Negociar con un político como Donald Trump presenta retos importantes para México, especialmente si Claudia Sheinbaum asume el liderazgo del país. Según Martha Bárcena, exembajadora de México en EE.UU., Trump busca imponer sus condiciones en lugar de llegar a un acuerdo equitativo, como lo mostró al amenazar con aranceles si México no frenaba la migración en su mandato anterior.
México, con la experiencia de López Obrador, enfrenta esta vez un panorama distinto. Sheinbaum, de convicciones ideológicas más marcadas, podría responder a presiones en materia de crimen organizado, inmigración o aranceles con una visión nacionalista, lo cual podría escalar las tensiones, advierte el exembajador Arturo Sarukhán.
El comercio entre ambos países es sólido, pero se avecina la revisión del T-MEC, donde los cambios constitucionales promovidos por Sheinbaum y el poder creciente de China en la región podrían complicar las negociaciones.
Sheinbaum afirmó que “hay estrategia y hay diálogo con Estados Unidos y con el presidente Trump” y aseguró que si hay diferencias sabrán resolverlas. Pero también ha sugerido que su gobierno no se dejará amedrentar.
“Cuando se presenten problemas los vamos a afrontar con dignidad, con orgullo y sabiendo a quién representamos, que es a nuestro gran pueblo», indicó.
Además, la agenda de seguridad podría ser otro punto de fricción, ya que Sheinbaum planea aumentar la lucha antidrogas, lo cual podría alterar la cooperación bilateral.
Hoy Ebrard es secretario de Economía y previsiblemente encabezará la delegación mexicana en la revisión del T-MEC, algo que Trump ha recibido con sorna. («Nunca he visto a nadie doblarse así», dijo hace tiempo el estadounidense del mexicano).
Ebrard argumenta que tanto el cierre de la frontera como la imposición de aranceles también perjudicaría a Estados Unidos y que habrá que negociar “con sangre fría e inteligencia”.
“Yo estoy optimista, no digo que va a ser fácil… pero la relación con el presidente Trump va a ser muy buena», dijo el jueves. “¿Y qué es lo que nos une? Pues lo que nos une son estos números, es una economía gigantesca” .
A pesar de los retos, Sheinbaum ha mostrado disposición para dialogar. No obstante, su enfoque podría entrar en conflicto con la retórica de Trump, quien parece enfocado en temas de seguridad y empleos, una combinación que amenaza con poner a prueba la relación diplomática entre ambos países.
Fuente: Proceso