El escándalo de corrupción revelado por el exdirector de la petrolera estatal Pemex sacude la política mexicana. “El caso es relevante por los tres expresidentes que figuran en los testimonios”, dijo el experto Arsinoé Orihuela Ochoa. El actual gobierno podría aprovechar sus efectos para avanzar en la nacionalización de empresas estratégicas.
Foto: Milenio
Desde que Emilio Lozoya, exdirector de Petróleos Mexicanos (Pemex) bajo el gobierno de Enrique Peña Nieto, revelara el escándalo de corrupción que involucra a numerosos exmandatarios y funcionarios, la política local se encuentra convulsionada.
“El caso es relevante por los tres expresidentes que figuran en los testimonios”, dijo el politólogo Arsinoé Orihuela Ochoa, en referencia a Carlos Salinas de Gortari, Felipe Calderón y Peña Nieto.
Asimismo, explicó que “los directivos de Odebrecht sostienen que Lozoya recibió alrededor de 10 millones de dólares de sobornos para favorecer a la firma en contratos durante la campaña de Peña Nieto”.
Pero las denuncias alcanzan a otros exfuncionarios y dirigentes.
El columnista del diario La Jornada describió a Lozoya como “una criatura arquetípica del antiguo régimen neoliberal, con el dominio hegemónico de una gestión delincuencial de la economía”.
“La narcodictadura no era administrada por los narcos, sino por personajes como Lozoya o como su jefe Peña Nieto, que abandonaron la gobernabilidad y se ocuparon de hacerse ricos desvalijando el erario público“, sostuvo.
En tanto, Orihuela Ochoa destacó que el caso “contribuye a apuntalar la transición del proyecto del presidente Andrés Manuel López Obrador, ya que con el juicio se instala la idea de que se deja atrás el régimen de corrupción que prodigaron estos tres exmandatarios”, apuntó.
El actual jefe de Estado “aspira a estigmatizar la reforma energética de 2015 con este caso, de tal modo que en 2022 consiga acumular capital político para nacionalizar Pemex y restaurar las empresas públicas estratégicas”.
“El caso Lozoya sepulta electoralmente a una oposición ya derrotada en lo moral”
Los partidos opositores podrían ver seriamente comprometidas sus chances electorales en los comicios intermedios del año próximo.
“Pero el asunto es un arma de doble filo porque implica transitar a un escenario de judicialización de la política”, advirtió Orihuela Ochoa.
Fuente: Sputnik. Artículo original