El pasado jueves 10 de agosto del presente año se llevó a cabo una memorable celebración de fiesta y regocijo en honor al cumpleaños de un personaje respetado de la región que ha legado la opción de peregrinar a caballo a Talpa para expresar la devoción cristiana, expiar los pecados o como agradecimiento a las peticiones concedidas por la Virgen del Rosario.
Cientos de mujeres y hombres de diferentes pueblos de la costa del Pacífico Centro mexicano son convocados año con año a fusionarse con sus caballos, yeguas, machos, mulas y burros para convertirse en cabalgantes que trotan las altas montañas de la Sierra Cacoma de Autlán de la Grana a Talpa de Allende, donde se ubica la basílica de la Virgen del Rosario.
El festejo de cumpleaños que los cabalgantes de El Colomo le ofrecieron al padre Domínguez fue de colorida fiesta al profundo significado del respeto y al de admiración. La autoridad religiosa y la que otorga la experiencia de los años, se funde en una autoridad moral que se visualiza en el fuerte liderazgo del párraco con la gente de los pueblos que comparten la peregrinación en una marcada afinidad del amor al caballo y la devoción católica hacia la Virgen del Rosario de Talpa.
Ambos elementos, el amor por el preciado animal y la devoción religiosa, conjugaron un júbilo sui generis que se demostró en cada momento de la celebración que, sin equivocación, apunta a generar una nueva tradición donde los diversos pueblos que participan en esa peregrinación anual a Talpa, ofrezcan la misma redención al respeto y a la admiración al hombre que año con año encabeza la marcha de cientos de cabalgantes a través de lo más alto de la fría y boscosa montaña.
Se trató de una celebración de cumpleaños de antología y poco ordinaria que los peregrinos aglutinados en el Club Ecuestre El Colomo le rindieron al cura Jorge Domínguez.
Resumiendo la introducción, la invitación a que visitara el pueblo histórico de El Colomo, Colima en el mero día de su cumpleaños, radicó en la idea de hacerle saber al padre católico las muestras de admiración que los peregrinos de Colima le tienen desde el cultivo fraterno que produce la convivencia de esa tradicional cabalgata a dar gracias a la Virgen del Rosario que año con año, desde hace 46 años, la lidera el cura Domínguez.
Este escrito, para que se comprenda, tiene la intención de servir como registro histórico desde un acontecimiento de interés particular pero que, por el amplio número de personas involucradas y los elementos que configuran la cultura campirana de los pueblos de la costa del Pacífico Centro, adquiere carácter de interés general; por ello la presente crónica en el Diario de Vallarta, importante medio de la costa de Jalisco, que busca contextualizar la intención, la organización y el evento de facto, publicando la prosa narrativa y el registro fotográfico-videográfico como evidencias de un acontecimiento histórico.
Peregrinos colimotes organizados
Los cabalgantes de El Colomo, equinos y jinetes, han acudido a esa procesión católica desde hace 36 años y, desde entonces, el contingente ecuestre colimote ha ido engrosando la columna hasta tener una fuerte presencia en el groso que cabalga más de 100 kilómetros de cuestas y valles de la Sierra Cacoma durante cinco días hasta llegar al Santuario de la Virgen de Talpa, famosa en toda la región por la cantidad de milagros que la fe de los católicos le atribuyen.
El Club Ecuestre El Colomo (CEEC), parte de los peregrinos que se apuntan año con año en la procesión religiosa a caballo, fueron los anfitriones del festejo al cura cumpleañero que resultó un evento de antología por el ambiente de fiesta, jolgorio y devoción, producto de una pulcra organización desde el financiamiento colectivo hasta la ejecución cabal de las tareas. Aquí lo detallamos.
Encargos y responsables
El propósito principal para la organización del evento fue demostrar el alto honor de los peregrinos de El Colomo de recibir en su casa, en el mero día de su cumpleaños, al cura líder y fundador de la peregrinación a caballo que año con año le acompañan en la cabalgata.
Para ello, se estableció un sistema de delegación de tareas en forma de comisiones para la consecución de actividades específicas y, no está demás hacer mención que se ejecutaron todas con sobrada cabalidad. Aquí la lista de actividades y participantes de la organización:
Financiamiento cooperativo
Para el financiamiento se recurrió a la voluntad cooperativa de los jinetes acostumbrados a peregrinar por las montañas rumbo a Talpa. La cooperación fluyó en la mayoría y la cooperación para ser anfitrión se transformó en un gesto generoso y de espíritu indulgente.
Para el registro de la historia aquí el listado original que realizó la comisión de finanzas:
El cura Domínguez, el homenajeado
El cura católico Jorge Lorenzo Domínguez Brambila, oriundo de Villa Purificación (1938), es un personaje campirano formado a sacerdote desde hace 59 años que ha desarrollado su profesión eclesiástica por diversos pueblos de la región y en todos ellos por igual, hizo suyas las prácticas campiranas de toros, caballos y soguillas que forman parte de la vida que identifica parte de la cultura de los pueblos de la costa del Pacífico Centro mexicano.
El padre Domínguez no solo es un líder espiritual que oficia misas y promulga la palabra cristiana, convive por igual las penas, la devoción y las costumbres del pueblo; recalco convive en no sólo aquello que es parte de su servicio profesional, sino como partícipe activo del cabresteo, la pialada y el trago de raicilla en medio del canto ranchero.
Y es que cierto es que los curas de las iglesias de los cientos de pueblos se involucran en la vida cultural de los mismos, pero pocos se adentran tanto en el interactuar de los gustos populares que la gente vive cotidianamente. Práctica que hace peculiar la figura del famoso párroco.
El padre Domínguez es un jinete nato que ha practicado la monta de toros de reparo, las suertes del charro y cuando conjuga su alma con la del caballo se convierte en el cabalgante que trota plazas, caminos, crestas y valles, unidos en una sola figura.
Desde ese entorno y desde aquella flolklórica festividad del carnaval del Autlán de 1977, los cabalgantes que entonces participaban en esas fiestas, decidieron ir, humano-caballo, cabalgantes pues, a darle gracias a la Virgen del Rosario de Talpa porque, pensaron, que si no les pasó nada grave fue por la protección de la famosa virgen milagrosa, así lo narra el propio cura jinete.
Y de esa manera se obligaron a visitarle como cabalgantes, forjando así una nueva procesión de peregrinaje y eligiendo de camino el lomo de la Sierra Cacoma, un escenario que como hermoso y majestuoso que es, también es de senderos y cuestas peligrosas donde han quedado cruces de cabalgantes.
Desde entonces, con la figura central del liderazgo del párroco campirano, fueron sumando cabalgantes de distintos pueblos de los entornos que comulgaban la misma afinidad de amor por el caballo y la devoción cristiana y, desde hace 46 años, han forjado tradición.
El cumpleaños
En la última peregrinación llevada a cabo en los primeros días del pasado mes de marzo de este 2023, justo en las festividades del novenario de San José, jinetes colimotes de mucho andar por las montañas se reunieron con el padre Domínguez al término de la misa oficiada en la iglesia del poblado de La Cañada.
En la amena plática de Francisco Hueso Alcaraz y los hermanos José Abel y Salvador Sandoval con el padre, se abordaron anécdotas y hazañas de personajes que son parte de la historia de las tantas peregrinaciones que se han llevado a cabo, desde esos diálogos salió la fecha de su cumpleaños, 10 de agosto, preguntando cómo festejaba su cumpleaños.
Festejo simple y entre familia fue la sencilla respuesta del cura, de ahí que los colimotes sugirieron sumarse a la festividad íntima, primero con la idea de visitarle al cura en su mero día allá donde se festeja pero, -mejor aún padre -intervino Pancho Hueso- le invitamos a El Colomo para que, entre todos los que vinimos con usted en esta peregrinación, lo recibamos con gusto y festejarle sus 85 años de vida-
–Invitación aceptada– concluyó el religioso.
La fiesta
La Monumental Plaza de Toros de El Colomo fue el punto de reunión para el inicio de la cabalgata tradicional que abre las fiestas. El recorrido fue por la calle principal del pueblo histórico hasta las inmediaciones del camposanto. Un trote de casi 4 kilómetros como previa de la misa y jolgorio para el festejado.
Pocos minutos antes de las 10 de la mañana del jueves 10 de agosto del 2023 arribó el padre Domínguez junto con una veintena de familiares y amigos que lo acompañaban desde Autlán de la Grana.
Todavía no saludaba a toda la gente presente cuando ya preguntaba por el caballo que le iban a prestar para fundirse con él en la cabalgata. Le prepararon un ejemplar bayo con la crin café de Miguel Covarrubias, un jinete del poblado de Jalipa; un colorido equino que hacía juego con el traje de charro que inmediatamente se lo enchalecó nomás bajando del automóvil que lo trajo.
Cabalgante de color armonioso con traje especial de cruz grabada
El día soleado y pintado de verde fue el escenario para darle la bienvenida al padre charro que saludaba a todo el que se acercara a él como si repartiera pedacitos de felicidad. Contento, alegre y cantando estaba el cura en el mero momento de su alumbramiento, pues dijo haber nacido exactamente a las 10 de la mañana de un 10 de agosto de 1938, año histórico que celebraban los mexicano por aquel decretazo del 18 de marzo de parte del general Cárdenas; Ahora también hay que sumar al año histórico, el festejo anual del padre Domínguez
Una vez el cura Domínguez montado en el caballo Bayo de Jalipa, retozó el cabalgante en el afán de encontrar acoplamiento entre las dos almas mientras se alistaban los cabalgantes colimotes para emprender el ritual que los une y los hermana.
Breve registro del recorrido
La fiesta ya comenzó. La columna va rumbo a la sede del CEEC donde esperan feligreses la llegada del padre Domínguez para el inicio de la celebración eucarística y la fiesta del mariachi que amenizará el jolgorio.
La banda abría el recorrido arriba de un remolque. Los que no montaron caballo, acompañaron la columna caminando y gritando vivas a la Virgen de Talpa, al cura Domínguez, al pueblo de El Colomo o Autlán de Navarro, todo era alegría y gracia en honor al octagenario jinete convertido a cura.
La llegada al CEEC
Los feligreses esperaban pacientes la llegada de la columna y la del padre festejado. Peregrinos y devotos de la Virgen del Rosario en espera de la misa que oficia un cura llamado Lorenzo en el mero día de San Lorenzo, uno de los santos más respetados por la religión católica que fue quemado vivo cuando los cristianos eran perseguidos por el Imperio Romano que prohibía el culto cristiano en el Siglo III de la actual Era cristiana.
La misa estaba pactada a las 12 del día y el espectacular templo que proyectaban las gigantes higueras ya estaba listo y presto para recibir la columna que al final sumaron más de 70 cabalgantes. La llegada al CEEC emotiva y esperada justo a la hora pactada.
El padre Domínguez, para que se entienda mejor su marcada peculiaridad, ofició la misa con las espuelas puestas que sonaban a la hora de la consagración del pan y el vino compartida con los feligreses presentes.
El canto, el baile y la pachanga
Al terminar la eucaristía, ahí no se dijo “pueden ir en paz”, se dijo “quédense al festín, al jolgorio y a la comilona en paz, la misa ha terminado” y las sillas que sirvieron para los feligreses en misa, se le agregaron mesas que transformó el templo en un enorme comedor igualmente refugiado de los rayos del sol bajo la frondosa sombra de las gigantes higueras.
El cura Domínguez escuchando al excelente mariachi de mujeres y hombres del poblado de El Grullo, Jalisco, no desaprovechó la oportunidad de mostrar sus dotes de cantante al ejecutar una melodía que habla de su pueblo natal. Igual otros sumaron los números especiales de la música de canto.
La música del mariachi siguió la fiesta, sin faltar el canto folklorico del festejado y los cantantes aficionados. Amenizado por la campirana música, se disfrutó de un botana de cueritos de puerco como entrada, un sabroso salpicón para abrir apetito y, como plato principal, unas suculentas carnitas de puerco con tortillas de maíz y aderezado por una magnífica salsa de jitomate, cebolla, cilantro y su infaltable chile picante que rebosaba de sabor.
Después de la comilona, llegó la hora del clásico postre de los cumpleañeros, un sabroso pastel hecho por Auria Vera que le dio el toque alusivo a los elementos de la profesión del padre jinete.
Las palabras del festejado no debían faltar y el padre Domínguez tomó el micrófono para narrarles a los presentes experiencias de la vida peregrina.
La fiesta tuvo su climax al arribar la banda que amenizó el resto del peculiar festejo. El padre Domínguez nunca dejó la sonrisa y el buen ánimo, se veía feliz y contento de los hartos apapachos y las muestras de cariño y respeto de los peregrinos colimotes.
Los abrazos, la foto del recuerdo y la despedida
La camaradería fluyó así como la multiplicación de las sonrisas y los abrazos. Se vivió de cuerpo y alma el significado de la fraternidad y la afinidad de los gustos campiranos. El respeto se ejercitó a cabal significado, los viejos hombres de El Colomo le sacaron brillo a la amistad perdurable y entrañable, por aquellos que igual brillaron a pesar de su ausencia.
El hombre que fundó una tradición que suma 46 años ininterrumpidos, fue festejado cual honor que merece por uno de los grupos que engrosan la calumna de cabalgantes en los días del novenario de San José. Un grupo que tuvo la voluntad de reconocer el valor de la autoridad moral que representa el padre Domínguez.
El festejo resultó memorable por el buen ambiente que se vivió desde el profundo sentimiento que expresaron los colimotes al padre festejado. Un apapacho colectivo que se convirtió en el clima del jolgorio.
Colofón
La autoridad moral no es común verla en las personas, es una autoridad que mezcla los ejemplos, la virtud y la experiencia de vida de una persona. El cura jalisciense con sus virtudes campiranas que produce admiración y respeto, la autoridad religiosa que representa para el pueblo devoto y creyente en la palabra de Cristo, además de la autoridad tempore, esa que se adquiere en la brega de andar 85 años recibiendo experiencias que convierten al hombre en una fuente de sabiduría.
Hoy fueron los colimotes quienes demostraron el honor de recibir al querido personaje que abrió un camino por las altas montañas para el remanso del alma y la cura de las penas a través de la devoción cristiana y el amor por el caballo, dos virtudes que comparten miles de personas en toda la región del Pacífico Centro y allende sus límites.
Mañana será otro grupo que se beneficia de esa peregrinación que sana heridas profundas y dolorosas, mantiene la fe y la esperanza para el mejor vivir de las personas y sus familias, porque ese viaje por las montañas no es otra cosa que un alivio del cuerpo y del alma, sin duda.
Honor a quien honor merece.
** Video de Isidro Brambila.