Elección de dos sopas ¿Ud. cuál elige? Militares en labores civiles, angustia de los poderosos de dinero por la militarización.
Con eso de que militariza México, no me refiero sólo al movimiento legal en ciernes de que la Guardia Nacional (GN) esté a cargo de las fuerzas armadas del país. No. Me refiero a todo el actuar de este gobierno que sentó a los secretarios de la Sedena y la Marina a un lado de sus costados, casi en todo acto público.
El simbolismo militar que el presidente Andrés Manuel López Obrador ha impregnado en su gobierno redunda en los aspectos fundamentales que son vitales para la nación.
El propio López Obrador ha manifestado una y otra vez que los soldados de México es pueblo uniformado, que su génesis reside en la defensa de la Revolución en la segunda década del siglo pasado y, desde entonces, se ha mantenido en esa naturaleza.
El ejército y la marina, en su formación histórica no han dependido de fuerzas externas, sobre todo económicas, para ser de una manera, digámoslo así, autosuficientes. Me refiero a su formación cognitiva y profesional. Fueron eficientes para formar escuelas de diversos estudios incluyendo las ciencias sociales, que le fueron capaces para no depender de nadie a la hora de construir un hospital, por ejemplo.
Con esa fuerza endógena, estas fuerzas militares se hicieron cargo en este gobierno de construir aeropuertos, carreteras, vías para trenes, bancos entre otras cosas también administrativas como los encargos de los puertos, aduanas, el mismo aeropuerto y la joya de la corona: el Tren Maya.
Esto aparte de ser el vigilante principal de los bastiones estratégicos del país como las instalaciones de Pemex y la CFE.
Y uno se pregunta, ¿porqué tanta deferencia y confianza en los militares?
¿Acaso no han sido los militares los principales causantes de las peores tragedias humanas en las últimas décadas en nuestro país? ¿Se olvidó el 68, los halconazos, las desapariciones y muerte de opositores o más recientemente los calderonazos y la tragedia de Ayotzinapa?
López Obrador afirma que aquello pasó por órdenes del mando civil al que está supeditado por Ley la fuerza militar, pero, ¿qué no había posibilidad de desistir de perpetrar asesinatos por parte de mentes humanas con uniforme? ¿No había consciencia alguna que se opusiera al oprobio por el bien humano?
Opositores
Los opositores perennes de Obrador han levantado las denuncias de alarma hasta en el seno de la propia ONU y sus órganos de derechos humanos. Ellos manejan, con denotada angustia, que los militares están en todas partes en el quehacer de gobierno y ahora, con la inclusión de la GN como parte de las fuerzas armadas del país, en tareas de seguridad pública.
Esa angustia de los poderosos de dinero por la militarización, les acota su margen de maniobra, sobre todo porque es bien sabido que son muy asiduos a utilizar su riqueza para comprar su mantenido status y uno de ellos es la compra de sus propios ejércitos, algunos le llaman guardias blancas otros cárteles.
Además, viene la otra parte de la observación, ¿acaso la seguridad pública que ha habido en el país ha sido de lo más efectiva? ¿Es una garantía de seguridad para los ciudadanos que la guardia nacional sea civil?
Igual, si nos vamos al plano administrativo, ¿ha sido eficiente en los últimos años el manejo civil de puertos y aeropuertos en el país? ¿Cuánto nos cuesta a los mexicanos la construcción de obras magnas hechas por particulares? ¿Son bien hechas y las construyen con materiales de primera? ¿Las aduanas en nuestras fronteras han sido pulcras, honestas y eficientes?
En resumidas cuentas
Para resumir las repuestas, los poderosos del dinero en México que gritan por cielo, mar y tierra las acciones militarizantes del país en su denotada angustia, no han garantizado en su oportunidad la seguridad, el bienestar social y sobre todo, la confianza en dejarles en sus manos el delicado encargo.
Cierto es que los militares, así como obedecían a gobernantes desalmados o borrachos asesinos en el poder (que igual recibían órdenes de un poder mayor), igual recibirán órdenes del mandante en turno y quién sabrá en este momento cómo será y con qué motivaciones tomará el cargo máximo.
Cierto es también que el gran resto mexicano, quitando a la cúpula acomodada, estará a merced de lo que el futuro le depare porque no tiene mecanismos reales de decisión política-administrativa y dependemos de quién tenga las riendas del tigre salvaje que lleva muchos años aguantando latigazos.
Por último, cabe pensar igual el futuro geopolítico que se avecina. Porque hay que preguntarse: ¿en manos de quién tiene mayor seguridad los mexicanos en una conflagración mundial?
¿En las manos privadas de las grandes empresas, banqueros y políticos corruptos que han manejado el país en los tiempos de la posguerra?
¿O en «un ejército militar que ha humillado, golpeado y matado al pueblo (en tiempos de esas manos privadas) y que arguye que fue por órdenes de civiles y que el ejército de soldados de hoy “tienen la delicada tarea de servir a su país” (*)?
*Frase del secretario de la Sedena en la ceremonia de honor a los Niños Héroes (13-sept-2022)