Las encuestas, como un cuchillo de dos filos, son usadas para crear tendencias en la manipulación de la percepción social, pero más aún, hoy se convierten en el gran elector de quien tendrá la riendas del país para los próximos 6 años.
Hoy toma más peso la muestra que el entero.
En este momento de la historia de México toma mayor peso la previa que el pleno en su forma completa, es decir, las campañas de elección de su coordinador, candidato o como les llamen, que hoy realizan los partidos políticos pro-AMLO, será definitoria en el resultado del próximo año. La muestra es más importante que el entero.
La elección del 2024 será mero trámite de legitimidad y validez legal.
Es por demás visto que el resultado de una encuesta del partido político mayoritario pondrá al próximo dirigente para el país hasta el 2030, que dicho sea con sorpresa, esta agrupación partidista en muy poco tiempo, un fenómeno sin duda, se ha convertido en la corriente hegemónica en la actual vida política-social de México.
Del fenómeno López Obrador-Morena, es un tema aparte en este escrito por su naturaleza misma que ha impactado la vida cotidiana, básicamente en todos los ámbitos de la sociedad, sin embargo, no podemos dejar de decir, que la influencia de este fenómeno ha dejado el instrumento de las encuestas que se ha convertido en el gran elector de quien tome las riendas del país para el siguiente periodo de gobierno.
Pero las encuestas como elector mayor, no solo se está observando en ese partido hegemónico, sino que permea también en la contra-parte política; ahora la oposición ha introducido ese método para elegir a sus representantes en la contienda electoral que se avecina aunque solo sea de forma para no perder sus privilegiadas prerrogativas que están en verdadero riesgo.
El dedazo ha muerto, viva la encuesta
Este tiempo político-social que vivimos es inédito y por lo tanto se convierte en un hito histórico.
Las encuestas, comparativamente con aquello que antes se ejercitaba, vienen a cambiar la fisionomía electoral para elegir a las personas que dirigen grandes masas humanas con intereses multi-diversos.
Para elegir al presidente del país, por mucho tiempo fue la venia y herencia de designación directa por quien, decían, fungía como presidente, hoy sabemos con certeza que era un grupo oligárquico, que con el dedo apuntaba a quien le iba a suceder en el mando omnímodo del país.
Este tipo de eventos se vinieron debilitando desde la elección general de 1988 que se tuvo que fabricar un monumental fraude y agudizar más la manipulación en el tiempo sucesivo que reventó hace 5 años.
Así vivimos muchos años con ese instrumento de gran elector y que para legitimar ante el pueblo y validar su legalidad, hacían el teatro de faramalla, por su charlatanería, y farándula, por sus personajes, que no eran otra cosa que actores y actrices telenoveleros que sonreían al mentir en todo momento bajo un guión confeccionado en todos los medios de comunicación, hoy re-nombrados como medios de manipulación.
Este proceso se quebró en la elección del 2018 cuando la instrumentacion fue insuficiente y no hubo ni para dónde hacerse con la cantidad de votos que generó ese fenómeno político social referido que fue elegido candidato bajo el formato de la encuesta, ahí el origen.
Hoy, el actual presidente, fuera del poder de la oligarquía y distante de los partidos otrora hegemónicos, ha dicho el dedazo a muerto, viva la encuesta.
«Cuando llamen a la puerta de su casa y le pregunten que estación escucha, diga siempre la verdad…»
Las encuestas que promueve el Partido Morena, es la elección mayor; es el rebase del órgano electoral del Estado creado exprofeso para organizar, formalmente, la elección de los representantes sociales. Hoy, ese partido político lo ha rebasado en su totalidad.
Quién gane esa elección bajo las reglas particulares de ese partido, ganará la elección formal del próximo año que tendrá como función legitimar y validar la decisión que emitan, de manera inapelable, el 6 de septiembre, fecha en que darán a conocer el ganador de la encuesta.
En otras palabras, el INE se convertirá en el organismo público de ratificación, legitimación y validación de lo que la encuesta haya arrojado en la gran elección previa que hoy se encuentra en campaña en recorridos multitudinarios de los aspirantes de Morena a suceder a López Obrador.
Hoy, esos candidatos que recorren el país llenando plazas, acariciando y bailando con multitudes, no llaman al voto, pero dicen » «…cuando llamen a la puerta de su casa y le pregunten que estación escucha, diga siempre la verdad y si dice HK, muchas gracias por estarnos escuchando…», parafraseando al slogan de una estación de radio de Guadalajara.
El gran elector: La encuesta como instrumento falseador
El proceso de encuestas es muy usado en la investigación científica manejado como una observación cuantitativa y cualitativa de las cosas de estudio. En el caso de las encuestas de preferencia electoral, usualmente llevan mucho la carga parcializada de quién paga y de los intereses que se juegan, que muchas veces se contraponen a los resultados de una encuesta hecha de manera objetiva.
Entonces, este instrumento de medición tiende a ser muy maleable para conducir resultados falseados que imprimen circunstancias muy sutiles pero a la vez se convierte en elementos muy poderosos a la hora de fabricar tendencias y percepciones entre la sociedad.
A veces es solo como el petate del muerto, como lo hemos observado una y otra vez, como esta encuesta del periódico Reforma poco antes de las elecciones presidenciales del 2018↓
Hay especialistas en la materia que son verdaderamente genios y magos para manipular datos que arrojen lecturas acorde a favorecer al cliente, al que paga, al que mantiene el negocio. De esta manera, la elección de candidatos por encuestas siempre tendrán ese carga de desconfianza entre los participantes en el proceso, como lo sucedido recientemente en el estado de Coahuila, que por esa circunstancia se rompió la unidad y Morena terminó perdiendo la elección de gobernador.
La encuesta como petate del muerto
Durante el proceso de elección de un candidato siempre existen las encuestas que buscan la manera de influir en el evento con información truqueada o falseada para generar una tendencia o para legitimar una aspiración y muchas veces, para influir temor en el contrincante, por ello el adagio el petate del muerto.
Ahora que están las campañas para elegir por medio de encuestas a los candidatos de ambos adversarios políticos, se manejan un sin fin de encuestas con una clara intención de causar influencia en algún punto de interés particular.
Como el caso de Adán Augusto López Hernández que las encuestas del periódico El Universal lo ponen en un tercer lugar y empatado con otro de los aspirantes; esto es usado por sus claros adversarios políticos (Carlos Madrazo) que utilizan a voceros y periodistas a modo (Loret de Mola) para difundir ese petate del muerto↓
Mientras en otros medios manejan otras encuestas que detallan una cosa diametralmente distinta, como la youtuber Meme Yamel
Entonces, las encuestas se convierten en un tipo de arma que usan unos y otros desde sus intereses y filias particulares. Sin duda, las encuestas son utilizadas más para la manipulación y menos para la información.
Como un cuchillo de dos filos, las encuestas son el instrumento primordial para la elección de candidatos, a veces funciona bien, a veces se manipulan mejor.
Pero lo que es seguro hoy con este nuevo gran elector, en el ambiente político-social nacional, pesará más la elección interna del partido Morena que en la general con el resto de los partidos en el 2024.