En menos de 15 días han ocurrido cuatro descarrilamientos similares: en Ohio, Texas, Carolina del Sur y Michigan, todos trasladaban químicos peligrosos.
Oriana Rivas – Panam Post
El descarrilamiento de trenes está llamando la atención en Estados Unidos porque en menos de 15 días han ocurrido cuatro accidentes similares: en Ohio, Texas, Carolina del Sur y Michigan. Pero más alarmante que las pérdidas materiales es el hecho de que trasladaban químicos peligrosos. Tan solo por el incidente del 3 de febrero en East Palestine murieron unos 3500 peces de 12 especies diferentes por restos de cloruro de vinilo y otros químicos en aguas cercanas, según cálculos del Departamento de Recursos Naturales.
La columna de humo negro sobre Ohio se produjo por una supuesta explosión controlada que hicieron las autoridades. Pero al parecer les faltó efectividad y los habitantes de la zona están preocupados debido al riesgo de problemas respiratorios e incluso cáncer. Pasados más de 10 días, aún se investiga por qué se volcó el tren.
Este patrón también está alarmando a políticos republicanos como los senadores Marco Rubio y JD Vance, quienes exigieron respuestas al secretario del Departamento de Transporte. Ambos le cuestionaron si la dotación adecuada de personal podría haber evitado la catástrofe ambiental del descarrilamiento en East Palestine. «No es irrazonable preguntar si una cuadrilla de dos trabajadores ferroviarios, más un aprendiz, puede monitorear efectivamente 150 vagones», se lee en parte del texto.
Hasta los momentos abunda la incertidumbre porque se desconoce si es responsabilidad de Norfolk Southern, la empresa propietaria del tren, o si la Administración Biden incurrió en negligencia en cuanto a la supervisión de las vías. Con esta emergencia en desarrollo llegó la de Michigan, con más químicos peligrosos en varios de sus vagones.
Otros descarrilamientos
Puede que el descarrilamiento del tren en Ohio sea el más conocido, pero posteriormente hubo otros incidentes del mismo tipo. El 13 de febrero pasó algo similar en la ciudad de Splendora, Texas, luego de un choque entre un tren que salió de las vías y un camión de 18 ruedas. El conductor de este último murió en el suceso. El portavoz de la policía local contó a Newsweek que se habían filtrado 100 galones de diésel y unos 15 cuartos de galón de aceite del camión.
A bordo del tren habían productos químicos domésticos, incluidas pinturas y latas de aerosol. No se produjeron escapes de materiales peligrosos de esa carga, declaró Union Pacific, empresa ferroviaria dedicada al transporte de mercancías.
Ese mismo día, en la localidad de Enoree, Carolina del Sur, hubo otro descarrilamiento. En total, 20 vagones transportaban materiales peligrosos, incluido cloruro de vinilo. CSX Transportation, la empresa que opera el ferrocarril, se trasladó al lugar.
Tres días después ocurrió el accidente de Michigan. Según CBS News, el Departamento de Medio Ambiente, Grandes Lagos y Energía de Michigan (EGLE) confirmó que uno de los vagones contenía cloro líquido. Supuestamente estaba alejado de la sección volcada.
Desde el inicio, el tema parecía mantenerse bajo perfil por una Administración concentrada en el globo espía chino sobrevolando EE. UU. y los posteriores «objetos voladores» de los que poco se supo. Pero los descarrilamientos se volvieron imposibles de obviar.
«Ataque coordinado»
Los estadounidenses quieren saber qué está pasando. Y lo cierto es que este tipo de episodios ocurren en EE. UU. desde hace años. De hecho, USA Today analizó 10 años de informes federales de incidentes y encontró más de 5000 derrames o fugas de materiales peligrosos de trenes. Aún así, los últimos cuatro activan alertas porque pasaron en fechas muy cercanas, uno tras otro.
Para Laura Loomer, republicana y excandidata a la Cámara de Representantes «esto parece un ataque coordinado al sistema ferroviario de todo el país». Pero además, resaltó lo siguiente: «Me he dado cuenta de que es en los principales estados electorales». En efecto, Ohio, Texas, Carolina del Sur y Michigan son estados péndulos para definir elecciones.
Maxi Miller, exasesor de Donald Trump, cuestionó la débil reacción del secretario de Transporte, Pete Buttigieg, ante los sucesos. Por su parte, Donald Trump Jr. también se refirió al tema por la omisión de la información de medios progresistas respecto a los tres primeros descarrilamientos.
El país aún está a la espera de una respuesta clara de parte del Gobierno de Joe Biden.