La autoridad educativa de Nayarit, con el pretexto del Huracán Lidia, suspendió las actividades escolares también jueves y viernes. No hay razones para semejante absurdo, ya que el incidente climático fue superado un día antes de la previsto.
Ya la SEP, en sintonía con el gobierno provincial, se había excedido en su «prudencia», suspendiendo las clases desde el lunes 9 (dos días antes del Huracán) y «hasta nuevo aviso».
El objetivo, que coincide con el ataque mundial contra la educación presencial, parece ser acostumbrar a estudiantes, docentes y familias, a tener semanas enteras «en blanco», con diferentes pretextos. La pandemia fue el primer ensayo en este sentido, que privó a niños y jóvenes de clases durante meses, y luego los arrojó a la ineficiente y tóxica educación virtual.
Hay escuelas y comunidades educativas que se rebelan contra la SEP de Nayarit. Con el beneplácito de los padres, hay entidades que han anunciado esta mañana que no acatarán la medida y abrirán sus puertas normalmente jueves y viernes.
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