En las últimas décadas, la fecundidad ha disminuido significativamente a nivel global, y América Latina lidera esta tendencia. En los años 60, las mujeres tenían un promedio de 5,3 hijos, según el Banco Mundial. Hoy, esa cifra ha caído a 2,2. América Latina ha experimentado una reducción del 68,4% en su tasa de fecundidad, superando a otras regiones como Asia.
Chile, Uruguay, Costa Rica y Cuba presentan las tasas más bajas de la región, con 1,5 hijos por mujer, mientras que Brasil y Colombia alcanzan 1,6 y 1,7, respectivamente. Este fenómeno se debe a varios factores, como el acceso a anticonceptivos, la postergación de la maternidad, y los cambios en los roles de género. Las mujeres han aumentado su participación en el mercado laboral y la educación, y ser madre ya no es el único camino para muchas.
Este descenso también se relaciona con la precarización de las condiciones sociales, donde el costo de vida dificulta el acceso a salud, educación y vivienda, factores que desincentivan la maternidad.
A largo plazo, la baja natalidad plantea retos. Muchos países no alcanzan la tasa de reemplazo de 2,1 hijos por mujer, lo que amenaza con un futuro marcado por una población envejecida y menos trabajadores. A nivel global, gobiernos están ofreciendo incentivos para estimular la fecundidad, aunque la tendencia general sigue a la baja.
En su último informe sobre perspectivas de la población -publicado en julio de este año- la ONU aseguró que se espera que la población mundial (que actualmente asciende a 8.200 millones de personas) siga creciendo hasta 2080, alcanzando un máximo de 10.300 millones.
Pero ese número comenzará a disminuir “para ubicarse alrededor de 10.200 millones a fin de siglo, un 6% o 700 millones de personas menos de las que se proyectaban hace una década”.
No obstante, la organización dice que hay países -como China, Alemania, Japón y Rusia- que en 2024 alcanzarán su punto máximo y se calcula que “la población total de este grupo disminuirá un 14 % en los próximos treinta años”.
Fuente: BBC News