El tema de las elecciones no ha dejado de ser tema para el gobernador de Jalisco, le atiza en cada momento. Hace pocas semanas realizó una rueda de prensa que le denominó “Mi posición de cara a las próximas elecciones” donde, desde preguntas en voz en off de periodistas, Alfaro desplaya su posición política.
Diferencias con Dante
En esa oportunidad, Alfaro explicó con lujo de detalle las diferencias que él ha tenido con la dirigencia de MC en su definición estratégica y da a entender que los emecistas de Jalisco concuerdan con su posición.
Mencionó que su desacuerdo con Dante Delgado, dueño de ese partido, es que ha habido un diálogo simulado que, según Alfaro, esa ha sido la tónica de los últimos meses, pero no hay ánimo de ruptura y prefería conservar la amistad y el afecto que entrar en el terreno de separarse con el partido, simplemente dijo, “digo lo que pienso en el momento necesario”.
Incongruencias
Pero hay algo de incongruencia en sus palabras que es lo hace que se prendan los focos de la traición. En esa rueda de prensa insistió que él decidió terminar su actividad política “estando en un momento de fortaleza política…yo decido de manera personal que no quiero continuar en ésto”.
Luego dijo que no irá contra Dante para el control de Movimiento Ciudadano porque el jamás podría ser dirigente de un partido político, porque dijo, “detesto los partidos políticos”.
En una pregunta de si se integraría como candidato o apoyaría un proyecto que lo convenciera, ¿cambiaría su opinión? La respuesta como candidato fue un no rotundo pero sí podría apoyar a un proyecto que lo convenza, que verdaderamente pueda significar una alternativa para México, sí le entrara, y le entrara por convicción.
Este juego de palabras sin duda abre la puerta para cambiar de colores en el tiempo menos esperado. Esta contradicción de “no quiero continuar en ésto pero si hubiera algo que me convenza sí” es la antesala de la inminente traición que se avecina en los alfaristas de MC Jalisco.
Buscando el Frente Amplio por Jalisco
Esta semana, el hijo de aquel triste gobernador priista Guillermo Cosío Vidaurri, encabezó un reunión con diferentes agrupaciones políticas y civiles en el estado para exigir la integración de un Frente Amplio por Jalisco. Un discurso que lleva el mismo rumbo que ha expuesto Alfaro, coincidencialmente.
Lo falso, puerta de la traición
Las palabras de Alfaro al decir que se retira de la política es por decir lo menos, falsas. Un gobernador tan comprometido, y podríamos pensar hasta vulnerable, tiene que tener, por fuerza, la seguridad de su tranquilidad en el siguiente periodo, es decir, el candidato a gobernador y una veintena de candidaturas a diputaciones tiene que venir de él. Forzosamente.
Alfaro sabe que MC no gana Jalisco en el 2024 y le tiene que apostar a la unión de todas la fuerzas políticas, incluyendo el ala política de la Universidad de Guadalajara con su partido Hagamos. Piensa que solo de esa manera podrían ganarle a la fuerza extraordinaria que ha tomado en el estado el partido Morena.
En realidad, lo que Alfaro Ramírez está haciendo con este posible traición a su partido, aunque lo deteste es todavía el partido que le dio lo que tiene, es asegurar que no haya una persecusión criminal en su contra de un hipotético gobierno de Morena. Y por eso cada día que pasa, se hace cada vez más clara su jugada política de irse con todo su poder actual, con todo el recurso financiero actual, para unirse a las filas de, otro que detesta los partidos políticos, Claudio X. González.
La cosa que está por verse es saber cuántos de sus emecistas brincarán con Alfaro que según él, en la mencionada rueda de prensa, dijo sentirse respaldado por mujeres y hombres que forman parte de su proyecto y que han cerrado filas con él. Ya vemos.