Jaime Cortina, director general de Operaciones y Sistemas de Pagos del Banco de México, explicó que es probable que exista una ligera volatilidad y movimientos en los mercados, pero que eso dependería de los ajustes del nuevo Gobierno.
Ni los mercados, ni el peso deberían ser sacudidos si Andrés Manuel López Obrador gana en las elecciones del 1 de julio como predice los sondeos, ya que los participantes han incorporado ese escenario, dijo un directivo de alto rango del Banco de México.
El domingo, se elegirá al sucesor del presidente Enrique Peña Nieto, en una contienda donde López Obrador ha encabezado sostenidamente las intenciones de voto apoyado principalmente en mensajes contra la corrupción, la inseguridad y la mala gestión económica del Partido Revolucionario Institucional (PRI).
«El candidato puntero pues lleva siendo puntero prácticamente toda la campaña. Entonces yo sí soy de la impresión que el mercado ya descontó con una alta probabilidad que ese equipo sea el que resulte ganador», comentó Jaime Cortina, director general de Operaciones y Sistemas de Pagos del Banxico, sin mencionar directamente a López Obrador.
En la última encuesta realizada por El Financiero, el presidenciable de la coalición ‘Juntos Haremos Historia’ obtuvo el 50 por ciento de las preferencias, 26 puntos arriba de su contrincante más cercano, el candidato de ‘Por México al Frente’, Ricardo Anaya.
Sin embargo, el directivo de la entidad monetaria aclaró que la necesidad de «ajustes bruscos» en los mercados tras conocerse el resultado también dependerá de cuál sea el mensaje del equipo del candidato respecto a lo que piensan hacer en materia de política macroeconómica.
«Si uno ve lo que los distintos voceros y asesores han venido mencionando, parecería que no debería ser ninguna sorpresa. Si ese mensaje se ratifica, (…) si bien a lo mejor podríamos ver algo de volatilidad, algo de movimientos, deberían de ser bastante moderados», agregó Cortina.
Alfonso Romo, asesor de López Obrador dijo el lunes que, de ser elegido AMLO como presidente, su Gobierno buscaría fortalecer el peso aumentando la confianza de los inversores.
►Peso sufre… pero menos
El peso mexicano se hundió este mes a niveles mínimos en un año y medio, golpeado por la fortaleza del dólar, el estancamiento en la renegociación del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) y la incertidumbre sobre los comicios.
Sin embargo, a la moneda local le ha ido mejor en 2018 que a algunos de sus pares de mercados emergentes como Argentina, Turquía y Brasil, en medio de una ola de ventas globales desde abril luego de que unos mayores costos de endeudamiento en Estados Unidos disminuyeron el atractivo por los activos más riesgosos.
Cortina lo atribuye principalmente a que México pasó de tener la divisa con menor tasa a ser una de las más altas de los países emergentes, especialmente cuando se analiza con relación a su calificación crediticia.
El Banxico elevó su tasa de interés de referencia en 25 puntos básicos a 7.75 por ciento el 21 de junio, en un intento por contrarrestar los efectos del desplome del peso y mantener una tendencia a la baja en la inflación.
La decisión ocurrió después de que la Reserva Federal de Estados Unidos elevó su tasa de referencia y proyectó un ritmo más rápido de alzas en los próximos meses.
La posición relativa de la política monetaria con Estados Unidos es una de las variables que el Banco Central mexicano toma en cuenta a la hora de adoptar decisiones de política monetaria y «siempre ha sido un elemento importante», según su directivo.
Al preguntarle si el Banco de México seguiría las alzas futuras de tipos en Estados Unidos con sus propios aumentos de la tasa clave, Cortina explicó que «una cosa es que lo que hace la Reserva Federal sea un elemento que la Junta de Gobierno toma como información para tomar una posición y otra cosa es que vayamos a replicar uno a uno lo que haga hacia adelante».
«Hemos apretado la política monetaria mucho más agresivamente que la Reserva Federal, por lo que también podría haber un argumento de que ya hemos hecho una buena parte del trabajo», agregó.
Fuente: El Financiero