe liberarse a un número significativo de prisioneros y detenidos palestinos. En el caso de los que queden, debe haber garantías claras y firmes de que no serán torturados ni maltratados, así como atención médica para cualquier daño que ya hayan sufrido.
Una vez asegurada la paz en Gaza, debería iniciarse un esfuerzo comunitario de ayuda, rehabilitación y reconstrucción a gran escala.
Las decisiones relativas a las obras de reconstrucción deben ser tomadas por las comunidades y no por las grandes empresas constructoras. Aparte de los fondos ya disponibles en la ONU y otras agencias, éstos deben incrementarse con fondos adicionales donados voluntaria y generosamente por todos los países y organizaciones que puedan permitírselo, con especial énfasis en los países vecinos ricos en petróleo.
Sin embargo, quienes proporcionaron las armas para la enorme destrucción de Gaza, en particular Estados Unidos y Alemania, deberían proporcionar obligatoriamente una cantidad casi igual (igual al valor monetario de las armas que proporcionaron durante la guerra), o una parte muy sustancial de la misma, para labores de ayuda, rehabilitación y reconstrucción basadas en la comunidad, sobre la base del principio de que quienes proporcionan los medios de destrucción deben, como mínimo, proporcionar también los medios de reconstrucción. Aproximadamente una décima parte de este pago obligatorio debería reservarse para las víctimas israelíes del ataque de Hamás del 7 de octubre. Aproximadamente una décima parte debería reservarse para las personas desplazadas temporalmente a ambos lados de la frontera entre Israel y Líbano. Las ocho décimas restantes deben dedicarse a las labores de ayuda, rehabilitación y reconstrucción en Gaza, aunque una pequeña parte puede compartirse con otros palestinos que también han sufrido daños durante la guerra.
Así pues, si los proveedores de armas aportan al menos un total de unos 20.000 millones de dólares, 16.000 millones de dólares podrán estar disponibles para los palestinos (principalmente la población de Gaza), mientras que al mismo tiempo dos.000 millones de dólares estarán disponibles para las víctimas israelíes del ataque del 7 de octubre y dos.000 millones de dólares también podrán estar disponibles para las personas desplazadas a ambos lados de la frontera entre Israel y Líbano, con la misma ayuda para israelíes y libaneses.
Para utilizar este fondo adecuadamente y minimizar al mismo tiempo las posibilidades de corrupción y mala administración, se pueden acordar medidas especiales.
Una vez que se haya alcanzado un acuerdo de paz satisfactorio, Irán y Hezbolá deberían anunciar abiertamente por separado que, ahora que se ha logrado la paz en Gaza, en interés de la paz en general, toman la decisión de no lanzar sus ataques de represalia contra Israel. Esta decisión será ampliamente apreciada por todas las personas amantes de la paz del mundo y contribuirá a la fortaleza moral de quienes anuncian esta decisión, mucho más de lo que pueda haber contribuido cualquier acción vengativa emprendida por ellos. Hezbolá e Israel deberían anunciar que su intercambio rutinario de disparos, que tantos problemas causa a las personas que viven en la frontera de ambos lados, también se detendrá y que la rehabilitación de las personas a ambos lados de la frontera recibirá atención prioritaria.
Del mismo modo, los rebeldes Houthi de Yemen deberían anunciar que, ahora que la paz en Gaza está garantizada, no volverán a lanzar ataques contra buques ni contra otros objetivos israelíes o de sus aliados.
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One Month Before Global Research’s Anniversary
Bharat Dogra es Coordinador Honorario de la Campaña para Salvar la Tierra Ahora. Entre sus libros más recientes figuran Protecting Earth for Children, Planet in Peril, A Day in 2071 y Man over Machine. Colabora habitualmente con Global Research.
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Fuente original (en inglés): Global Research Autor: Bharat Dogra. Créditos de la imagen: Global Research. Traducido y editado por el equipo de Diario de Vallarta & Nayarit con ayuda de DeepL y Google Translator.