El día de ayer, en medio de una gran tensión, el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación realizó una sesión que terminó siendo un sorprendente caso atípico de deserción y abandono, donde el presidente del máximo órgano electoral ya no regresó después de un receso de 15 minutos. Desapareció, dejando la silla de la presidencia del Tribunal Electoral vacía, literal, legal, jurídica y ética.
Lo acontecido en el máximo tribunal en asuntos electorales es un hecho histórico e inédito en las prácticas de órganos públicos colegiados en México que tienen alta responsabilidad en asuntos de la sociedad. Nunca se había dado que un presidente de órgano público cualquiera, abandonara la sesión en Pleno dejando fuera toda responsabilidad legal, jurídica y, sobre todo, ética, de lo que fueron elegidos para ocupar un alto cargo.
Rebelión y caos en el Tribunal Electoral
La crisis que impera en el máximo tribunal electoral de la nación, está en auge por la petición de tres de los cinco magistrados que componen dicho tribunal, que exigen la renuncia del magistrado presidente Reyes Rodríguez Mondragón por razones de pérdida de confianza y de ingobernabilidad que vive esa importante instancia gubernamental.
El pasado lunes, cuando el magistrado presidente rendía su Informe de Labores 2022-2023 ante la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN), sus compañeros magistrados Mónica Soto, Felipe de la Mata y Felipe Fuentes no asistieron al informe. El descarado desaire a Rodríguez Mondragón, fue la primera muestra de confrontación interna de manera pública que vive el organismo electoral.
En la sesión de ayer, el bloque de los tres magistrados mencionados pidieron a Rodríguez Mondragón que incluyera en el orden del día el punto de la renuncia del presidente en turno, pero este pidió más tiempo para contestar esa petición el próximo el lunes 11. Pero los tres magistrados se inconformaron y solicitaron un receso de 15 minutos que el presidente autorizó.
El todavía presidente del TEPJF en esa espera, salió por la puerta de atrás para ya no regresar a la sesión, ejemplo que siguió la única magistrada que tiene de su lado, Janine Otálora, que juntos se fueron del recinto abandonando la sesión en Pleno.
Y tras el receso y la escapada del presidente y su aliada, los tres magistrados siguieron la sesión, ya sin validez, exponiendo su posición al respecto reiteraron la pérdida de confianza, la irresponsabilidad y la molestia visible.