300 millones de niños y jóvenes están sin clases en el mundo en este momento. La disrupción que está provocando el coronavirus ha llegado a niños y jóvenes, millones de los cuales permanecen sin clases a nivel mundial. La Unesco destaca una «cifra sin precedentes».
Por el coronavirus 300 millones de niños y jóvenes están sin clases. 13 países se vieron obligados a cerrar centros de estudios para niñas, niños y adolescentes con el fin de evitar la propagación de la enfermedad.
Italia anunció el cierre de sus colegios y universidades hasta el 15 de marzo. El país continúa siendo el principal foco europeo, con al menos 148 muertos. El Gobierno lanzó un plan de 7.500 millones de euros para combatir COVID-19.
China y luego Japón fueron los primeros países que cerraron los colegios.
La uruguaya Alicia Suárez —radicada en Italia desde hace 35 años— estaba de vacaciones en Latinoamérica y esta semana volvió a la ciudad de Módena, donde reside. Al llegar al país se encontró con una serie de medidas preventivas que contó en diálogo con En Órbita.
«Llegué de Uruguay a Italia, pasando por Madrid. Cuando llegamos a Bolonia, la segunda región más afectada del país, apenas bajados del avión nos pararon para tomarnos la fiebre. Escuelas y universidades, como cines y teatros, están cerrados; los partidos de fútbol se juegan a estadio cerrado. La gente tiene mucho miedo, los padres no saben qué hacer con los hijos» por los cierres de escuelas, explicó Suárez.
La situación complica a las familias que deben pedir licencia laboral para cuidar a sus hijos. A eso se suma al estrés por encierro y el temor a enfermarse de los menores.
En Órbita también conversó con la colombiana Patricia Barbarán, radicada en Ancona, Italia, trabajadora en un supermercado y contó que en estos locales se permite ingresar a las personas en grupos de 10 para evitar concentraciones.
Fuente: Sputnik. Artículo original